Tiempo.

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4.


"Todo lo que de ti quisiera es tan poco en el fondo, porque en el fondo es todo".


Se podía sentir el fin de la primavera y el aire fresco dando la bienvenida a una grandiosa temporada del año, aún era temprano, pero la mañana prometía un día demasiado agradable, el cielo estaba completamente despejado y se podían distinguir las distintas tonalidades de verdes, naranjas, amarillos, rojos, azules y violetas caer envolventemente sobre los árboles, creando un efecto visual en cascada impresionante.

Hermione Jean Granger despertó al igual que todas las mañanas, antes de abrir los ojos ya sabía exactamente lo que debía hacer durante todo su día -durante toda su vida-, su cerebro trabajaba a una velocidad increíblemente rápida, era una máquina de información que tenía perfectamente planeado todo.

La pequeña Hermione, desde muy temprana edad había demostrado su gran capacidad intelectual, era una genio de eso no cabía la menor duda, aprendió a leer mucho antes que pudiera caminar, su memoria y capacidad de resolución era impresionante, ella era sin duda alguna una de los grandes genios de todo el mundo.

Antes de siquiera ver el reloj, ya sabía qué hora era, su cerebro lo había calculado a la perfección, 5:00 de la mañana como cada día ni un segundo más ni uno menos.

La chica bajó de la cama e inicio con su perfecto protocolo matutino; elegir su atuendo de acuerdo con el día, ir al baño para lavarse los dientes y bañarse, regresar a su habitación para cambiarse, acomodar y tender su ropa de cama, bajar a la cocina para preparar su desayuno -que consistía en un par de huevos fritos, un poco de fruta, pan y desde luego una recién salida taza con café- y desayunar, después de ello lavar los trastes, secarlos y dejar la cocina perfectamente limpia y en orden, regresar nuevamente a su habitación para y cumplir con su agenda diaria, todo de forma sincronizada y en perfecto orden contando cada segundo.

La chica amaba en demasía contar –tal vez el tiempo es diferente en la percepción de cada individuo, pero en Hermione era la forma de avanzar en el tiempo, la forma de ser parte de la unidad elemental-, la pulcritud, el orden. En contraparte detestaba el caos, imaginaba que en el universo ya había demasiado como para estudiarlo tan detenidamente creándolo. También aborrecía la suciedad, por ello pasaba horas enteras limpiando a profundidad evitando la generación de microorganismos negativos para la salud, era relajante fregar y sentir el olor del amoniaco pasar pos sus fosas nasales hasta llegar a sus pulmones.

La habitación de Hermione era muy diferente al resto de la casa Granger. El lugar era acogedor, con una buena iluminación y no muy grande, pero si lo suficientemente espaciosa para acomodar todas sus posesiones materiales, todo estaba acomodado en perfecto orden, desde la ropa que colgaba en ganchos de colores para cada día de la semana, hasta los bolígrafos que sobre el escritorio.

Decenas de libros se acomodaban en los estantes y los sobrantes creaban pequeños fuertes por cada rincón, una pequeña cama individual con edredón color lila y un escritorio con lámpara destacaban en el lugar que se hallaba repleto de diversos tomos que iban desde cuentos de Canterbury de Geoffrey Chaucer hasta La Teoría de la Relatividad de Albert Einstein.

Los numerosos premios, reconocimientos y diplomas otorgados por Oxford, Cambridge, Harvard y otras prestigiosas universidades adornaban sus paredes haciendo ver que esa habitación no pertenecía a nadie más que a la prodigiosa Hermione Jean Granger.

Sobre la cabecera de la cama de Hermione se hallaba remarcado con letras muy grandes y en tinta negra una frase de aquel hombre que consideraba un mago, si los científicos y hombres de ciencias puras aplicadas confiamos en los artilugios de la matemática; con algebra y geometría podemos cambiar funciones, podemos transformar ecuaciones, podemos combinar lo real e imaginario y podemos viajar el tiempo, hasta ser inmortales.

Los intelectuales resuelven problemas. Los genios los previenen.

Tesla se había convertido en el amigo de Hermione, tal vez miles adoraban a Edison el gran mago de Brooklyn, pero Tesla había generado un cambio. Había dado una oportunidad más allá del límite.

Hermione Jean Granger no tenía amigos, no al menos de los que la gente normal tiene, Hermione no solía convivir con las demás personas a menos de que estas fueran estudiosos en alguna materia científica, ella pasaba sus días inmersa en el fascinante mundo de la lectura, la investigación y la práctica de nuevas tecnologías, la mayoría de la gente la catalogaba como una persona arrogante, presumida e insensible.

A sus 17 años de edad ella había escuchado todo tipo de insultos y conjeturas sobre su vida que realmente no le importaban o al menos eso quería creer, para Hermione Jean Granger la ciencia lo era todo ya que siempre le daba las repuestas que necesitaba concretas y certeras y no tenía que tratar simular ser otra persona para encajar en la perfecta ecuación del conocimiento.

Durante su infancia Hermione había logrado llamar la atención de las más prestigiosas universidades y no solo de Inglaterra sino de todo el planeta para que ella realizara sus estudios y algunas lograron captar la atención de la pequeña por lo cual acepto una que otra propuesta y con ello recibía una cantidad monetaria mensual como beca para continuar con sus investigaciones.

El dinero que recibían los Granger por la genialidad de su hija era lo que pagaba las cuentas de los bares a los que asistía el señor Granger, la costosa ropa que la señora Granger compraba con sus amigas, los servicios de la casa, la comida en fin el dinero de las becas movía el mundo de la familia.

Para la suerte de Hermione Jean Granger sus padres no le provocaban daño alguno con sus malas caras e insultos, en algún tiempo cuando ella era una niña si lograron herirla, pero con el tiempo Hermione había aprendido a lidiar con ello, pues según su opinión y su racionalidad la culpa de los desacuerdos y las discusiones era de ellos y de nadie más. Sus padres habían sido los irresponsables por no protegerse al tener relaciones, ellos temían a la responsabilidad, nada que ver con Hermione que desde su perspectiva sentía cierta empatía al verlos, pero prefería alejarse lo suficiente para no generar más discusiones "familiares".

El escritorio de madera oscura era amplio, lo suficiente para que decenas de documentos se esparcieran sobre él, incluyendo una enorme carpeta de color blanco con bordes beige en él se encontraba la culminación del proyecto de Hermione producto de numerosos días trabajo y otra la cual contenía la agenda mensual de la chica.

Pasaron dos horas desde que Hermione se había levantado para realizar sus actividades cotidianas, se levantó de su silla y rápidamente hizo un repaso mental de cada ensayo y articulo realizado, <todo en orden y bien como siempre> pensó.

A continuación la menor de los Granger se dirigió hacia uno de los cajones de su escritorio, saco los documentos de su próxima investigación y los coloco dentro de una carpeta; luego acomodo cuidadosamente su computadora portátil, su última y maravillosa adquisición gracias a los contactos que había generado en el continente Americano. El artículo fue a parar en su maleta acolchonada para protegerla. Finalmente salió preparada de su habitación para ir a la biblioteca pública en busca de la información necesaria. 

La magia, el mago y el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora