Café.

1.8K 135 15
                                    


5.

"Déjame entrar, déjame ver algún día como me ven tus ojos"


Si había algo que molestara en demasía a Hermione Jean Granger era la infinita estupidez humana y el muchacho que estaba frente a ella dejaba en evidencia, que como siempre ella tenía la razón. Después de 5 minutos, el café ordenado no estaba en su mano, ni siquiera estaba en proceso de ser servido, todo porque uno de los encargados de atender la cafetería estaba plácidamente coqueteando con su compañera. Hermione había pedido un expreso doble, con dos porciones de 5g de azúcar, no una de 10g, un vaso de leche fría y 3 galletas de frutos secos, lo repitió dos veces asegurando que de verdad su pedido fuera servido con dichas especificaciones, pero como la mayoría de las veces a la persona que la atendía parecía no importarle.

―Qué falta de profesionalismo ―dijo en tono neutro, pero alzando la voz para que él, la escuchara con claridad.

― ¿Disculpa? ―pregunto con molestia el despistado e inepto empleado de la cafetería.

―Disculpa no aceptada.

― ¿Qué?

―Ella no quiere salir contigo ―sugirió sin amabilidad ―ya deja de parlotear con la chica y sírveme un expreso doble, con dos porciones de 5g de azúcar, un vaso de leche fría y 3 galletas de frutos secos.

―Si quieres algo tendrás que esperar ―bufó el encargado aún más molesto.

― ¿Esperar?, grandioso estoy esperando desde hace 5 minutos, 36 segundos y 25 milésimas de segundo ―respiro hondo antes de continuar con su argumento ―mi pedido ni siquiera se ha procesado y todo porque tratas de convencer a tu compañera de trabajo para tener sexo contigo.

―Pues tal vez tengas que esperar un poco más ―la miro con ira ―y no entrometas en la vida de los demás.

―Richard me atiendes inmediatamente o me voy ―mencionó en tono despectivo, pero a la vez como si fuera su madre regañándolo.

― ¿Quién rayos te crees?, y ¿Cómo sabes mí nombre?

―Primera yo no me creo ―aspiro profundamente y luego prosiguió ―soy un potencial consumidor de este establecimiento que le brinda a la economía nacional un per cápita de 250,000 libras anuales (1) que serán 249,998, sino procesas mi pedido de inmediatamente y segunda me temo que no has tomado la molestia de revisar tu uniforme el cual claramente dice HOLA SOY RICHARD Y ESTOY PARA SERVIRLE, lo cual claramente no haces.

― ¿Qué ocurre aquí? ―intervino un hombre alto y de complexión robusta.

Hermione rápidamente se percató que este era el gerente.

―Solo un pequeño mal entendido. ―Trato de explicar sonando convincente con su jefe, pero el nerviosismo se le notaba y lo delato con tan solo una mirada.

― ¿Un pequeño malentendido? ―preguntó con sarcasmo ―Galileo y el Papa tuvieron un pequeño malentendido (2), me voy.

Y luego salió del establecimiento para dejar atrás al muchacho discutiendo con su jefe por lo ocurrido durante su turno.

Entre tanto, Hermione se dejó llevar por la euforia y comenzó a caminar por las calles abarrotadas de gente. El centro de Londres era bullicioso a esa hora de la mañana. La gente se movía al compás del viento, sin importar quien caminaba a su alrededor.

Lily Potter era ama de casa, una increíble madre, esposa y por supuesto una muy buena pocionista, no se podía esperar menos de la chica ganadora del premio anual, obviamente no tan excepcional como Severus Snape para crear pociones, pero al menos le seguía el paso en las ocasiones en que trabajaban juntos.

La magia, el mago y el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora