53

112 15 6
                                    

Natalie POV:

......

Ya casi era la hora de la cena, pero de veras que no tengo ganas de bajar. Mamá querrá hablar, y si no lo hago empezarán a hacer muchas preguntas, me voy a aturdir, les hablaré mal y luego tendré que pedir disculpas. Así que prefiero no bajar, aunque si no lo hago también harán preguntas. Así que no tengo opción.

Tomé una ducha de agua tibia para relajarme. Con maquillaje cubrí cada rastro de golpes, sequé mi cabello recién lavado y lo tejí en una trenza...
Opté por un vestido con mangas largas para cubrir las marcas en mis hombros y muñecas.  Bien, creo que ésto bastará.

Luego de respirar hondo repetidas veces me dirigí a paso de tortuga hacia las escaleras. Al llegar al pie de éstas, divisé a Bryan sentado en el sofá viendo tv junto a dos hombres más.

-Hola..- me acerqué a ellos.

-Nat!!- chilló Bryan poniéndose  de pie como un resorte y envolviendome con sus brazos.-Te presento a Derek y a Mattias, mis hermanos.

-Hola Natalie..- saludaron al unísono, como si lo hubieran ensayado.

-¿Donde está el desafortunado?-preguntó el que llevaba el nombre de Mattias. ¿Quién?

-Tu novio.-me aclaró Bryan al ver mi cara de confusión.

Raios! Ni me acordaba.

-Ya casi llega.- mentí. Ni siquiera sé si vendrá, y no encuentro mi teléfono. De pronto el timbre se hizo presente. "Salvada por la campana".

Me dirigí hacia la puerta y al abrirla los nervios incontrolables se sentían a flor de piel.

-Hola..-solté en casi un susurro.

-Hola.- me sonrió de vuelta.

....

Empecé a poner la mesa, mientras mamá y Kate terminan con la cena, pero sentí una respiración en mi nuca que me puso los pelos de punta. Volteé a ver y era Theo.

¿Que hace aqui?!!

En una fraccion de segundos todos mis músculos se contrajeron, mi garganta de pronto se secó, las piernas me flaqueban y empecé a sudar frío.

-Hola bonita..-su aliento chocó contra mi rostro y yo solo tenia ganas de gritar o salir corriendo.

-La cena está lista!- gritó Kate entrando a la habitación y el sinico éste se separó a toda prisa de mí. . -oh! Hola Theo.

-Hola abuela..

Tomé asiento y tomé un gran trago de agua, pero su voz volvió a molestar mi tranquilidad.

-¿Te importa?-preguntó tomando la silla que estaba a mi lado. -Se que no.

Cuando estaba apunto de sentarse, una mano tomó la silla. Levanté la mirada y era Daniel.

-A ella no, pero a mi sí. La silla esta ocupada.-en su voz podía percibirse enojo o algo parecido. Como si tuvieran cuentas pendientes. La tensión era más que evidente al encontrarse sus miradas, se estaban clavando navajas, penetrando cada uno en el ser del otro.

Theo se limitó a alejarse sin apartar la mirada de su oponente y salió de allí en dirección a la sala. Dani tenía intenciones de seguirlo pero lo tomé del brazo y volteó a verme con toda la seriedad que ha podido tener. Su mirada estaba llena de ira, y rabia. Pero al verme se sentó a mi lado.

-Muero de hambre, ¿Tu no?-trató de evadir la tensión.

-Llegó el invitado de honor!-chilló mamá desde la sala.

Genial, esto no podría ir mejor.

  ......

Desde el inicio de la cena Theo no ha dejado de mirarme. Me pone muy nerviosa. Hasta apreté la mano de Daniel por debajo de la mesa inconsciente cuando Theo rozó mi pierna con su pie.

-Y le dije que hiciera clic y se minimizara. -terminó Derek su anectodata sobre como insultó a su asistente. Todos estallaron en carcajadas. Todos, menos yo.

Porque además de que tengo al enemigo en casa, mi novio falso está a mi izquierda y mi hermanastro, el chico que me gusta, está a mi derecha. Se han lanzado navajas con la mirada "disimuladamente" toda la noche.

-¿Se les antoja una partido?-preguntó Bryan haciéndome volver a la realidad.

-Sii..-dijeron los hombres al unísono.

-¿Partido de qué? -pregunté tratando de involucrarme.

-Basketball.-me dijo Dani al tiempo que me guiñaba un ojo.

-Iré por los pompones!!-chilló Kate saliendo a toda prisa de la habitación.

-Yo por los dedos de goma.-la siguió mamá.

-Jugarás, ¿no?-me preguntó Sebas.

En otras circunstancias diría que si, sin pensarlo dos veces. Pero justo ahora, sólo quiero salir lo más rápido posible de ésta farsa. Del novio falso, de fingir que no siento nada por Daniel, de tener que aparentar que todo está bien. Quiero escapar de mi vida al menos por un rato.

-Quisiera, pero está empezando a dolerme la cabeza. -mentí.

-Pues podemos hacerlo otro día. -sugirió Derek.

-No! Vayan, yo tomaré una siesta. Los veo mañana. - me levanté y salí a toda prisa de allí.

Empecé a caminar por el infinito corredor que parecía no tener fin, casi llegaba a mi habitación cuando crucé frente al ex-cuarto de Dani. Podría haber seguido mi camino, actuar indiferente, pero sentí un impulso, una sensación extraña recorrer mi columna una y otra vez, así que entré.

Todo era normal, claro, dejando de lado que casi no habían cosas de su antiguo dueño. Sin detenerme a pensarlo recorrí cada rincón de la habitación, hasta que me senté en el pequeño mueble de ventana. Casi no habían estrellas, apenas y se lograba divisar la luna entre las nubes. Las olas en su vaivén despreocupadamente. ¿Por qué las cosas no pueden ser menos difíciles?

¿Porque no podemos hacer todo lo que queremos? ¿Porque no se puede amar libremente?

- Creí que tomarías una siesta.-soltó alguien haciéndome estremecer en mi lugar.

Volteé a ver y era Daniel, recargado en el marco de la puerta.

-Hice una parada rápida. -traté de sonreír fingidamente pero solo me salió una mueca extraña.

-Oye..De veras, no sabia que Theo iba a venir.-se acercó a mí.

-No pasa nada.-me levanté de mi asiento y empecé a caminar hacia la puerta pero me impidió el paso.-¿Pasa algo?

-Lo mismo pregunto. No estás así solo por lo de Theo.

-No se de que hablas.- me hice la desentendida y me zafé de su agarre.

-Me evades.

-No lo hago.

-¿Y por que quieres irte?

-¿Que quieres Daniel?

-Nat. Sabes que...- se acercó tanto que nuestras narices se rozaban y nuestras respiraciones se mezclaban.

-No.-con fuerzas sobre humanas me alejé de él y salí casi corriendo de aquella habitación.

No puedo. Siento que voy a explotar.

Seduciendo al enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora