Cap 12

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Empecé a moverme incómoda en mi asiento, me dolía un poco el cuello, sentí algo sobre cuerpo, era tibio. Abrí los ojos lentamente y me vi acostada en el sofá,  cubierta por cobijas y todo estaba completamente oscuro. Me senté y traté de aclarar la vista, empecé a buscar algo con la mirada y vi la puerta de la cocina entre cerrada y una luz salía de ella. Me acerqué y escuché a alguien cantando, una voz masculina.

- I'm in love with the shape of you,
We push and pull like a magnet do,
Although my heart is falling too
I'm in love with your body..- entré y era Dani. Entré caminando de puntillas, aunque el tenía la música muy alta y tenia audífonos así que no me escucharía. - And last night you were in my room, And now my bedsheets smell like you, Every day discovering something brand new, I'm in love with your body..- iba a aplaudir o a hacer algo para que el supiera que estaba allí,  pero antes de que dijera una palabra, se quitó los auriculares y habló. -¿Sabias que espiar a las personas es malo?.-aún no me veía, estaba concentrado en lo que estaba cocinando.

Me sorprendí pero no dejé que se notara mucho.

-¿Porque estaba en el mueble?- pregunté cambiando de tema.

-Te dormiste a mitad de la película, luego llegó la hora de la cena y aquí estamos.- dijo. Que buen resumen.

-Vale.- no sabía que más decir, y recordé lo que él estaba haciendo. -¿Necesitas ayuda?-pregunté.

-No soy un inútil. Sé lo que estoy haciendo. -dijo grosero.

-Sólo quería ser amable.

-No. -dijo soltando la cuchara.-no necesito tu ayuda.-Rodé los ojos.

-Tampoco pensaba dartela.-dije saliendo de allí.  Me dirigí a la sala, y vaya que estaba todo desordenado. Empecé a recoger todo, y cuando casi estaba terminando una voz me interrumpió.

-¿Necesitas ayuda?-preguntó.

-No. Sé lo que estoy haciendo. Además,  ya terminé. - continué con mi trabajo.

-¿Sabes? No me agradas ni un poco, pero tampoco es que quiero ver mi casa así. - dijo y empezó a recoger palomitas que habían en el suelo.

-Déjalo, yo lo hago.-dije haciendo lo mismo que él.  Pero cuando me bajé choqué mi frente con su cabeza.-aggggg...- nos quejamos.

-Terca! -me regañó.

-Grosero.-le confesé lo que pensaba de él.

-Y tu eres tan torpe que mira como ya se te está hinchando la frente.-dijo rodando los ojos y levantándose.

-¿Quién te manda a tener esa cabezota? -dije poniéndome de pié y sentandome en el sofá.

Él no me respondió,  solo se esfumó con dirección a la cocina.

-Toma.-dijo lanzandome una bolsa con hielo.

-Si así tratas a las chicas aún sigo sin entender lo que ven en ti.-no lo comprendo.

-No a todas. Solo a las que me dan dolor de cabeza y no me interesan ni para limpiar mis zapatos. -dijo finalmente y se fue escaleras arriba.

Lo seguí y llegamos hasta su habitación.

-Parece que pensamos igual entonces. -dije enojada, refiriéndome a lo que dijo hace 1 minuto.

-Creo que esto de entrar a mi habitación se te está haciendo costumbre. - dijo sentándose en la cama.

-Veo que no puedes ser mas idiota.- dije dándome media vuelta para salir de aquella prisión.

Me sorprende que huela tan bien.

-A ver..- dijo tomándome del brazo.

-Te dije que no me volvieras a tocar.- dije zafandome de su agarre.

-Eres enojona eh?-me está provocando. Me acorraló en la pared junto a la puerta y cerró la puerta. Nuestras respiraciones se mezclaban, el hablaba pero sinceramente ni siquiera sé lo que está diciendo.

-Sueltame.- dije en a penas un susurro.

-No quieres.

-Sueltame..-insistí con dificultad.

-No lo haré.-insistió.

-Danie....-no pude terminar de decir su nombre porque me embistió la boca y se apoderó de mis labios.

Esto no está bien, no nos soportamos, no lo soporto, somos familia, pero besa jodidamente bien.

Nuestras respiraciones eran muy agitadas, bajó sus manos lentamente acariciando cada obstáculo a su paso, haciéndome estremecer, hasta que yacían en mis caderas. Las apretaba con fuerza y me acercaba aún más a él, omitiendo espacio alguno entre nosotros, una de sus manos subió a mi espalda y la arañaba pero a la vez la acariciaba. Mis manos jugaban con su cabello y mis pies no tocaban el suelo. La mano que tenía en mis caderas, ahora estaba en mi espalda baja y de vez en cuando se dirigía a mi trasero para evitar que me cayera.

-Chicos!! Llegamos! - la voz de mi Bryan resonó por toda la casa y nos hizo recapacitar finalmente.

Nos alejamos bruscamente por completo. Empecé a arreglar mi ropa, y cabello. Cuando levanté la vista el me miraba curioso o divertido, ni siquiera sé. No puedo pensar claramente.

-Chicos!!- ésta vez la voz de mi madre fue la que nos llamó. Se escucharon pasos provenientes de las escaleras. Abrí la puerta y salí rápidamente. Me acerqué a mi habitación, abrí la puerta y la Cerré fuerte, pero no tanto, para que parezca que acabo de salir de allí. Justo cuando Cerré la puerta mi madre apareció por el pasillo.

-Nat..- dijo feliz.

-Hola..- dije tratando de aparentar normalidad, pero mi respiración aún estaba agitada.

-¿Qué tienes? ¿Por qué estás así?- preguntó. Rayos.

-¿Así como?- la miré extrañada.

-Agitada.

-Ahh eso..- dije riendo nerviosa. Esto parece una jodida película barata.- es...es divertido. Esque me estaba bañando y escuché que me llamabas, entonces salí rápido de la ducha y me cambié muy de prisa. En resumen, es adrenalina.- mentí.

-Bueno.. pero ya es tarde, deberías dormir, mañana hay instituto. Oye..¿Donde esta Dani?- preguntó.

-Supongo que en su habitación o...no sé. - dije rápidamente. -Pero ¿Sabes? Tienes razón,  ya es tarde,  descansa.- le di un beso en la frente y se fue.

-Mientes muy bien.- dijo Dani saliendo de su habitación.

-Tu cállate. - dije y entré a mi habitación.

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No puedo dormir, mi estómago me está jugando una mala racha. Cierto, no he cenado.

Abrí los ojos finlamente, rendida ante mis intentos fallidos por conciliar el sueño. Me levanté de la cama y bajé a la cocina.

Entré despacio para no hacer ningún ruido ya que la puerta rechinaba un poco. Me preparé un sándwich, y me serví jugo de frutas, me senté en la mesa y empecé a devorar la comida.

Escuché que alguien venía y antes de que pudiera hacer algún movimiento Dani apareció tras la puerta.

-Ahh..eres tú. -dije desinteresadamente.

Él no dijo nada, solo se dirigió al refrigerador.

Tomé las cosas que utilicé, lavé todo y salí de allí. Cuando iba a subir las escaleras el me haló del brazo.

-Que quedé claro. No pasó nada y aun te odio.-dijo en susurros y se fue a la cocina.

Rodé los ojos y seguí mi camino. Total, ya me estaba dando sueño, y no quiero reclamarle nada. Después de todo yo tampoco lo soporto.

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😠




Seduciendo al enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora