cap 44

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Semanas despues:

Bien, esto puede sonar extraño o tal vez es extraño sólo para mí, pero.. bueno, aquí va, hace unas semanas, luego de mi....confesión,  Dani ha tomado un papel un tanto anticuado y tradicional. Me refiero a que.. me pidió que hiciéramos como si nos acabaramos de conocer, quiere que empecemos desde cero. Claro! Dejando de lado que somos "familia".
No saben como odio que se refieran a Dani como " mi hermano" es horrible!!

Se le ha metido en la cabeza la regla de las citas. Nada de besos, ni palabras bonitas, ni nada por el estilo. Solo dos amigos conociéndose.

-Entonces... ¿a donde iremos hoy?-pregunté impaciente y aún más teniendo aquella venda en los ojos.

Esta sería como la sexta cita.

-Es la cuarta vez que preguntas en menos de 30 minutos, ¿Puedes esperar?-dijo en tono divertido.

Bufé y me acomodé en mi asiento, recargandome.

5 minutos después sentí el auto detenerse.

-¿Llegamos?- prácticamente Chillé. Odio las sorpresas, me ponen nerviosa.

-Nop.- escuché una risita.-hay un semáforo en rojo.

Esto no puede estar pasando, ya nos hemos detenido en algunos 10. Lo sé, muchos, pero no exagero. Bueno, tal vez un poquito.

-Sólo bromeo. Ya llegamos.-sentí como se bajaba del auto.

-¿Te he dicho cuanto te odio?-pregunté fingiendo enojo una vez que me ayudó a salir de mi asiento.

-Que curioso.. Me too!

Este chico no tiene remedio.

Caminamos por ¿Minutos? A veces tropezaba pero gracias a Dani no quedaba pintada en el suelo.

-¿Sabes qué? A éste paso llegaremos mañana.  Ven.-fue lo último que escuché antes de sentir como mis pies ya no tocaban el suelo, como los brazos de Dani se deslizaban por la parte trasera de mis rodillas y espalda.

Sonreí para mis adentros inevitablemente.

-Ay! Como pesas..-se quejó luego de un rato. -La próxima vez que vaya a hacer ésto, no me dejes.-pidió dejándome en el suelo finalmente.

De pronto percibí un olor familiar. Un tanto salado.

-¿Dónde est....- justo en ese momento dejé de hablar al sentir como la venda era retirada de mis ojos.

-Sorpresa!- dijo divertido. Volteé a verlo y su rostro dibujaba una dulce sonrisa y un tanto traviesa.

-¿Es en serio?- pregunté sin poder creer lo que estaba viendo. 

Me encontraba en un departamento, una pantalla plasma en el centro del lugar y frente a ésta una mesa y un sofá negro de cuero. En la mesita habían varias películas, un tazón de palomitas y bebidas.

-Aún no solucionamos tu problemita de falta de películas románticas. -se dirigió al sillón.

-Si, bueno, no sabia que eras un romántico. -me senté junto a él.

-Un romántico práctico.- me corrigió señalandome con su dedo.-Además,  agradece que estoy dispuesto a sacrificarme por ti. Esto es lo mas humillante que he hecho.-reí levemente.

-Bien, ¿Y que veremos señor romántico práctico? -me mofé. Si estoy obligada a pasar por ésta tortura, al menos lo aprovecharé.

-Primero veremos...- empezó a buscar entre las pilas de películas y tomó una.- Love, rosie.

Seduciendo al enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora