Demonios de dos.

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Nunca intenté hablarle.

No quería, me rehusaba. Sabía que esperanza para una persona como yo con él no había. Yo no era tímida, insegura tal vez. Tenía muy claro la clase de personas que eran de su agrado y aunque podía hablar normalmente con algunas personas de su entorno con él no, jamás. Era como si entre él y yo hubiera una pared inquebrantable, que se veía horripilante por cierto.
Lo observé toda la secundaria y ahora, ya a tan solo un año de dejar la vida escolar, seguía sin decidirme.
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Primer día de clases.
Para mi la secundaria no era aburrida, tenía buenas calificaciones y buenas amistades.
Calidad antes que cantidad.
Mi mejor amiga, Violet es completamente opuesta a mi, de hecho, conocerla y caerle bien me costo horrores. No fue mi intensión hacerla la mejor de todas, pero las cosas se dieron a medida que pasó el tiempo. La conocí en primaria, era callada y muy tímida, siempre iba perfectamente arreglada pero no crean, las apariencias engañan, es de esas cuyo único hobbie es dormir y comer. Aún me cuesta entender su maldito metabolismo, para lo que come, debería ser un marrano, pero no, lo único que le crece es el culo.
Stephanie, Rosalie y Debora son esas chicas que juntas para arriba y para abajo, coincidimos las cuatro todos los años en el mismo aula y fue así que nos hicimos amigas. Somos un grupo de cinco chicas que almuerzan juntas y salen cada vez que se puede. Por las mañanas nadie entra si no estamos completas y pues así iniciamos el primer día.

Lo olvidaba, chicos no habían muchos importantes para mi. Tengo un amigo, lo conocí a las malas... por así decirlo. Nuestros padres son amigos desde siempre y siempre han aspirado a que estemos juntos como algo más.
Ninguno de los dos tiene ganas de avanzar un paso en lo amoroso y es como un hermano mayor para mi. Es atractivo y su nombre es Kise, tiene 17 y le caen como aguacero, si saben a lo que me refiero. Es mono y tiene los ojos pardos, amarillos, alto y relativamente corpulento. Atletico, multideportes pero se lleva mejor con el baloncesto.

Por otro lado estaban los chicos de cada una de los cinco.
Como Violet es un poco orgullosa, su personalidad no le permite encontrar a un hombre que sea lo suficientemente "macho" como para que valga la pena; en su vida no hay hombres, aun.
Stephanie es la rubia del grupo y la más seria, tiene novio y está completamente entregada a él, es guapo, y como ella, rubio y de ojos claros, son raros como pareja ya que ella es muy calmada y él muy coqueto, su nombre es Andrew. A primera vista crees que es uno del montón pero la verdad se ganó mi confianza y la de todas nosotras en estos dos largos años de relación que tienen.
Por otro lado, Rosalie, muy exótica ella, tiene el cabello largo, rizado y rojo, es pecosa y tiene los ojos verdes. Es la única así en toda la institución y eso la hace muy llamativa pero su corazón ya está ocupado. En octavo grado conoció al chico de su vida, Yamato. Es callado pero gracioso, como ella. Se quieren mucho, tanto, que a veces él se sienta con nosotras en el almuerzo para estar con ella o ella va a pasar un rato con él y con sus amigos. Juntos son hermosos, pero todavía no son novios. Supongo que es algo que se arreglará más adelante.
Debora es muy cambiante, es incontrolable. Tiene muchas mierdas en la cabeza y de las tres es la que más me agrada. Es artista y cada seis meses cambia el color de su cabello, el color actual, verde. Y como es blanca como la leche, cualquier tonalidad es perfecta para ella. Tiene 18 y no se queda mucho con los chicos. Dice que todavía no encuentra a alguien de su agrado, hay chicos que aparentan algo las primeras semanas y que luego todo se torna bastante monótono y eso es algo que ella odia. Respetable para mi, aunque eso la tiene con muy mala fama entre las chicas. De todas formas, eso no le interesa.
Por último... Mi platónico Aomine. Titular del equipo de baloncesto de la institución. Tiene 17, es ridículamente alto, fuerte y hábil y todo. Es moreno, tiene el cabello oscuro y los ojos azules. No le he hablado ni una sola vez. Conozco su actitud, duerme en casi todas las clases y si no, las está cachando. Ha cambiado, para mal. El baloncesto en sexto grado era su pasión, entrenaba tanto que se volvió tan bueno que decidió dejar de entrenar para tener un oponente que no se rindiera en la primera mitad del juego cuando el apenas estaba empezando a concentrarse. Es privilegiado y a pesar de faltar a todos los entrenamientos sigue siendo demasiado bueno y sigue siendo titular. Es grosero con las personas que no conoce bien y que no le agradan a primera vista (principal razón por la que todavía no le hablo) y nunca se sabe de que manera se vaya a tomar las cosas. Es un hombre complicado...

Demonios de dos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora