Cuando te conocí. -S.m-

En aquel parque.

Otro día, jueves. Haley se levantó justo cuando sonó la alarma a las 6:00 am. Se dedicó a el aseo de su hogar. Cuando terminó de hacer los deberes fue al baño para asearse y salir a la cita con su ya conocido psicólogo.

Haley terminó de asearse, fue a la cocina y picó algo de fruta para comer y salió de su casa.

Luego de su cita con Izan quiso ir a aquel café en el que se encontró a Shawn. Dentro de ella había alguna esperanza de conseguirlo allí.

Se sentó en la misma mesa, junto a la ventana. Con la diferencia de que el sol resplandecia como jamás lo había hecho.

Haley pidió un batido de chocolate y empezó a tomarlo mientras miraba a la gente pasar. Se escuchó la campanilla anunciando la llegada de alguien al pequeño café, cosa que sacó de sus pensamientos a Haley haciéndola mirar hacia la puerta, para chocar la mirada con los ojos cafés mas hermosos. Shawn estaba allí viendo a Haley con una gran sonrisa. Se dirigió hacía ella sin dejar de sonreír y se sentó justo al frente.

Se sonrieron sin apartar la mirada.

-¡Hey!-dijo Shawn.

-¡Hey!-dijo Haley dándole un leve golpe amistoso en el hombro.

-¿Quieres salir al parque?-Dijo Shawn de repente, haciendo sorprender a Haley.

-Sí, claro.

Shawn y Haley salieron del café y caminaron juntos hasta el parque, se sentaron en una banca, debajo de un árbol que les ofrecía sombra.

-Vamos a jugar a preguntas y respuestas-dijo Shawn.

Haley lo miró y sonrió, asintió sin decir nada.

-¿Por qué asistes al psicólogo?-Preguntó Shawn, mirando a los niños jugar en el parque.

-Caí en una fuerte depresión-dijo Haley un poco cortante ¿Tú por qué asistes al psicólogo?

-Haley. -Ella sintió un escalofrío al oír su nombre salir de la boca de Shawn.-Tengo cáncer y con ello ha atraído problemas de autoestima, por eso asisto al psicólogo.

Haley lo miró y lo abrazó, no sabía porque sentía esa necesidad de hacerlo. Shawn sin duda era guapo, sus ojos color café claro, con su cabello castaño, su pequeña cicatriz en una de sus mejillas. Pero a pesar de todo su atractivo físico existía el de su interior, aquel que pocos habían logrado llegar. Justo a donde quería llegar Haley.

Se separaron de su abrazo.

-¿Cuántos años tienes Haley?

-18 ¿y tú?

-También.

-Haley, ¿tienes novio?

-No Shawn, ¿y tú?

-Tampoco-Shawn sonrío, mostrando aquellas perfectas perlas, mejor conocida como "dientes".

Cariño, tu sonrisa es la más hermosa. Me encanta.