Una mañana como cualquier otra, fría, nublada y gris. Yo amaba este tipo de clima, me transmiten paz. Ese día era Jueves, eso quiere decir que me tocaba cita con el psicólogo. Sí, han oído bien, el psicólogo, y presten atención porque realmente esto no es lo importante...
Estaba a una dos cuadras de llegar, cuando choqué con un chico, bastante alto y guapo, demasiado diría yo. Con unos ojos color miel, como pintados por Picasso, un cabello ligeramente despeinado dándole aquel toque tierno, una tez blanca, muy blanca y sin mucho esfuerzo se podía notar que era un chico fuerte. Pues al chocar con él pude sentir su abdomen fuerte y noté sus brazos con una gran masa muscular -Disculpa- escuché que decía con su voz ronca, pero dulce a la vez, algo así como un té con miel y limón. Caminó rápidamente doblando en la esquina, desapareciendo de mi vista.
Llegué al pequeño edificio donde me atendía mi psicólogo, me acerqué a la puerta pero pude notar que había alguien más ¿Será que llegué temprano? Fue una de las tantas preguntas que pasó por mi cabeza. Miré el reloj que colgaba en la secretaría y apuntaba exactamente las 10:00 am. No, no había llegado temprano, era justo la hora de mi cita. Me acerqué un poco más a la puerta y pegué mi oreja a ella, no es una costumbre esto, pero están invadiendo mi hora...
-Entonces señor. Smith. Ya vio como reaccionó. Tiene cáncer, ¡Cáncer!-Dijo la señora a mi psicólogo, un poco alterada -Solo tiene 18 años-seguía diciendo. Dentro de mi algo se derrumbó. No sentía pena por aquella persona que tenía cáncer, ni lástima, solo era admiración. Aunque no lo conocía, debe ser muy fuerte para afrontarlo, pero es bastante triste, quizá, casi tener los días contados de tu vida, es allí cuando te das cuenta que es hora de empezar a vivir.
-Señora Mendes, a su hijo le costará afrontar la realidad, pero solo déjelo vivir, que siga siendo el mismo chico de siempre, el que sale a fiestas con sus amigos, el que lee, sin ninguna preocupación. Solo tomando algunas precauciones -Decía manteniendo la calma Izan, mi psicólogo.
-Usted no entiende nada-Sentí unos pasos acercarse a la puerta e inmediatamente me puse a mirar unos cuantos cuadros que estaban colgados en la pared, para que no sospecharan que había escuchado algo de la conversación.
La "Señora Mendes" se fue, soltando un par de lágrimas, dejando escapar algunos sollozos.
-Adelante, Clark- Me dijo Izan. Él era un hombre alto, como de unos 45 años, de tez blanca y ojos azules como el cielo, a su corta edad ya tenía algunas canas en su cabello. -Toma asiento-Dijo refregando su cara con las manos, se notaba un poco frustrado.
-¿Qué sucede? ¿Te sientes mal? -Le pregunté asustándome un poco por su actitud, jamás lo había visto tan preocupado.
-Tengo un caso bastante díficil Haley, se que escuchaste lo que hablaba con la señora. Mendes, pude ver tu sombra en la puerta -Dijo dándome una media sonrisa-Como escuchaste el hijo de la señora tiene Cáncer, y creo que le ha afectado más a ella que al mismo chico. No es fácil.
Me preocupaba demasiado la postura que había tomado Izan, este paciente estaba haciendo estragos con su cabeza -Izan, si quieres me retiro, te veo mal-Le dije, sinceramente lo veía muy fatigado y yo no tenía muchas ganas de lidiar con problemas.
-Accederé esta vez Hayle, porque no me siento en condiciones para trabajar, pero nos veremos el sábado, sin excusas-Me dijo con un tono de voz severo, genial, pensé sarcásticamente, pero bueno, al menos no me quedaría en casa haciendo nada.
-Esta bien Smith, nos vemos-Dije haciendo un gesto de despedida con la mano, mientras él lo imitaba.
El camino a casa lo hice caminando, para pensar, despejar mi mente, y observar... En mi mente se cruzó aquel chico de hermosos ojos con el que choqué en la mañana. Definitivamente aquel chico debía tener a muchas chicas enloquecidas. Pero sus ojos, a pesar de su belleza, reflejaban tristeza.
¿Quien pensaría que así comenzarían las cosas, cariño?
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Aquí les dejo el primer capítulo, espero les guste y lo disfruten. Gracias <3
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Cuando te conocí. -S.m-
Fiksi PenggemarEra un día como cualquier otro, pero lo sentí tan diferente. El cielo nublado y el ambiente tan frío. Aquel día que te vi, no sabía con esa actitud que te convertirías en todo para mi. Gracias Shawn, te amo. -Prohibida cualquier adaptación sin mi co...