Cuando te conocí. -S.m-

Recaída.

Shawn y yo pasamos nuestra boda civil de maravilla. Aún tenía aquella sensación de cuando unió sus labios por primera vez a los míos y aquí estamos ¡Casados!

Mi pecho se hunde al recordar cuando el cáncer lo estaba carcomiendo, llevándose sus esperanzas y sus ganas de vivir. Pero ¡Dios mío! ¿Qué hice yo para merecer este ángel? 

Siento unas manos rodear mi cintura y sus cálidos labios depositando un beso en mi mejilla. 

-Buenos días, cariño-Dijo con su voz ronca. No sé que había hecho tan bien como para merecerlo. 

A mis quince años la vida me cambió radicalmente cuando recibí aquella llamada de que mis padres habían fallecido. Intenté suicidarme en varias ocasiones, internada en un psiquiátrico y asistí durante 2 años a el psicólogo en donde conocí al maravilloso Izan. Pero nada de aquello me hacía olvidar las horribles pesadillas que presenciaba durante las noches, el miedo a perder a alguien más. El querer desaparecer para olvidar o aliviar el dolor. Pasaba noches en velas pensando que hubiese sido mejor morir yo. 

Me alejé de mis amigos, terminé la secundaria sin ningún amigo, odiando a los profesores y llorando al ver todas aquellas familias felices que se paseaban al atardecer, o aquellos que esperaban la noche para comer un helado. Los niños tomando de las manos a sus padres y los adolescente peleando con sus padres me era un escenario melancólico. 

Nadie había logrado penetrarse en mi piel, conectar conmigo. No olvido el dolor que en ese momento sentí pero aprendí a sobrellevarlo, aprendí que las cosas suceden por algo. A veces es necesario que unos se marchen, le dolor, la tristeza, para apreciar a las personas que llegarán a nuestras vidas. Para saber que el sol luego de la tormenta. Si existe. Es necesario pasar por esa transición para saber que estamos vivos y que aun sentimos. Aunque se nos parta el corazón.

Shawn, se metió en mi piel, colisionó mi corazón y me cautivó con su inteligencia. Y este momento cuando me despierto con él, a su lado, siendo su esposa. Me doy cuenta que mis padres no están físicamente en este plano terrenal, pero si se encuentran a mi lado. No sé que energía sea. Dios, el Universo, los Astros, Ángeles. No lo sé. Pero él estaba destinado para mi. Esa sonrisa estaba destinada a levantarme por la mañanas, acostarme viendo sus ojos. Y es aquí cuando sé que puedo amar de nuevo. Cuándo sé que he vuelto a la vida. Y no tengo miedo a perderle, porque sé que siempre estará a mi lado.

-Buenos días Sr. Mendes-Respondí robando un beso de su boca y abrazándolo. Aspire su aroma y me escondí en su pecho.

Él se acomodó y empezó a acariciar mi cabello de un lado a otro. 

-Prometo estar contigo, siempre ¿Lo sabes?-Dijo conectando su mirada con la mía.

-Lo sé, yo también prometo estar contigo siempre-Besé su mejilla-Esto puede sonar tan loco Shawn, pero te amo, quiero estar toda la vida contigo, siempre, a tu lado. Amanecer entre tus brazos y solucionar nuestros problemas juntos. Pelear, pero saber que todo se arreglará, me besarás y todo estará bien. Estoy cayendo por ti, cariño-Suspiré y boté todo el aire que no sabía, estaba conteniendo.

Detecté un poco de brillo en los ojos de mi esposo a causa de unas lágrimas que se estaban acumulando. De hecho hacía que sus ojos color miel pasaran a un verde. 

Me abrazó tan fuerte que sentía podía desarmarme de amor. 

-¡Dios mío Haley! No sabes cuanto te amo. Me casé porque no quiero que más nadie acelere mi corazón como tu lo haces. Quiero ser tuyo para siempre. 

A este punto estábamos teniendo una explosión en nuestro corazón y una guerra de besos.

De pronto sentí como aquella confortante guerra de besos y abrazó, paró. Sentí el frío llegar a mi cuerpo y con manos temblorosas, sacudí a Shawn. Pensé que era una broma. Pero sentí como su pulso se volvía lento y su cuerpo pálido.

Shawn se había desmayado.

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¡Hola! I'm back. 

¿Cómo están? No saben la vergüenza que siento de perderme por tanto tiempo. Me disculpo. Pero aquí les traigo un nuevo capítulo. 

¡Que lo disfruten! 

¡Las amoooo!