Grimmauld Place

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15.


"Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos".

El viento frio soplaba fuerte golpeando contra los cuerpos de Harry y Hermione. En plena zona de impacto Hermione se sentía tan temerosa que no quería abrir los ojos, mientras sentía sus dedos enfriar más y más, el sudor helado se apodero de su rostro, entonces se aferró al torso de Harry enterrando su cara en la espalda del azabache.

Por otra parte Harry se sentía tan entusiasmado que no lo podía negar, incontables veces trato de darle palmaditas llenas de ánimo a Hermione, pero ella se negaba a disfrutar del instante gracias al tremendo miedo que le tenía a caer de la escoba en cualquier momento. Tampoco era muy cómodo estar sobre un palo viajando a una excesiva velocidad, con un clima terriblemente congelado.

Era su forma de vivir, Harry extrañaba esa sensación del aire corriendo entre su ropa y despeinando su cabello. Cuando atravesaron el Támesis a una extraordinaria velocidad, decidió que era suficiente drama para Hermione y la hizo ver hacia abajo.

―TIENES QUE VER LA VISTA ES INCREIBLE ―grito Harry para que Hermione lo escuchara con claridad.

Seguía negándose, sin embargo en un momento de curiosidad la castaña descubrió un ojo y vio las luces de la ciudad reflejadas en el agua. Eso basto para que Hermione respirara aliviada y mirara con admiración en lugar de miedo. Harry volteo hacia su espalda y observo la sonrisa satisfecha de su novia, se sentía bien volar, pero al hacerlo con Hermione era mil veces mejor, disfrutar de su calidez lo emocionaba más que atrapar una Snitch dorada.

La escoba elevo la altura y las siluetas se perdieron entre las nubes, así continuaron durante varios minutos hasta que Harry estaba listo para aterrizar, fue entonces que le pidió a Hermione que se agarra bien de él. Llegaron a una calle solitaria, las luces apenas iluminaban la hilera de casas que se hallaban frente a ellos. La oscuridad de la noche no daba problemas a los visitantes, podían moverse con tranquilidad por el vecindario evitando contacto con los Muggles.

La castaña noto que entre el 11 y 13 de Grimmauld Place no había casa alguna, así que supuso que Harry la llevaría allí.

―Falta el número doce, es a donde vamos ―aseguro Hermione

―La casa está bajo un encantamiento ―Harry la miro completamente admirado por su deducción ­―solo algunas personas saben dónde y cómo entrar.

El azabache se posó en la pequeña abertura que separaba las casas del 11 y 13, levanto su varita y susurro algo que Hermione apenas alcanzo a entender. De momento un estruendo se apodero del suelo, los cimientos comenzaron a temblar. A través de las ventanas se veían algunas personas frente al televisor o en la mesa ingiriendo alimentos, todos ellos completamente ajenos a la magia que surcaba su alrededor.

Segundos después una puerta de madera apareció, dejando ver el número 12 a un lado. Harry decidió no llamar, en vez de tocar insistentemente uso su magia, pronuncio un encantamiento para abrir la cerradura, mientras la castaña miraba hacia los lados descartando que aun los siguieran, cuando la puerta se abrió el azabache entro y jalo a Hermione, en ese momento las luces se encendieron.

La vivienda era tan anticuada como el palacio de Westminster (1), de igual ostentosidad. Ni Harry ni Hermione estaban acostumbrados a tanta opulencia. Harry era el más sorprendido, por su padrino Sirius Black conocía el paradero del lugar, creía que lo hallaría en ruinas o demasiado descuidado, pues Sirius le había asegurado que hace ya muchos años que no visitaba el número 12 de Grimmauld Place, sin embargo, la visión del lugar le daba una nueva perspectiva.

Ambos caminaron con cautela a la expectativa de lo que pudiera ocurrir. En la entrada de la sala de estar aguardaba una criatura con semblante descontento y mirada incriminatoria, pudo haber atacado, pero un hombre un tanto desgarbado se interpuso, antes que la criatura desquitara sus ansias.

―Kreacher, pero que descortés eres con nuestros invitados ―exclamó el hombre.

―Lo siento amo ―se disculpó la criatura agachando la cabeza.

La escena parecía salida de la edad media, Hermione trataría de cambiar ese pensamiento, pero en ese instante todo estaba en el aire, era mejor conocer el terreno antes de hacer algún movimiento.

―Buenas noches y bienvenidos sean a la morada de los Black ―se dirigió a sus visitantes e hizo un ligera reverencia ―disculpen a mi elfo, la verdad es que no tenemos muchos visitantes por estos días, de hecho el único visitante que tengo no ha venido en varias semanas.

―Buenas noches ―dijo el azabache.

―Buenas noches señor Black ―saludo la castaña cortésmente.

Harry miro incrédulo, como rayos Hermione sabía que ese hombre pertenecía a la familia Black, se suponía que el único miembro de la familia con el apellido era Sirius.

― ¿Cómo sabes que pertenece a la familia Black? ―interrumpió Harry con algo de preocupación.

―Vive en la casa de los Black y se guía por un sistema tan retrogrado como el del feudalismo (2) ―dijo refiriéndose a la forma en que trato al elfo ―creo que sería incoherente que no perteneciera a la familia Black con todos esos títulos de supremacía mágica purista sobre las paredes.

―Bien dicho señorita...

―Granger, Hermione Jean Granger.

―Señorita Granger me sorprenden sus observaciones, deje me presento mi nombre es Regulus Arcturus Black a sus pies ―el hombre hizo una exagerada reverencia y beso la mano de la castaña.

―Ya que estamos haciendo presentaciones ―Harry se interpuso ligeramente para denotar su descontento ―soy Harry Potter.

―Señor Harry Potter un placer, es para mí todo un honor conocer a tan honorable caballero Griffyndor ―se expresó Regulus Black con demasiada pasión que hizo dudar a Harry.

―Se está burlando de mí.

―Desde luego que no, perdonen mi impertinencia, he pasado tanto tiempo solo con el gruñón de Kreacher que creo que he olvidado cómo comportarme con la gente normal.

―No se disculpe señor Regulus Arcturus Black, en realidad es compresible dado al parecer se ha quedado en el siglo pasado ―aseguro Hermione dando un vistazo a la estancia.

―Mi padrino me dijo que viniera aquí cuando necesitara ayuda, no estoy seguro de que quería decir en ese momento, pero ahora necesito ayuda ―aspiro profundo ―nos persiguen Mortifagos.

Regulus Black y su elfo Kreacher abrieron enormemente los ojos intentando asimilar lo que estaba pasando. Regulus Black quería decir que aquello era imposible, pero algo muy dentro de sí le gritaba que era verdad.

―Kreacher prepara dos habitaciones para nuestros invitados ―ordenó Regulus Black.

―Se lo agradezco señor Regulus Arcturus Black, estoy realmente cansada y su hospitalidad me complace, lo mismo para usted Kreacher.

El elfo desapareció sin siquiera escuchar lo último de la castaña.

―Es verdad, todavía tengo muchas dudas con respecto a usted y su relación con mi padrino, pero tal vez pueda esperar hasta mañana.

―Lo mismo pienso joven Potter ―concordó Regulus Black.

Minutos después Kreacher apareció y guio a Harry y a Hermione por un pasillo que parecía interminable. Justo en el segundo piso encontraron dos habitaciones una frente a la otra. La primera era para Hermione relucían los tapices de varios tamaños y colores, y objetos de un valor incalculable, pero lo que más le llamo la atención a Hermione fueron los libros que se hallaban sobre un viejo mueble. La habitación de enfrente fue cedida a Harry, quien si quiera se molestó en revisarla, se lanzó sobre el colchón sin esperar cerrar la puerta.

NOTAS:

(1) Es también conocido como el parlamento de Inglaterra.

(2) Es un sistema de gobierno y de organización económica, social y política propio de la Edad Media, basado en una serie de lazos y obligaciones que vinculaban a vasallos y señores.

La magia, el mago y el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora