cap 8

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A veces Justin era un pan de Dios. Quién diría que dentro de ese patán, se encontrara un tierno Justin. Pasó directo a la habitación y me dejo sobre la camilla.
- No preguntamos si estaba Elsa—la enfermera.
- Da igual. No voy a esperar a esa vieja, mientras que se te sale el corazón por ahí—solté una carcajada.
- No seas exagerado. Justin, es solo una cortada.
- Y a demás…--abrió un cajón y saco el botiquín de emergencias—te debo una—me sonrio.
- ¿me debes una?
- Ajam—ahora recuerdo. Cuando el libro cayó sobre su espalda.
Justin puso jabón sobre un paño suave.
- ¿me permites?—Le sonreí y asentí.
El aparto un poco la tela de la falda y mordí mi labio. El me miro y sonrio. Coloco el paño frio alrededor de mi piel lastimada yo gemí al contacto.
- Descuida. Ardera un poco—me sonrio. Bonita sonrisa
- Ya lo note—sonreí—se vera horrible.
- Claro que no.
- ¿Un pedazo de carne cortado, con sangre brotando de ella se te hace bonita?—el rio.
- Es sexy
- ¿Sexy?—solté una risa sarcástica
- Todo lo que está en ti es sexy—ese hombre sabia como conquistar a una mujer.
Una ves limpia la superficie me aplico povidona yodada con un algodón. Era tan cuidadoso. Me hacía sentir bien. Deje de sentir dolor.
- Ya está. Ahora solo hay que poner la gaza—tomo mi mano—Abajo señorita—me tomo de la cintura y me dejo de pie—te pondré la gaza-
Abrió el paquete y saco la larga tela beige. Se agacho y la enredo sobre mi pierna. Sentí como miraba mi pierna mientras que pasaba la gaza por esta. El se levanto
- Ya está.
Me acerque a lentamente a su barbilla y le deje un beso.
- Gracias Justin.
- De nada—el me sonrio.
Pero un ruido arruino el momento. El rugir de mi panza.
- ¿Alguien tiene hambre?
- Si un poco, no desayune… pero
- ¿quieres venir a comer? ¿a mi casa?—yo lo mire— ¿Yo cocinare?
- El capitán de futbol americano… ¿Cocina? ¿Creíble? No. —el rio.
- Lo sé, pero cuando fui a Alemania aprendí algo de cocina y pues si quieres… o no se ¿Pizza, espagueti? Podríamos pasar a un restaurante—lo calle con mi dedo índice.
- Comida alemana está bien—el me sonrio.
- ¿entonces nos vemos afuera?
- Si
- ¿Quieres que te lleve…--miro mi pierna.
- Justin, solo fue una cortada.
- ¿Segurísima que si puedes?
- gracias.
Me voltee y me dirigí a recoger mis cosas. Cuando iba hacia las canchas me tope con Darina, que traía mis cosas; camine hacia el baño de la esquina. Como pude, me puse el short beige y una blusa gris, que dejaba mis hombros a la vista. Voltee al espejo. ¿Maquillaje o no maquillaje? Bye, no maquillaje. Camine hacia la entrada de la Universidad. Justin estaba volteado y el viento pegaba en su cara y hacia que se le alborotara el pelo. Hermoso, el hombre. Se dio cuenta que ya había llegado. Y su mirada por mi cuerpo no paso desapercibida.
- ¿me sigues?—sugirió el. Asentí.
Mi auto no estaba tan lejos, no tarde más de un minuto en llegar y subirme. En cambio él, camino un poco más. Justin arranco. Su casa no estaba lejos. Unas pocas vueltas y llegabas. Llegamos y el portal eléctrico se abrió. Justin aparco y me indico donde colocar mi auto. La casa era bella en sí. Muy moderna, repleta de enromes ventanales y jardines preciosos. Salí del auto y sonreí.
- ¿te gusta?—me pregunto
- Es preciosa—sonreí, sincera.

Perdón me enamore de ella (JUSTIN Y TU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora