Desperté con un terrible dolor de cabeza, empecé a moverme incómoda de un lado a otro sobre la cama, tratando de huir de la claridad del día pero era inútil, no encontraba comodidad y el sueño ya se estaba alejando.
Me senté en la cama y desorientada miré el reloj en mi mesita de la noche, marcaba las 11:10 am.
A regañadientes me dirigí al baño, tomé una ducha fría, sequé mi cabello, y me coloqué una ropa cómoda para hacer ejercicio (Multimedia), bajé a comer algo y en busca de un calmante.
-¿Natalie? -preguntó una voz familiar desde la cocina. Me dirigí hasta allí y vi a Mamá y a Bryan sentados en la mesa.
-¿Hola?-pregunté extrañada. ¿No deberían estar trabajando?.-¿Qué hacen aquí? -pregunté dándole un beso en la coronilla a mamá.
-Es sábado! -exclamó Bryan riendo.
-Oh!- me limité a decir. Me acerqué al refrigerador y tomé lo primero que encontré que fuera comestible. Un yogurt de Piña.
Me acerqué a la isla y me senté allí.
-Cariño... anoche llegaste tarde.-exclamó mamá sacándome de mis pensamientos.
-Sí, lo siento.
-¿Por qué no viniste con Daniel?-esta vez habló Bryan.
En ese momento el rey de Roma apareció y empezó a buscar unas galletas en la despensa.
-Me encontré con unas amigas y no me di cuenta cuando él se marchó.-Ya empecé a mentir. Si digo que "nos peleamos" empezarán con el sermón de casi todos los días.
-Ah! ¿Y ellas te trajeron a casa?-preguntó mamá.
¿Qué son todas estas preguntas?
-Si.- me limité a decir. No daré más detalles o empezarán las preguntas incomodas.
-Claro, y yo soy hermana de Peppa la Cerdita.- dijo Sarcástica.
-Te vimos llegar con un chico ayer.- confesó Bryan.-¿Ese es el chico misterioso?.
Ya me perdí.
-¿Chico misterioso?- preguntó Daniel confundido. De hecho ambos lo estamos.
-Sii!!, ¿Ese es el chico que te tiene tan embobada ultimamente? Vives sonriendo. Te gusta ese chico! - rayos! Mama!! Esto es muy embarazoso. Solo quiero salir corriendo de aqui. Volteó a ver a Dani de reojo y esta sonriendo con la vista fija en el interior de la caja que tiene en sus manos.-¿Cuando lo traerás a casa? Debemos conocerlo! Debo hablar algunas cosas con él.
Woow!!! Esto ya es demasiado.
-No hay ningún chico, ¿Ok?, y Blake es sólo un amigo. No somos nada.- esto ya estaba yendo muy lejos.
-Oh! Su nombre es Blake!!- espectó Bryan con una sonrisa pícara y subiendo y bajando las cejas coquetamente aún observándo a mamá.
Parecen personajes de una caricatura. Es imposible hacerlos entrar en razón!
-Iré a correr.- dejé el envase en la encimera y salí de allí lo más rápido que mis pies me lo permitieron.
...........
Daniel POV:
Luego de que Natalie saliera literalmente corriendo de la cocina, tomé mi caja de galletas de chocolate y subí a mi habitación. Acostado en mi cama me perdí en mis pensamientos.
¿Qué me está pasando con Natalie? ¿Por qué las cosas no pueden ser más fáciles? ¿Por qué es tan testaruda? Ya no puedo estar ni dos segundos sin que se pasee por mi mente, sin pensar en su sonrisa, es sus ojos, en esos labios tan dulces que justo ahora muero por devorarlos. No sé que me está pasando, se supone que debería de odiarla, y deberíamos estar peleando cada dos minutos.. pero simplemente no es así.
Admito que me encanta pelearme con ella, me gusta ver como arruga la nariz cuando se enfada, como a veces finge estar enojada pero sé que en realidad muere de ganas por reírse. Su risa, amo su risa, pero me gusta aún más ser el causante de ella.
Cuando Chloe le dijo que si el tal Blake cara de sanitario era el chico que le gustaba, sentí un ardor en el pecho, unas ganas inexplicables de molerlo a golpes por querer robarme a mi razón de sonreír, de despertarme cada día dispuesto a ser mejor. Desde que llegó a ésta casa lo único que hablábamos era cuando peleabamos, odiaba que me llevara la contra, que no hiciera nada de lo que le decía, pero juro que ahora lo único que quiero es que lo siga haciendo.
-DANIEL!.- dijo alguien tocando la puerta. Luego del típico "pase" vi que era papá.
-Dime.-me senté en la cama para verlo mejor.
-¿Dime? ¿En serio no sabes lo que quiero? -se sentó a mi lado y me miraba con desaprobación. -Te di una orden, te puse 2 opciones..
-¿Orden? No sabía que era tu empleado. ¿En que momento deje de ser tu hijo? - pregunté mirándolo con toda la seriedad que he podido recoger.
-No empieces. -dijo masajeando sus cienes.-Te dije que te llevaras bien con Natalie.-su tono era molesto y el mio no muy agradable por la manera en que me habla.
-¿Y no lo estoy haciendo?- si si que lo hago, o eso intento.
-¿Lo estas haciendo?
Éste hombre me saca de quicio. Nunca se conforma.
-Si lo único que quieres es que me vaya de la casa, me lo dices, pero no pongas mi relación con Natalie como excusa-.- exploté poniéndome de pié y sentandome en la silla giratoria frente a mi escritorio.
-A mi no me vas a hablar así!!- empezó a alterarse.
-¿Y como quieres que te hable? Porque te voy avisando que tu no me das un buen ejemplo. SOLO TE PREOCUPAS POR TU MALDITA MUJER Y TU NUEVA HIJA! ¿DONDE QUEDÓ MAMÁ? ¿DONDE QUEDAMOS CHAD Y YO? -me levanté de la silla de golpe. Mi rostro ardía y mis puños yacían cerrados. La rabia se apoderaba de mi cuerpo que ya empezaba a calentarse.
-CUIDA TU VOCABULARIO, NIÑO!!- gritó devuelta. ¿Niño? ¿En serio dijo niño? -SIGO SIENTO TU PADRE. Y MIENTRAS VIVAS BAJO MI TECHO SON MIS REGLAS!! Y A TU MADRE NO LA METAS!- su mirada era retadora.
-Bien.- dije en tono más tranquilo. Pero aún con el mismo enojo.-Entonces disfruta de TU casa, con tu nueva familia.
Tomé mi móvil y salí de allí lo más rápido que pude. Tengo dinero suficiente para valerme por mi mismo, gracias a mi madre.
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1/2😰
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Seduciendo al enemigo
Ficção Adolescente-¿Crees en el amor a primera vista?- preguntó sentándose frente a mi y tomando un trago de su cerveza. -Si. Pero lástima, no me hiciste sentirlo.-dije poniéndome de pié y caminando hacia la cocina. Natalie. Deportista. Arriesgada. Optimista. Daniel...