Myrtle.

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31.

"¿Qué quieres? El amor pide calle, pide viento, no sabe morir en la soledad".


James Potter dio un paso adelante para ser visto y expresarse frente al ministerio de magia. Ser el jefe de Aurores no siempre aseguraba que todos los magos y brujas tomaran sus palabras como algo sagrado que debiera cumplirse al pie de la letra. Esta vez, sin embargo, las cosas parecían ir viento en popa. James sonrió tímidamente ante todos los aplausos que recibió. Se inclinó ligeramente con la cabeza y bajo del escenario para encontrarse con su esposa.

Lily le sonrió emocionada a su esposo por lo que había logrado, todavía aplaudiendo.

¿Así que no soy bueno con las palabras? ―Preguntó James sonrojado por la emoción del discurso que acaba de dar.

La pelirroja miró su rostro, sus ojos reflejaban su ansiedad.

―Fue bueno.

― ¿Bueno? ―infló el pecho con una sonrisa enmarcando los hoyuelos, evitando la decepción ―Fue increíble.

La sonrisa del azabache se ensanchó cuando la pelirroja hizo una mueca de repulsión, pero finalmente acepto que James tenía la razón y su discurso sobre la seguridad en el mundo mágico hizo eco en los asistentes. Luego Lily cambió a una expresión más pacifica, pero asustada.

― ¿De verdad? ¿Crees que se aceptaran tu propuesta?

―Todavía necesitamos setecientas personas para llegar a cinco mil firmas, pero lo lograremos, confía en mi amor.

James sonrió y tomó sus manos entre las suyas, abrazándola. Lily asintió sin mucho ánimo, pero confiada en el futuro del Ministerio de Magia, metió su cabeza bajo su barbilla.

Una mujer de porte imponente y mirada severa se acercó a la pareja, era una bruja tenaz, la famosa jefa del Departamento de Aplicación de la Ley Mágica.

―Excelente discurso Potter, jamás imagine que te interesaras por la política, sin embargo, aquí estas mejorando el trabajo de los demás.

Las palabras de la mujer no sonaban ásperas, sino alentadoras.

―Gracias Amelia mi esposo lo aprecia ―se apresuró a decir Lily al ver que James estaba en trance.

―En realidad, creo que deberías estar orgulloso de ti mismo James, antes si quiera podías pararte en el podio ―bromeó Susan.

―He tenido una buena enseñanza, después de todo, fuiste tú quien creyó en mí, cuando empecé esto. ―James levantó su insignia de Auror. ―Me ayudaste a entrar en este mundo y me hiciste seguir adelante cuando me sentía desesperado por capturar a los criminales.

―Tienes razón, también estoy orgullosa de mí trabajo, pero no se quita el mérito a la persona que actúa y trabaja día con día.

―Gracias señora Bones, aprecio sus comentarios.

― ¡Oh James! Te conozco de hace tanto, dejemos las formalidades y explícame por qué necesitas ese cambio de aplicación en la ley con Muggles. ―Se tomó un respiro para continuar, mientras revisaba con la mirada que nadie estuviera cerca escuchando su conversación. ―Sé que tu hijo sale con una joven llamada Hermione Granger.

― ¿Cómo lo sabes? ―Preguntó Lily con los ojos bien abiertos.

―Eso es todo de lo que ha estado hablando mi sobrina Susan en sus cartas durante el último mes, como ven yo también tengo mis informantes en Hogwarts, espero que esa chica no sea una amenaza y tenga que ver con Lord Vold... ―no se atrevió a terminar la frase, porque sintió una corriente fría atravesándola.

La magia, el mago y el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora