La magia.

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11.


"¿Hasta cuándo vamos a seguir creyendo que la felicidad no es más que uno de los juegos de la ilusión?"

La habitación de Hermione estaba siendo objeto de un sin número de extrañezas de la naturaleza. Esas rarezas hacían que la castaña se inclinara por investigar a fondo el ¿por qué? de aquellos sucesos extraordinarios. Siendo un pequeño cofre de colores rojo y dorado, lo que más llamaba la atención de la castaña.

El cofre en cuestión era propiedad de la señora Lily Potter, pero lo que contenía en su interior era clasificado. Hermione solo sabía que debía ser algo importante, pues gracias a ello el joven Potter había accedido a pasar su verano estudiando, en vez de disfrutar sus vacaciones como la mayoría de las personas.

La mente curiosa de la chica divagaba en las posibilidades del contenido de esa peculiar caja fuerte, mientras sus dedos recorrían los bordes y la diminuta insignia de león en el centro. Los objetos en la caja eran lo más preciado para Harry, él mismo se lo había dicho en alguna ocasión durante sus horas de estudio. También tenía algo que ver Hogwarts, ya que el león estaba dentro de su escudo.

<<La caja pertenece a Lily Evans>>

<<Los objetos dentro de la caja pertenecen a Harry James Potter>>

<<Harry James Potter pertenece a Hogwarts >>

<<Lily Evans pertenece al león >>

<<El león pertenece a... >>

Algo seguía sin encajar en la ecuación y la siguiente palabra se desvaneció en la mente de la castaña. No sabía cuál era el meollo del enredo. Aun. Así que pronto lo averiguaría.

Ya eran casi las 8 de la mañana y Harry había quedado en pasar por la chica al mediodía. Hermione permanecía inquieta, no tanto por la misteriosa caja de la señora Potter, sino por su cita con Harry. Ella tenía todo controlado, desde sus zapatos hasta sus emociones, pero no había previsto aquella invitación, ni mucho menos se habría visto así misma aceptando tan fácilmente.

Ahora estaba en una encrucijada tratando de escoger la ropa adecuada para la ocasión. No dudo mucho, ella no era experta en el mundo de la moda, así que fue donde la habitación de su madre y tomo una de las revistas de Vogue que se encontraba sobre su buro. Hermione ojeo entre las páginas encontrando la colección de verano presentada por Gucci en la semana de la moda en Paris y termino copiando uno de los conjuntos, que vestía una modelo muy parecida a ella.

De pronto la castaña estaba en el centro comercial tratando de encontrar las piezas vistas en el artículo. Primero busco en una tienda especializada en distribuir vestidos, pues sabía que era muy difícil encontrar la ropa en la tienda de Gucci, siendo presentada apenas unas semanas atrás, además de no tener el suficiente dinero para pagar el costo.

Gracias a su memoria eidética, Hermione logro replicar casi con exactitud el atuendo que había elegido. Cogió un vestido rojo con la falda en doble circular, hasta las rodillas, sin mangas y con un tenue moño en la parte del abdomen. Sus zapatos eran cerrados de color verdoso y con un poco de tacón. Llevaría como extra una chaqueta azul marino con bordes negros y botones blancos de gran tamaño. Su cabello estaría suelto y por último un collar con el dije en forma de águila adornaría su cuello.

Tras tomar una ducha, Hermione arreglo su cabello, haciendo caer moderadamente sus risos sobre la espalda. Se maquillo, usando un pintalabios carmín y sombras difuminadas con su piel. Al mirarse al espejo quedo fascinada por imagen que se le presentaba. Quizá no era una calca de la colección de la semana de la moda, pero estaba perfecta.

La magia, el mago y el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora