Quidditch.

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30.

"Vení a dormir conmigo: no haremos el amor, él nos hará".


Las primeras semanas de clases avanzaron con tranquilidad después de saber que los Mortifagos fueron atrapados, sin embargo, uno que otro Dementor deambulaba por los alrededores de Hogwarts causando cierta inconformidad entre los estudiantes.

Harry se movió en su lugar, sus piernas habían empezado a entumecerse por estar sentado en el suelo durante tanto tiempo. Apoyó la cabeza en la mano y el codo en el sofá junto a él. Sus ojos comenzaron a vagar para quitar su mente del entumecimiento, entonces quedó atrapado en Hermione. Ella estaba sentada en el sofá a su derecha, leyendo un libro de gran espesor, su pulgar y su dedo índice frotaban la siguiente hoja, listos para dar vuelta y comenzar una nueva página.

Sus ojos se elevaron hasta llegar a su rostro, Harry se encontró mirando los hermosos ojos marrones de su novia, estudiándola con una pequeña sonrisa en sus labios. Hermione sintió la mirada en ella, le guiñó un ojo y volvió a su libro

―Es tu turno ―la voz de Ron sobresaltó a Harry por frente a él.

Sin pensarlo demasiado la pieza se movió sin ayuda. Claro que era algo instintivo, porque Harry no tenía el juego en mente. La sonrisa en la cara de Ron, una vez más, hizo que Harry entendiera que hacía falta un par de movimientos para que el pelirrojo terminará con el juego. Observó el tablero de ajedrez para ver como la Torre de Ron ponía en Jaque a su Rey, en el penúltimo movimiento el azabache prefirió retroceder antes de sacrificar a su Reina, entonces Ron aprovecho acorralando al Rey de Harry con su Reina, su Torre y su Caballo.

―Jaque Mate.

Estuvieron jugando ajedrez mágico durante casi una hora, Harry estaba perdiendo terriblemente, pero se sintió bien poder aguantar tanto tiempo, por lo general sus partidos duraban de veinte a treinta minutos.

― ¿Cuál fue tu movimiento? ―Preguntó él estudiando las piezas sobre el tablero.

―Deberías haberte concentrado en el juego, en lugar de mirar a Hermione. Ron movió negativamente la cabeza con una sonrisa.

Escuchar su nombre hizo que Hermione levantara la vista de su libro.

― ¿Dijiste algo Ronald?

―Nada.

Ron sonrió, pero esta vez hacia Hermione. Harry se dio por vencido.

―Es hora de jugar. La castaña había dejado de leer su libro y estaba mirando el juego arrugado la nariz.

― ¿Juegas ajedrez?

―Si ―aseguro dejando de lado su libro.

Las piezas se alinearon de nuevos, cada una en su respectiva posición. Después de unos segundos, Ron inicio el juego moviendo E2 a E4 para tener mejor despeje de la Reina y el Alfil. Fue en esa fracción de segundo que lo vio, Hermione avanzó dos casillas hacia adelante con su peón E7. Ron entrecerró los ojos sin querer darle una pista a Hermione sobre cuál sería su próximo movimiento.

Así pasaron la siguiente hora y media con Harry mirando desesperadamente el tablero, sin poder entender algunos movimientos de Ron, jamás lo había visto tan estresado por una partida de ajedrez.

Esta vez Ron movió su Alfil hacia la desprotegida Torre de Hermione, de repente ella vio el peligro, pero tenía un as bajo la manga, algo con lo que el pelirrojo no contaba. Su Caballo estaba astutamente amenazando a su Reina. Hermione sonrió y apartó su Torre. La cara de Ron cayó cuando vio el movimiento de la castaña.

La magia, el mago y el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora