Mortifagos.

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12.


"Haces mal en ilusionarte, yo estoy lejos de todo. Tan lejos que me da asco".


Harry recordó con precisión los pasos que Hermione le enseñaba ciencias para la resolución de problemas.

Primero: identificar el objetivo del problema. (1)

Aquello se estaba poniendo feo, Harry no entendía como un par de Mortifagos le perseguían por el mundo de los Muggles. Se suponía que los seguidores de Lord Voldemort estaban muertos o en Azkaban, pero no, lo seguían como la mejor de las presas.

Conforme los días pasaban, Harry y Hermione avanzaban a grades escalas en su relación. El azabache era tierno y adorable, cada día tratando de ser cortés con la chica y ella trataba de ser más abierta en cuanto a sus sentimientos. Esa tarde los jóvenes tenían una cita más, Hermione estaba muy ocupada con un proyecto, por lo que le había pedido a Harry que la esperara en una cafetería a orillas del Támesis.

Harry cumplía cabalmente con el deber de guardar a su amada. Sin embargo, no preveía el ataque de un par de magos oscuros.

Segundo: recopilar la información conocida.

El corazón se aceleraba a medida que sus pies corrían salvajemente, Harry jadeaba y tiraba lo que encontraba a su paso para evitar que los hombres lo alcanzaran. Sintió la necesidad de tener su varita con él para poder lanzar un mensaje a sus padres o la capa de invisibilidad para esconderse, quizá su saeta de fuego le sería muy útil, pero no tenía a la mano alguno de aquellos objetos gracias al castigo de su madre.

Lo único con lo que contaba el azabache era Hermione, pero el peligro era inminente y al parecer los Mortifagos demasiado astutos. Siguió corriendo despavorido dejando que los tipos lanzaran hechizos aturdidores que por suerte no lo alcanzaban, tantos años de entrenamiento en el Quidditch bien estaban valiendo la pena. Ahora solo tenía que encontrar un lugar seguro y desde luego proteger a Hermione porque un presentimiento se instaló en su alma, la chica también corría peligro con esos locos desatados en el mundo Muggle.

Tercero: elaborar un plan.

Hermione cayo en cuenta que Harry no llegaría a la cita, por lo general el chico llegaba con varios minutos de anticipación a la hora acordada. Esta vez algo andaba mal, Harry jamás la dejaría plantada, sentía que algo le estaba pasando a su novio. Según su acuerdo, tenían una cita en la cafetería de siempre. Al no verlo llegar los nervios la invadieron y decidió salir a buscarlo.

Sus pensamientos se turbaron cuando al caminar frente al parlamento sintió un tirón que la alejo hacia el costado de uno de los vehículos estacionados, antes que pudiera gritar una mano cubrió su boca. Iba a utilizar alguna técnica de defensa personal de no ser porque se perdió en la mirada verdosa de Harry, el azabache le indico que no se moviera o hablara y esta asintió.

Cuarto: construir un conjunto apropiado de ecuaciones.

Esto era como una matriz de dos por dos en donde las variables eran los tipos que lo seguían él y Hermione. Para resolver el problema solo tenía que hurgar en los expedientes de Azkaban, pero no existía tiempo para ello, cuando se está tratando de sobrevivir ante unos psicópatas con varitas en mano.

El peligro paso. Los hombres se alejaron haciendo que Harry suspirara aliviado y soltara a Hermione.

― Harry James Potter ¿Qué ocurre? ―inquirió la castaña, mientras desarrugaba sus pantalones.

La magia, el mago y el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora