La #nosequé vez

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ADVERTENCIA: LEMON!!!

–Estás caminando demasiado rápido, trata de no mostrar tanto el hambre.

Aomine frenó un poco y la repasó divertido. No dijo nada, porque en verdad tenía hambre.
Llegaron a su casa 10 minutos antes de lo usual, Aomine abrió la puerta con agilidad y la tomó del brazo, empujándola adentro.

–Esto es para acelerar el proceso.

Le dijo Aomine arrojando su bolso lejos del camino hacia el dormitorio. ____ soltó su mochila a un lado y los dos al mismo tiempo patearon sus zapatos lejos.
Aomine se acercó a ella con determinación y cuando ya iba a empezar a besarla con más intensidad ___ lo alejó un poco y le quitó la camisa pidiéndole que colocara los brazos por encima de la cabeza (cosa que hizo encantado, con una sonrisa muy seductora de medio lado), ___ le sonrió de vuelta y Aomine no pudo más, la agarró de la cintura y la pegó a él, comenzándola a besar, ____ como pudo enredó las piernas en sus caderas y como si no fuera nada, Aomine empezó a caminar sin fijarse realmente a donde se dirigía.
____ terminó sentada en la isla de la cocina, todavía con las piernas enredadas al alrededor de sus caderas. ___ se había privado de muchos placeres para no provocar a Aomine, uno de esos siempre fue pasarle las manos por el abdomen, tomarse su tiempo y disfrutarlo, milímetro a milímetro. Había algo en su cuerpo que de verdad la excitaba, ya había estado con otros cuantos chicos pero ninguno con un cuerpo como el del hombre que tenía aferrado en frente. "Afortunada yo" pensó ella entusiasta, deslizando las manos por la espalda de Aomine llegando a su abdomen.
Aomine se puso duro, porque ___ nunca lo había tocado de esa forma y aún así, parecía como si ya conociese todos sus puntos débiles.
La apretó con más fuerza contra sí, haciendo que ___ de verdad sintiera lo que se venía después de la calentura. En el apartamento solo se escuchaban sus respiraciones agitadas y los gemidos que salían de la boca de ___ cuando Aomine le daba un descanso a sus labios y pasaba al cuello, la clavícula y... abrió la camisa de ___de golpe y 4 de sus botones salieron volando.
___ se sobresaltó divertida y antes de que dañara los dos que quedaban los desabrochó sin prisa ella misma y tiró la camisa quien sabe en dónde.
Aomine era un fan de los senos grandes y los de ___ eran más que suficiente para él. Los tomó entre sus manos y sin dejar de besarla los acarició por encima de la tela provocando gemidos más pronunciados en ____.
Aomine se apartó para verla, lo que veían sus ojos era una diosa. ___ lo observaba ansiosa, rogándole más sin decir nada. Aomine subió su falda de ambos lados y retiró sus bragas con agilidad. ____ se sonrojó más de lo que estaba pero no puso resistencia. Aomine volvió a ponerse entre sus piernas y siguió besándola, provocándola con mordidas y con la lengua. ____ había estado lista desde que puso un pie en la casa y estaba impaciente. Sin previo aviso Aomine introdujo dos de sus dedos dentro de ella, ejerciendo un corrientazo que la hizo casi gritar. Sin parar de provocarla con la boca metía y sacaba los dedos, luego de unos minutos los hacía girar haciendo que el cuerpo de ___ se arqueara de placer.

–Uhg, maldita sea, ya no aguanto.

Aomine la cargó en uno de sus hombros ya camino a su cuarto y en el recorrido no paró de jugar con sus dedos, y como ahora tenía más movilidad comenzó a frotar el clitoris con el dedo pulgar. ____ gemía fuerte y eso creaba en él más antelación.
La tiró en la cama con una fuerza aparatosa, cosa que no le importó a ___ un carajo.
Mientras Aomine se desabrochaba el cinturón observó lo que tenía en frente. ____, con los los labios entre abiertos, jadeante, cubierta por una capa muy ligera de sudor, abierta de piernas, diciéndole que podía pasar cuando él lo deseara. Se apresuró y de un bajón liberó su erección de sus pantalones y sus bóxers. ___ se lamió los labios, un poco consternada por el tamaño de su pene. Eso le iba a caber y definitivamente le iba a gustar.
Aomine le señaló el gabinete al lado de la cama y ___ se giró para alcanzarlo, ya sabía que ahí estaban los condones. Aomine sonrió cuando vio que sacó tres, dejando dos preparados encima y lanzándole el restante a él, quien lo agarró sin esfuerzo. Con los dientes lo abrió y se lo puso.

Demonios de dos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora