Jueves...

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Me levanté y seguí la típica rutina diaria, pero esta vez me solté el pelo un poco desarreglado, tomé mi bolso y bajé a desayunar. La abuela aún seguía dormida así que hice chocolate caliente con unas tostadas, dejé una taza para ella y me fui a trabajar después de haber terminado. Esta vez iba más temprano al trabajo para decirle a mi jefe que repondría mi día del viernes entre el sábado y el domingo, cuando llegué le comuniqué el porqué de la situación y este aceptó diciéndome que solo trabajara el domingo y me daba el sábado libre para que descanse ya que el camino a la cárcel era un poco incómodo por ser en otra ciudad; yo me quedaría en casa de tía Valentina a pasar la noche y regresaría a casa el domingo al amanecer.
Cuando salí del trabajo llamé a tía Valentina y estaba muy feliz por mi visita, era la única familia de mi madre y casi nunca la visitaba. Emprendería mi viaje en un bus durante cuatro horas hasta llegar a ver a mi padre, estaba muy nerviosa, la última vez que vi ese hombre tenía cinco años y ahora tengo diecisiete, han pasado doce años y no sé cómo estará, ni lo recuerdo bien ¿Cómo sabré que es él? ¿Acaso él si me reconocerá? , en verdad no tengo idea pero creo que todo estará bien. Arreglé una pequeña maleta con lo necesario para mi corta estadía en casa de mi tía, puse mi móvil y sus accesorios en mi bolso, mi libro favorito, mi inhalador, chicles y mentas para el camino y me dormí.

El diario de Kate💕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora