1:27am

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*Narra Aomine*

Contesté el teléfono antes de que ____ despertara. Remplacé mis piernas por una de mis almohadas y las estire dando vueltas por el apartamento.

–Aomine, habla Ethan.

–¿Cómo va el asunto? Ya se hizo muy tarde.

–Uhm... tendré que pedirte un favor...
Respondió como si estuviera dejando su orgullo como hombre en eso.

–¿Qué favor?

–¿Podría ___ quedarse contigo?
Me sonrojé y voltee rápidamente para ver si seguía dormida, y si, menos mal.

–N-no hay problema.
Suspiró.

–Aomine, voy a serte lo más claro que puedo... si le tocas un pelo, te mueres, me vale tres tiras de mierda si eres el novio.
Sonreí ¿Qué clase de persona cree que soy?

–No le voy a hacer nada.
Chasqueó la lengua. Empecé a comparar la cara enojada de ella con la que sería la de él. Traté de no reírme.

–Eso es todo.
Y colgó. Que conversación más interesante. Caminé de nuevo hasta el sofá y me agaché para despertar a ___.

–¿mmm?
Se apoyó en los codos somnolienta, de la nada se puso muy roja.

–Tu hermano acaba de llamarme. Dice que tendrás que quedarte aquí por esta noche. Así que... ¿te presto algo de ropa?
Asintió sin decir palabra y se sentó. Me encaminé a mi armario, una camisa debería bastar, pero solo por si acaso voy a sacar también una pantaloneta.
Cuando volví a la sala estaba mirando su celular como escandalizada.

–Aquí tienes algo de ropa. Puedes darte una ducha si quieres.
Bloqueó el teléfono de golpe y recibió la ropa sin mirarme.

–Gracias.
Y se fue al baño, ¿con quién habría estado hablando?

*Narra ___*

Saqué el teléfono del bolsillo apenas Aomine salió de mi campo de vista.

"De: Kise Ryoutta.
Asunto: Estadía😏
Convencí a Ethan de que la mejor opción era dejarte allí por esta noche, después de todo mañana es sábado, tienes solo horario de tarde ¿no? Me puedes agradecer luego, no fue para nada fácil después de hablar mal de Aomine con tu hermano tanto tiempo, cuídate💕😄

PD: No quiero sobrinos🙅🏼‍♂️😏😋😉"

Y abajo el mensaje de Ethan "Pórtate bien, no quiero pasar de nuevo por situaciones incómodas."

¡ETHAN! Y Aomine volvió a aparecer, bloquee el celular de golpe. No podía dejar que me viera la cara, me estaba costando respirar de lo acalorada que estaba.
Me ofreció su ropa y un baño, acepté para calmarme y salí disparada de la sala sin siquiera mirarle.
Me desvestí, recogí mi cabello en una cebolla y me metí inmediatamente a la ducha, dejé que el agua golpeara mi espalda.
¿Qué clase de persona creían que era?
Tal vez en el pasado si los había hecho pasar un mal rato pero he cambiado...

~flashback~

–Ahh!~💕
Gemí cuando lo empecé a disfrutar realmente. A pesar de que lo había escogido de la nada estaba agradecida de su aguante, según Débora, habían hombres que no duraban medio segundo.

–¿QUÉ CARAJOS?
Gritó Ethan sobresaltándonos a ambos. Me tapé con la sábana.

–¡___-CHI!
Ethan atravesó la habitación y se paró frente a él tomándolo del cuello. Me envolví en la sábana como pude y lo detuve agarrando su muñeca.

–¡Ethan! ¡Déjalo ir!
Me miró enfurecido frunciendo los labios convirtiéndolos en una fina línea, se le marcaban los hoyuelos. Lo soltó y... ¿cómo era que se llamaba? Bueno, él, empezó a toser. Kise ya había pateado sus ropas fuera.

–Yo me encargo.
Espetó Kise cerrando la puerta detrás de él.

–Mira, ___, sé que estás pasando por un mal momento pero, esto, esto que acabo de ver fue repugnante.
Se soltó de mi agarre de un manotazo y salió pisando fuerte y dando un portazo.

~fin del flash back~

Jamás había visto a Ethan tan enojado. Sonreí recordando lo duro que trabajé por meses para conseguir su perdón...
Esa era la razón por la que no me molestaba el pasado amoroso de Aomine, el mío no fue precisamente saludable tampoco.
Salí del baño de mejor humor y me puse la ropa que me había dado. Por supuesto me quedaba enorme, pero nada que hacer. Doblé el uniforme, salí hacia la sala y guarde todo en mi maleta. Aomine no estaba ahí, miré la cocina y tampoco. Volví al baño a colgar la toalla y cuando salí nuevamente lo vi recogiendo unas cosas en el cuarto que quedaba diagonal. Me paré en el umbral divertida, estaba organizando lo que parecía su habitación.

–Lista.
Me di cuenta que se sobresaltó.

–Demoraste menos de lo que esperaba.
Seguí y me senté en la cama, que no me sorprendió para nada que fuera doble. Era comprensible ya que era muy alto y las camas de acá no vienen para hombres tan grandes. Tenía posters de jugadores de la NBA, unas repisas llenas de botas que seguramente no le cabían en el armario, medallas colgadas a un costado y una foto de su equipo Teiko, tenía también un equipo de sonido y aire acondicionado. Nada mal.

–Puedes dormir aquí, yo iré al sofá.

–¿Por qué?
Le pregunté sin entender. La cama era suficiente para ambos y la verdad no me molestaba dormir con un chico, tal vez un poco de vergüenza pero como vamos solo a dormir no le veo el problema... levanté el edredón y me metí en él, era bastante grueso y suave, parecido al mío. Aomine había rodeado la cama y había prendido el aire sin responderme.

–Buenas noches.
Dijo sin más, acomodándose en su lado. Suspiré divertida ¿Pude haberlo avergonzado? A duras penas todavía me creo que estamos saliendo... me quedé viendo su espalda, sabía que era ancha, pero se veía mucho más sexy de cerca, más porque tenía una camisa muy delgada puesta y lograban marcársele los músculos con leves movimientos. La cama era gigante, tal vez había sido hecha a medida. La de mi hermano era doble también debido a su altura pero no se sentía así de grande. Empecé a seguir el ritmo de su respiración. Inhalar, exhalar, inhalar, exhalar, inha...

*Narra Aomine*

Seguramente estaba acostumbrada a dormir con chicos. Me tapé más con la sábana enfurruñado. ¿Acaso era por Ethan? ¿Por Kise? ¿Otros chicos? Nunca me había detenido a preguntarle cómo fue su vida amorosa antes de mi puesto que ella no me preguntaba tampoco y me daba mi espacio. Fruncí el ceño. Tal vez no es virgen. Miré el reloj, 1:27am. Me giré para ver su lado y suspiré aliviado cuando vi que estaba dormida. Estaba hecha bolita mirando hacia mi lado. Tenía la boca ligeramente abierta y habían mechones de su largo cabello por todos lados. Me acerqué más a ella y le detalle la cara. Gracias a los faroles de afuera entraba un poco de luz al cuarto. No me había dado cuenta que tenía pecas, supongo que las tapa con maquillaje... aún así desmaquillada seguía pareciendo ella, no como otras chicas que se me hacían irreconocibles después de una ducha. Coloqué una de mis manos en su cabeza y ella hizo una mueca pegándose a mi y levantando un brazo para colocarlo alrededor de mi cintura.

–Mmm...
Se quejó pero sin despertarse. Apoyé mi mandíbula en su cabeza. ¿Qué se le va a hacer?
Me sorprendí de lo cómodo que me sentía, si es así, tal vez retiro lo dicho cuando dije una vez que dormir con alguien más era un dolor en el trasero.

Demonios de dos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora