cap 35

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Luego de tener esa plática extraña con Daniel me fue casi imposible conciliar el sueño, era Domingo y no tengo ganas de salir. Hoy es un día perfecto para no hacer nada.

Tomé una ducha, me puse algo cómodo y bajé a comer  algo ya que son las 3:03 pm.

Me serví un poco de cereal y un vaso de leche. Cuando terminé tome un tarro de helado y me senté en el sofá a ver un poco de tv.

-Esque sigo sin entender como no engordas. Cada vez que te veo estás tragando algo.-dijo Dani sentándose a mi lado. Sé estaba comiendo un hershys.

-¿Y así te quejas de mi?-pregunté señalando la barra de chocolate. Cuando se distrajo le robé la mitad y la eché dentro del tarro de helado.

-Ladrona.-dijo abalanzandose sobre mí para quitarme el tarro. Empecé a corretear por toda la casa mientras gritaba un sonoro "¡¡POR EL CHOCOLATE!!"

-No!!- caímos al sofá, trataba de apartarlo pero me era imposible. -Déjame! -dije aún riendo por las cosquillas que empezó a hacerme. Ya me estaban doliendo las costillas. Finalmente me rendí y él tomó el tarro.

Me crucé de brazos e hice puchero, como si de una niña haciendo berrinche se tratara.

-Ten.- me entregó el tarro.- no me gusta verte triste. - me apretó los cachetes.

-Ya para!- dije riendo un poco ante su acción aunque no me gusta que me hagan eso.

-Natalie, ¿Quieres salir?-preguntó luego de un rato.-Esque.. te prometí mostrarte la ciudad pero con todo lo que ha pasado nunca pude hacerlo.-¿Me está invitando a una cita?

-Supongo que está bien.-no hice muchas preguntas. La estaba pasando bien con él y no quería arruinar el momento con mis torpezas.

Subí a mi cuarto a cambiarme. No tengo ni idea de que ponerme, nisiquiera sé porqué me preocupo tanto en eso, meses atrás me pondría unos simples jeans con una camiseta pero ahora me preocupo mucho por mi apariencia.

Finalmente elegí unos shorts jeans, un top floreado, unos tenis, tomé mis gafas ya que aún había mucho sol, recogí dos mechones grandes de cabello que estaban sobre mi cara y los até con un lazo grande blanco,  dejé algunos mechones finos sueltos y creo que estoy lista. Miré mi reflejo por última vez en el espejo y bajé en busca de Dani.

-¿Lista?- preguntó poniéndose de pié y tomando su cazadora negra. Asentí y salimos en dirección a su auto.

-¿Y... a donde iremos?-pregunté curiosa una vez que el auto ya estaba en marcha.

-¡Intenta adivinar!-dijo divertido mientras ponía música.

-¿A algún restaurante?- negó con la cabeza.- ¿A patinar? - negó con una sonrisa.- ¿Al parque? ¿Al cine?

-Si que eres mala para ésto. - se burló.

-Esque no sé. ¿Me das una pista?- parecía una nena de 5 años.

-¿O que tal si te esperas 5 minutos a que lleguemos?-se mantenía concentrado en el camino y aproveché para verlo detenidamente. Su piel es muy tersa, delicada, sus labios son de un rojizo intenso, llegan a ser dulces y al mismo tiempo amargos, capaz de devorarte y hacerte desear más, su nariz es fina, sus ojos verdes pueden llegar a ser hipnotizantes, con una mirada puede desnudarte hasta el alma. Esa mirada es tan profunda, la manera tan desafiante en la que admira lo desconocido, la dulzura con la que aprecia lo conocido. Te llevan hasta el lugar más alto. Juro que me perdería en ellos si no fuera por su manera única de hacerte caer de ese sueño con una palabra.-Sé que mi hermosura es única pero me gastarás si no dejas de mirarme así. -dijo sacándome de mis pensamientos.

Seduciendo al enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora