Vio a sus padres, muertos, en el porche de lo que había sido su casa.
Vio su aldea, arrasada.
Vio las fauces de un león de montaña en el bosque.
Vio los ojos amarillos de un lobo negro entre las ramas de un arbusto.
Vio la mirada cruel de los trasgos.
Vio al Pálido Orco, enarbolando su maza mientras montaba a la bestia blanca.
Vio la herida envenenada de Kili, negra, mortal.
Vio a Smaug, poderoso, glorioso, amenazante, letal.
Vio Érebor, la puerta tapada, las laderas nevadas, el extenso valle que se extendía frente a ella.
Vio una encarnizada batalla, ante las puertas de Érebor.
Vio un ejército de elfos.
Vio un ejército de hombres.
Vio un ejército de enanos.
Vio un ejército de orcos y trasgos.
Vio un ejército de águilas colosales.
Y todo lo vio, bañado en sangre.
Aiedail se incorporó de golpe con un grito ahogado. Jadeaba y sudaba, alterada por lo que acababa de ver: no era un pesadilla y lo sabía. Era un sueño premonitorio.
No era el primero que tenía en los últimos días: aquella mañana era la tercera que despertaba alejada de Érebor, y la tercera en la que despertaba con aquel sueño. Pero siempre se habían mostrado retazos demasiado difusos e incompletos para verles el sentido. Nada como aquella mañana, que había sido más nítido y real. Supo que esa batalla, iba a tener lugar aquel día.
Raaulum entró en contacto con ella como una exhalación:
¡Aiedail! ¿Qué ocurre?
Aiedail se ahorró las palabras: le enseñó el sueño a su dragón.
Están en peligro... los enanos están en peligro... ¡Kili está en peligro!
Partiremos de inmediato, Aiedail- juró Raaulum.
- ¿Aiedail?
La joven se giró hacia su padre: Eragon ya estaba despierto, y había hecho un leve desayuno para ambos, sin carne ni pescado.
- Va a haber una batalla, padre, quizás ya haya empezado. Tengo que volver.
Eragon frunció el ceño. Mientras, Aiedail se incorporó y empezó a ensillar a su compañero: no había tiempo que perder. El dragón colaboró para que su Jinete pudiera ajustarle la silla con mayor rapidez.
- Aiedail, ¿estás segura?- dijo Eragon, quien aún lucía el ceño fruncido.
- Tanto como segura estoy de que amo a Raaulum, padre. Una horrible batalla va a tener lugar frente a Érebor, el enemigo es poderoso. No abandonaré a mis compañeros de viaje.
Maestro, podemos ayudar- intervino Raaulum-. Podemos salvar muchas vidas si tomamos partido en la lucha.
- Soy mucho más fuerte de lo que nunca he sido, padre- añadió Aiedail-. No voy a pediros que nos acompañéis, porque sé que ambos sois necesarios en Arngor, habéis estado demasiado tiempo alejados. Pero os ruego, como pupila de ambos e hija tuya, padre, que nos dejéis marchar. Si alguno de los que fueran mis compañeros en este último año murieran porque yo decidí no acudir, no me lo perdonaría nunca.
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Shur'tugal || KilixOC || Crossover El Hobbit/Eragon
Fanfiction"- Por favor, quédate" "- No puedo" "Tras ellos, el dragón blanco rugió." Crossover El Hobbit/El Legado (Eragon) KilixOc Disclaimer: solo tengo el derecho de mis dos OC's, Aiedail y Raaulum, junto a otros como Kurin o Aghnetí. Los demás personajes p...