Camara lenta

1.6K 169 18
                                    

Me levanté sobresaltada. El sol apenas estaba saliendo y se pasaba un poco por las cortinas. Aomine seguía dormido y estaba aferrado a mi con fuerza, tanta que casi me costaba respirar. Me tapé la cara con ambas manos.
¿En qué demonios estaba pensando? Había hecho que Aomime se enojara solo porque no podía aceptar mi cruda realidad. Me dejé llevar por el momento, no pude mantener la compostura un segundo más. Todo lo que me dijo es cierto... es como si me hubiera leído la mano... ¿Acaso para él soy un libro abierto? Eso lo veía venir, pero no tan pronto. Lo subestimé y ahora me avergoncé frente a él. Me quité su brazo de encima como pude y me hice bolita mirándolo. Tenía el ceño fruncido.
¿Estará bien Ethan? No, nadie que haya sido herido por bala estaría bien.

Espero que no me odie como me odia Violet... ya tenía mis sospechas sobre lo que había ocurrido, pero no iba a creer nada de lo que dijesen hasta que me lo dijera Ethan.
Suspiré y me moví inquieta. Tocaron la puerta y Aomine se estiró, mientras se levantaba fui a abrir.

–Señorita ___. Buenos días, en 40 minutos saldremos camino al hospital, por favor estén listos para entonces.

Asentí y cerré. Aomine estaba sentado en la cama mirándome expectante.

–Ven.
Me pidió. Seguí parada en la puerta recordando como se las había arreglado para calmarme ayer, no sabía de ese lado tan demandante suyo, era la primera vez que me mostraba esa faceta de si. Ayer no parecía que hubiese querido detenerse ¿Por qué lo hizo? Se rió y decido acercarse él. Me abrazó y lo abracé de vuelta.

–Hagamos de cuenta que lo de ayer no pasó ¿Si? No quiero seguir con esta atmósfera extraña.

Asentí y se tensó.

–Está bien.
Respondí.

–Y deja de respirarme en la nuca.
Me reí y volví a asentir. Me separó un poco de él con una sonrisa sarcástica en la cara.

–Si señor.

–Ve a bañarte.
Ordenó.

–¿Desde cuando me das órdenes?
Me agarró la mandíbula con una sola mano y me dio un beso casto en los labios.

–Desde ahora.
Sonrió y yo... obedecí. El problema era serio y aún así me hacía olvidarlo aunque fuese solo por un momento. Me di la vuelta y tomé una toalla camino al baño, me nalgueó en el proceso. Me cubrí el trasero avergonzada y le hice una mueca.

40 minutos después ya estábamos listos los dos. Me sentía rejuvenecida. Habían traído mis maletas y pude escoger ropa, toda negra, no tenía ganas de colores. Aomine iba todo de negro igualmente.

–Parece como si fuéramos a un velorio.

Solté nostálgica. Me hizo una cara extraña y me besó la frente agarrando mi mano, todavía teníamos que llegar al hospital. No quedaba lejos del hotel.
...

Los oficiales ya sabían cuál era la habitación de Ethan así que nos dirigimos allí directamente. Aomine abrió la puerta y me dejó pasar.

–Te espero afuera.
Entré vacilante. Ethan estaba recostado, despierto y Violet lo tomaba de la mano. Los dos alzaron la vista cuando cerré la puerta. Violet se me abalanzó encima, esperaba que me golpeara o algo, pero solo me abrazó escondiendo su cabeza en mi nunca.

–¡Estás bien!
Me separó de ella tomándome de los antebrazos y me toqueteo como dándose cuanta de que yo era real. Me tensé, confundida. Tenía una gasa en el cachete, claramente la habían lastimado ahí y varios moretones y raspaduras en las piernas.

Demonios de dos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora