El amanecer fue hermoso, el sol estaba radiante y sus rayos penetraban cálidamente nuestra ventana, Armando no estaba en la cama, supuse que estaba en la oficina.
Cuando iba a abrir la puerta para bajar a desayunar vi una nota pegada en el manubrio:❤️La lista❤️
Antes de empezar quiero decirte que estabas preciosamente hermosa cuando desperté, contemplé con dedicación tú cuerpo, eres hermosa en todos los sentidos, amo las constelaciones de estrellas que forman tus lunares en tu espalda, amo como tú larga cabellera cubre parte de ti como si te estuviese protegiendo de algún mal, te amo Kate.
1-Desayuna y aséate lo más rápido posible.
2-Tienes cita en la peluquería a las 10:00 y ya he escogido el peinado que deben hacerte.
3-A las 12:00 te llevarán una caja con algo que he encargado para ti, pide que lo dejen en la sala de estar y no lo abras hasta que yo llegue a casa.Esto estaba un poco extraño, el nunca había escogido citas en peluquerías para mi, le gustaba que llevara el cabello siempre al natural, pero de todos modos haré todo, eran las 8:50 am y yo empezaba a hacer las cosas de dicha lista.
A las 9:40 am ya estaba lista, salí en mi auto con mi bebé , Jonathan y Amalia, que por cierto también se arreglaría en la peluquería, algo estaban tramando estos dos y yo estaba completamente desorientada.
En la peluquería tenían una área recreativa para los niños, Jonathan (mi guardaespaldas) decidió ir a jugar con Carlitos al área recreativa, no quería dejarlo solo y le había tomado mucho cariño a mi hijo, para nosotros el ya era parte de la familia, Armando me comentó que su esposa y su hijo murieron en un incendio que provocaron en el hospital donde ella había dado a luz, su bebé a penas tenía dos días y murió quemado junto con cientos de bebés más, este hecho provocó una infinita nostalgia en Jonathan que jamás volvió a sonreír, hasta que Carlitos nació, lo quiere como si fuese su hijo, el hijo que le arrebataron trágicamente.
Llegamos a casa cinco minutos antes de las doce, apenas entramos tocaron la puerta, era la caja que Armando me había dicho, estaba un poco curiosa y quise abrirla, cuando iba hacia ella Amalia intervino.
-Cuidadito-dijo mientras reía.
-¡Ay! , vamos, no seas así-dije haciendo pucheros como Carlitos cuando quería papilla de frutas.
Amalia se sentó en el sofá junto a la caja y dijo que no se movería de ella, mi móvil sonó con un texto de Armando que llegaría en unos minutos.
Armando entró por la puerta con un gran ramo de rosas rojas cubriéndole el rostro y se acercaba a mi, no pude evitar sollozar un poco mientras le veía caminar hacia mi, estaba de película, como esos príncipes de Disney.
-Eres lo más hermoso que Dios pudo enviar a mi vida-dijo mientras me entregaba las rosas.
-Tú eres mi mayor dicha-dije mientras le abrazaba.
-Tengo algo preparado para ti-dijo mientras cubría mis ojos con sus manos.
Íbamos caminando, al parecer salimos de casa porque sentí pisar el césped en mis tacones, olía muy bien, aire fresco, tia Valentina y su novio estaban ahí, papá, Amalia con Carlitos en brazos, nuestros empleados y una señora con un parecido bastante grande a mi Armando se acercaba hacia mi.
-Con que tú eres Kate-dijo mientras me miraba con una sonrisa.
-Si señora, ¿Usted es?-dije mientras le daba la mano.
-Yo soy la madre de Armando, estuve en viajes de negocios por eso no nos habíamos conocido y le imploré a mi hijo que no comentara nada de mi para darte la sorpresa, estoy impresionada, eres aún más hermosa de lo que mi hijo había dicho-dijo feliz
Asimismo un señor de ojos azules se acercaba a ella y le abrazaba.
-Estoy sorprendido de cuán feliz está mi hijo después de haberte conocido Kate, la última vez que le vi así fue cuando nació Amalia-dijo el señor mientras se acercaba a mi con la intención de abrazarme.
El jardín estaba hermoso, habían flores por todos lados, Armando había organizado una comida familiar, las lágrimas no dejaban de salir de mis ojos hasta que el se paró en medio de las mesas que habían para nuestros familiares.
-Kate, hermosa amada por mi alma, acércate a mi-dijo mientras me tendía la mano.
Cuando estuve frente a el, se arrodilló y sacó una hermosa cajita de terciopelo azul de su bolsillo.
-¿Quieres ser mi esposa?-dijo con una mirada tan hermosa y tierna que jamás le vi.
-Si, quiero terminar de compartir mi vida junto a ti-dije mientras el ponía el anillo en mi dedo, era un anillo espectacular.
Me besó como nunca jamás lo había hecho, todos nos miraban y aplaudían al unísono reflejando la alegría de nuestro amor; mientras Jonathan se acercaba con la caja en sus manos, Armando la tomó y me pidió que la abriera, puse los ojos como platos, era un vestido de novia que había visto en Europa cuando fuimos de vacaciones, el lo había comprado para mi, a caso ¿la vida podría ser más perfecta?.
-Después de comer, esas mujeres de tu izquierda te ayudarán a vestirte y arreglarte para nuestra boda-dijo mientras señalaba a unas mujeres vestidas de negro.
Lloré, lloré tanto que mis ojos estaban rojos.
-Te amo Armando-dije mientras lo abracé y me aferré a su pecho, escuchar sus latidos me hacían sentir única , sus brazos eran mi hogar, eran mi refugio, eran mi paz.
-Te amo más hermosa-dijo mientras me tomaba para que almorzáramos.
Comimos entre risas, un ambiente familiar hermoso; luego las mujeres que Armando me había enseñado me encaminaron junto con Amalia y tía Valentina a la habitación de Amalia, me maquillaron y dieron pequeños retoques al peinado que me habían hecho en la peluquería, después arreglaron a tia Valentina y a Amalia mientras yo buscaba un trajecito para mi bebito, estaba todo un hombrecito ya, Amalia y tia Valentina me ayudaron a ponerme el vestido y mi pequeñín me miraba y reía feliz.
-Estás hermosa mi niña, como toda una princesa-dijo tia Valentina con agrado.
Me miré en el espejo , mi larga cabellera caía como cascada y cubría toda mi espalda, estaba hermosa y feliz.
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El diario de Kate💕
RomanceHola, soy Kate Jenner y a través de las páginas de este diario estaré contando mi historia, como mi padre mató a mi madre y cómo terminé enamorándome de un hombre 20 años mayor que yo en la cárcel cuando visité a mi padre.