Cuando te conocí. -S.m-

¿Qué le sucede?

Me desperté perezosamente, vi el reloj que reposaba en mi mesa de noche justo al lado de mi cama -Las 9:00 am-Si no me apuraba no llegaría a la cita con Izan. 

Me levanté y fui al baño para asearme, fui a la cocina y solo comí cereal y salí con paso apresurado de allí. 

Caminé hasta llegar aquel viejo edificio, donde concurría mis conversaciones con mi psicólogo, cuando entré saludé a la secretaría, ella me miró muy sorprendida, pues estaba acostumbrada a solo verme los jueves que era los días que concurría a ese lugar. Eran pacientes diferentes, todos me miraban de manera extraña...

Me senté a esperar que cada uno de los pacientes entrarán, saqué un libro y empecé a leerlo... De pronto sentí como las sillas a mi lado rechinaban por el movimiento de las personas levantándose de las mismas.

-Shawn-Escuché la voz de la secretaria. Llamó pero nadie se dirigió a la oficina, supongo que a esa persona se le hizo tarde o simplemente no quiso venir-Clark-Me levanté, le sonreí a la secretaría y entré a la oficina de Izan.

-¡Hey, Haley! ¿Como estás?-Dijo Izan animado. Se ve mucho mejor, menos frustrado que el jueves.

-Bien Izan ¿y tú?-Le dije con una sonrisa de boca cerrada-Mejor-Respondió con una carcajada. Se le veía muy feliz.

-Perfecto. Dime ¿Te haz hecho daño? ¿Te haz tomado tus medicamentos?

Ya estaba acostumbrada a este tipo de preguntas de parte de Izan, el era un tipo bueno y muy profesional con respecto a su trabajo, lo apreciaba realmente. -No me he hecho daño y si he tomado mis medicamentos-respondí soltando un suspiro.

-Hoy tus padres cumplen 3 años de su muerte -¿Irás al cementerio? ¿Cómo te sientes?-Me preguntó nuevamente.

-No me siento bien, tampoco me siento mal, no sé que siento. Pero te prometo que no haré nada en mi contra... He aprendido a apreciar pequeñas cosas de la vida.

Izan me miró con una sonrisa, logrando que sus ojos se achinaran-¿Y el amor Haley? ¿No estás enamorada?-Subió las cejas una y otra vez pícaro. Solté una gran carcajada-No, Izan.

En ese preciso instante nos interrumpió el sonido de la puerta-Adelante-Dijo Izan, seguido de la puerta abriéndose mostrando a la secretaria-Señor Smith, el joven Shawn lo espera afuera-dijo y enseguida se retiró.

-Haley, tengo que atender a Shawn, pero estamos progresando, tus terapias podrán ser cada quince días, puedes llamarme cuando me necesites y por los momentos podrás dejar tus medicamentos-Se levantó de su silla para despedirnos con un abrazo-Hasta dentro de quince días y por favor, dile al chico que está afuera que entre, su nombre es Shawn-dijo guiñándome un ojo. 

Salí en busca del chico, que no era díficil de reconocer, pues era el único que quedaba en esa sala aparte de la secretaria que ya estaba recogiendo sus cosas, me acerqué al chico-Hey Shawn dice el señor Smith que puedes pasar-El chico levantó su cara y enseguida lo reconocí. Era el chico con el que tropecé el jueves por la mañana. 

Se levantó de su asiento y sin dirigirme la mirada o alguna palabra se adentro a la oficina de Izan. 

¡Santo cielo! Ese chico era perfecto... Pero no lo sentía feliz, supongo que nadie es totalmente feliz.

-Hey, Haley, necesito tu ayuda-Dijo la secretaria, no recordaba su nombre ¿Janet? ¿Janny? ¡Jamie! Bingo, ese era su nombre Jamie-Sí claro, Jamie ¿En que te puedo ayudar?-Le dije amable.

Ella acomodó su cartera en su hombro y tomó las llaves de su escritorio-Necesito buscar a mi hija en el colegio y no contaba con que Shawn llegaría, puedes esperar a que salga y cerrar por mi?-Lo pensé, pues no tenía nada que hacer en casa y podía pasar por el cementerio más tarde.

-Claro-Le respondí. Ella inmediatamente me abrazó y me dio las llaves para salir a la luz del rayo.

Me senté en el escritorio de Jaime a esperar... Me distraje jugando con un cubo que tenía. A las 12:00 m escuché la voz de Shawn y la de Izan. Izan llevaba una carpeta en las manos y salió sin percatarse de que yo aun estaba aquí, Shawn también salió. Me levanté de la silla, apagué las luces y cerré dejando la llave debajo de la alfombra, tal como me había dicho Jaime.

Salí de aquel edificio y me encontré con Shawn en una esquina fumando-Hey, deberías soltar ese cigarro, morirás de cáncer-dije, sin ninguna intención de ofender. Él simplemente me miró con odio, mientras arrojaba el cigarro al piso y se marchaba.

¿A este chico que le sucedía?

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¡Segundo capítulo! Estoy tan inspirada con esta historia (¿Quién no se inspira teniendo de protagonista Shawn?) JAJAJA. 

Sin más que decir, ¡Disfruten este capítulo!