Semanas despues:
Bien, esto puede sonar extraño o tal vez es extraño sólo para mí, pero.. bueno, aquí va, hace unas semanas, luego de mi....confesión, Dani ha tomado un papel un tanto anticuado y tradicional. Me refiero a que.. me pidió que hiciéramos como si nos acabaramos de conocer, quiere que empecemos desde cero. Claro! Dejando de lado que somos "familia".
No saben como odio que se refieran a Dani como " mi hermano" es horrible!!Se le ha metido en la cabeza la regla de las citas. Nada de besos, ni palabras bonitas, ni nada por el estilo. Solo dos amigos conociéndose.
-Entonces... ¿a donde iremos hoy?-pregunté impaciente y aún más teniendo aquella venda en los ojos.
Esta sería como la sexta cita.
-Es la cuarta vez que preguntas en menos de 30 minutos, ¿Puedes esperar?-dijo en tono divertido.
Bufé y me acomodé en mi asiento, recargandome.
5 minutos después sentí el auto detenerse.
-¿Llegamos?- prácticamente Chillé. Odio las sorpresas, me ponen nerviosa.
-Nop.- escuché una risita.-hay un semáforo en rojo.
Esto no puede estar pasando, ya nos hemos detenido en algunos 10. Lo sé, muchos, pero no exagero. Bueno, tal vez un poquito.
-Sólo bromeo. Ya llegamos.-sentí como se bajaba del auto.
-¿Te he dicho cuanto te odio?-pregunté fingiendo enojo una vez que me ayudó a salir de mi asiento.
-Que curioso.. Me too!
Este chico no tiene remedio.
Caminamos por ¿Minutos? A veces tropezaba pero gracias a Dani no quedaba pintada en el suelo.
-¿Sabes qué? A éste paso llegaremos mañana. Ven.-fue lo último que escuché antes de sentir como mis pies ya no tocaban el suelo, como los brazos de Dani se deslizaban por la parte trasera de mis rodillas y espalda.
Sonreí para mis adentros inevitablemente.
-Ay! Como pesas..-se quejó luego de un rato. -La próxima vez que vaya a hacer ésto, no me dejes.-pidió dejándome en el suelo finalmente.
De pronto percibí un olor familiar. Un tanto salado.
-¿Dónde est....- justo en ese momento dejé de hablar al sentir como la venda era retirada de mis ojos.
-Sorpresa!- dijo divertido. Volteé a verlo y su rostro dibujaba una dulce sonrisa y un tanto traviesa.
-¿Es en serio?- pregunté sin poder creer lo que estaba viendo.
Me encontraba en un departamento, una pantalla plasma en el centro del lugar y frente a ésta una mesa y un sofá negro de cuero. En la mesita habían varias películas, un tazón de palomitas y bebidas.
-Aún no solucionamos tu problemita de falta de películas románticas. -se dirigió al sillón.
-Si, bueno, no sabia que eras un romántico. -me senté junto a él.
-Un romántico práctico.- me corrigió señalandome con su dedo.-Además, agradece que estoy dispuesto a sacrificarme por ti. Esto es lo mas humillante que he hecho.-reí levemente.
-Bien, ¿Y que veremos señor romántico práctico? -me mofé. Si estoy obligada a pasar por ésta tortura, al menos lo aprovecharé.
-Primero veremos...- empezó a buscar entre las pilas de películas y tomó una.- Love, rosie.
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Seduciendo al enemigo
Teen Fiction-¿Crees en el amor a primera vista?- preguntó sentándose frente a mi y tomando un trago de su cerveza. -Si. Pero lástima, no me hiciste sentirlo.-dije poniéndome de pié y caminando hacia la cocina. Natalie. Deportista. Arriesgada. Optimista. Daniel...