Kreacher.

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16.

"Y diré las palabras que se dicen, y comeré las cosas que se comen, y soñaré las cosas que se sueñan, y sé muy bien que no estarás".


La mañana prometía un sinnúmero de cosas por hacer. A pesar de haber pasado una noche con poco sueño, Hermione se levantó tan temprano como acostumbraba. Se bañó y recogió su pelo en un moño sencillo, intentaría vestir con ropa casual, sin embargo, y para su incomodidad, Harry le había elegido los atuendos más ostentosos que se hubiera comprado solo para sus citas con el azabache.

Aquello si resultaría difícil teniendo en cuenta que quizá una horda de maniáticos los perseguiría por doquier (un poco de glamur mientras escapas de la muerte segura), Harry era demasiado despistado. Hermione sonrió mirando la ropa que colgaba de los ganchos, aún estaba con la bata de baño intentado elegir con que vestirse.

―Buen día señorita Granger. ―Una pequeña criatura apareció en la habitación mirándola como si se tratara de alguien a quien debiera servir.

Por su parte, Hermione no despego sus ojos del armario, mientras susurraba algo casi inaudible.

―Buen día Kreacher ―saludo cortésmente la castaña, por fin despegando la mirada y llevándola frente al pequeño elfo.

El elfo inclino la cabeza e inmediatamente convencido chasqueo los dedos apareciendo un conjunto de ropa para el día sobre la cama. <<La criatura también posee magia>> se dijo así misma Hermione, por supuesto ya lo había notado la noche anterior, pero una de sus teorías apuntaba a que era magia donada por Regulus Black, ahora estaba convencida de que era propia de la criatura.

Kreacher era el fiel sirviente de la familia Black desde ya hace tantos años que apenas recordaba como había llegado a aquel lugar. Era tan gruñón y huraño como la mayoría de los miembros de aquella familia, acataba cada regla de conducta purista, al igual que sus amos despreciaba a los de sangre sucia, de tal manera que se había convertido en un miembro más, pero siempre cumplía las órdenes de cualquiera que llevara el apellido de la noble casa de los Black.

―Gracias Kreacher, estaba buscando el atuendo adecuado, veo con agrado que tienes buen gusto.

El elfo volvió a asentir complacido por las palabras de la joven y dentro de él una idea bochornosa se había generado.

― ¿Se ha levantado el señor Regulus Arcturus Black o Harry James Potter? ―cuestionó Hermione.

―No, ambos duermen profundamente, ¿Quiere que los despierte? ―Ahora la idea de Kreacher se iba haciendo más clara.

Hermione sostuvo su vista en el horizonte mientras pensaba en lo que haría en el día, usualmente tenia planificados sus días, pero con los acontecimientos recientes no había tenido oportunidad de organizar su tiempo.

―Está bien, déjalos descansar.

El elfo asintió y miro esperando a chica para cumplir sus órdenes, después de todo era su deber servir a los magos de sangre pura.

―Kreacher puedes retirarte no es necesario que me complazcas en todo lo que necesite.

―Es mi deber servir a los invitados del amo, prefiero estar al servicio de alguien que no es un mestizo como Harry Potter, al principio creí que usted era como él o como traidor de sangre Sirius Black, pero eso no puede ser, todo en usted indica que es de sangre pura.

Si Hermione fuera una persona normal se habría sorprendido por las conjeturas del elfo, sin embargo, no lo era y aquel pensamiento podría serle de mucha utilidad. No había porque desmentir a la criatura, la castaña ya tenía suficiente con ser perseguida por esos Mortifagos. Si negaba la mentira, seguramente crearía más conflictos, no sabía cuánto duraría aquella idea en Kreacher, por ahora tenía ventaja y se encargaría de mantenerla el mayor tiempo posible.

La magia, el mago y el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora