Pretty Boy

Caracoles

—¡Steve, es un gusto verte de nuevo amigo mío!— saludó afable el hombre que se notaba más sociable, tenía el cabello perfectamente peinado, sus labios muy rosados casi como si llevar puesto maquillaje y sus ojos de un azul más intenso que los de Steve, sumado a eso su encanto se complementaba con un exquisito acento inglés. Extendió su mano a modo de saludo, rápidamente Steve hizo lo mismo.

—Charles, ha pasado un tiempo, es bueno verte tan bien— saludó el rubio con una gran sonrisa, aunque con más reserva, se notaba el afecto que le tenía a ese hombre.

—¿Recuerdas a Erik?— señaló al otro hombre a su derecha —Lo he convencido para que me acompañe esta noche, espero no sea una molestia—

—Para nada. Señor... Lehnesherr, si no mal recuerdo— Steve soltó el primer saludo y extendió su mano hacia el otro hombre, demasiado serio para el gusto de Tony, con una mirada fría y calculadora, su cabello de un raro color cobrizo, y su acento extranjero que Tony no lograba identificar bien, alemán tal vez, le daban un semblante bastante intimidante, pero no por eso era menos guapo.

—Tiene muy buena memoria, Rogers— Erik, correspondió el saludo del rubio, aunque no de tan buena manera como lo hizo el primero —Y el joven que lo acompaña es su...— Erik dejó la frase incompleta esperando a que el otro la terminara.

—Anthony Stark, es un amigo— se apresuró a presentar al castaño. Antes de los cuatro tomar asiento.

—¿Anthony Stark? Oye, ese nombre tiene fuerza, te imaginas una multinacional con tu apellido, algo así como Industrias Stark— Charles rápidamente hizo sentir cómodo al castaño con ese acertado comentario y esa sonrisa conciliadora.

—Gracias, tal vez el próximo año me decida por invertir en la bolsa de valores— bromeó Tony logrando sacar una risita del inglés.

—Lindo y divertido, muy buen amigo el que te has conseguido, Steve— Charles era un encanto hombre, pero no por eso dejaba de lado su humor un tanto sarcástico, porque Steve sabía muy bien que la palabra "amigo" que el inglés había utilizado iba con toda la intención de querer decir "pareja".

—Créeme Charles, este chico vale oro— Steve también sabía jugar el juego de indirectas de Charles y Charles sabía cuándo le estaba siguiendo el juego.

—Entiendo...— sonrió el inglés con malicia, comprendiendo exactamente que Steve se refería a que estaba "contratando los servicios" de ese chico, sin embargo no juzgaba para nada la situación —Pero, yo creo que ya pasamos mucho tiempo divagando, permíteme anunciarte que el real motivo de que Erik nos acompañe esta noche, es que se ha convertido en mi socio y hemos traspasado la barrera de la amistad— Charles colocó su mano alrededor de una copa de agua que estaba servida sobre la mesa. Su intención: dejar que Steve notara el anillo que portaba en su dedo anular.

—Oh, entiendo muy bien a lo que te refieres, espero esto no afecte tus inversiones— dijo Steve notando lo que era evidente, ellos estaban casados.

—Para nada, nuestro nuevo negocio, como ya sabes, es la escuela para jóvenes talentos Charles Xavier, un nombre un poco egoísta si me lo preguntas, pero este caballero de aquí no me dejo llamarla Xavier—Lehnsherr— explicó brevemente antes de dar un sorbo de agua de la copa.

—Estoy enterado, pero me sorprende que me llamaras para esta cena, no entiendo que tiene que ver mi empresa con tu escuela— prosiguió Steve con la charla mientras Tony solo guardaba un incómodo silencio y sentía la penetrante mirada de ese tal Erik sobre él y sobre el rubio.

—Verás mi amigo, la propiedad Xavier ha estado muy descuidada desde que falleció mi padre, y por razones que desconozco esta propiedad ha ido a caer entre tus múltiples inmuebles, tu empresa es responsable del embargo de la mansión, y me he enterado que recientemente la has puesto en venta, así que, te pido, reconsideres la opción de devolverme esa mansión, no te la estoy pidiendo gratis, prometo darte el doble de tu actual comprador— Charles era un hombre de negocios y eso a Tony le quedaba absolutamente claro al escucharlo hablar. Steve guardo silencio por un momento pensando en el tema. Antes que pudiera decir algo el primer platillo de la cena llegó —Me tomé la libertad de pedir la cena anticipadamente, espero no les moleste— se excusó Charles.