Escarabajo.

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20.

"Fui una letra de tango para tu indiferente melodía".


Como casi siempre cuando no tenía una misión que realizar, James Potter se hallaba deambulando de arriba hacia abajo por toda la sala con el pretexto de cuidar y proteger a su familia de los magos oscuros. Fue por ello, que cuando recibió la noticia, se sintió desorientado, pero se hallaba alerta.

El caso de Regulus Black seguía abierto, pero no se imaginaba que algo así ocurriría y menos que Harry estaría involucrado, después de todo su comportamiento había cambiado en las últimas semanas. Harry no pretendía hacer cosas malas, por lo regular, lo que le ocurría era producto de su magia accidental. Durante sus vacaciones de navidad con la familia Dursley su hijo había creado un caos, pero nada que no pudieran controlar él y su esposa Lily.

James miro la fotografía familiar donde Harry y Lily sonreían. Ahora no sabía si su hijo podría estar seguro, sabiendo que el pasado estaba regresando.

―Es mejor que vallas con Sirius, yo buscare a Severus ―Lily lucía preocupada.

―Todo estará bien, lo sabes ―tranquilizó con tono dulce.

―Lo sé. ―Dijo titubeante.

Aun con los nervios y el miedo a flor de piel, Lily se dirigió a su chimenea, en un movimiento regreso a sus días de infancia, aunque ya no era demasiado joven seguía sintiendo la misma admiración que en el primer día. Hogwarts se miraba hermoso, para su sorpresa los colores eran representados por su casa, rojo y dorado. Busco entre los salones, hasta que hallo un lugar con innumerables botellas y frascos, además de que los libros abarrotaban las paredes.

― ¿Lily?

Su gran amigo de toda la vida Severus Snape, pregunto con sorpresa y luego se apresuró a su escritorio. Lily solía trabajar con el profesor, los días libres de Severus y en ocasiones durante las vacaciones de navidad y verano, pues Severus Snape trabajaba durante casi todo el año dando la clase de pociones en Hogwarts. Hasta que Severus había sido lo suficientemente valiente para confesar sus sentimientos a Lily, aunque fuera demasiado tarde.

― ¿A qué debemos visita de la hermosa esposa James Potter?

El hombre no había superado su enamoramiento por su amada Lily Evans, ahora Potter. Saber que ella conformaba un hogar con James y su querido hijo, era bueno, aunque a la sola idea de verlos juntos le causaban unos espantosos celos, él podría estar casado con Lily y ser el padre de Harry. Pero no. Lo único que podía hacer era, crear pociones en un pequeño laboratorio construido por el mismísimo junto a su casa o dar clases en Hogwarts, mientras su pelirroja amiga se dedicaba de lleno a su familia.

―Severus, no necesito tu ironía en este momento.

A Lily no le gustaba discutir con Severus, además, tenía cosas más importantes en que pensar. Uno de sus mejores amigos, el padrino de Harry estaba en peligro de caer en Azkaban, al igual que su esposo por encubrirlo. Su viejo amigo tendría que ayudarla a pesar de su odio hacia James. Ocasionalmente Snape aceptaba cooperar con su rival y la pelirroja esperaba que esta fuera una de ellas, ya que, con Lord Voldemort rondando con su reinado de terror, la situación requeriría toda la ayuda posible.

Severus pensó en iniciar una discusión en base a James, pero esta vez pudo ver la desesperación en la mirada de Lily. No había visto esa expresión desde que...

―Por favor, se trata de Regulus Black.

La sala estaba llena. Las aproximadamente cuarenta personas que se encontraban sentadas, se levantaron inclinándose hacia adelante para tener mejor percepción del enjuiciado. Regulus Black se erguía en el centro tras una cortina de barrotes, se le veía tranquilo, sin embargo, Harry se preguntaba si era necesario tal espectáculo. A Black se le exhibía como un delincuente de primera, solo esperaba que la situación se resolviera y pronto pudiera regresar a casa.

La magia, el mago y el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora