cap 34

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Desperté por el horrible pitido del teléfono de Dilia.

-Contesta!!- le ordené cubriendo mis oídos con la almohada.-Dilia!!

-Ya voy!- dijo molesta parándose torpemente de la cama. Su pié se enredó con algo y cayó al suelo.-Rayos!-dijo levantándose y caminando hasta el teléfono.

No pude evitar carcajearme.

-¿Si?-dijo al descolgar la llamada.-A ver... calmate. Mamá cállate porque no te entiendo nada.- no podía escuchar lo que hablaban del otro lado pero no podía ser algo bueno ante la actitud de Dilia. -Sisi... ya, voy para allá. Calmate. Ok, le diré que no vaya.- dijo finalmente y cortó la llamada.

-¿Qué pasó? -pregunté sentandome en la cama.

-Un problema con algo de una de las novias o algo así. -me explicó.  La madre de Dilia es organizadora de bodas.- Nat lo siento mucho. Pero no me da tiempo de llevarte a casa y...

-No te preocupes. -la interrumpí. -puedo tomar un taxi.

-No!-prácticamente gritó. -no te dejaré ir en taxi. Le diré a Sebas que te lleve.-dijo y antes de que pudiera negarme ya había salido en busca de su hermano.

Me arreglé, recogí mis cosas y bajé a la sala. La casa de Dilia es más pequeña que la mía pero es muy cómoda y se puede respirar paz.

-Buenos días. -dije sentandome en la mesa junto a Sebas para desayunar. Gilda (La empleada) me sirvió un poco de pastel de chocolate y me entregó el plato sonriente.

-Sé que le gusta mucho.-dijo y desapareció.

-¿Dónde está Dilia?-preguntó Sebas.

-Arreglandose. Tu mama la llamó. -dije comiendo un bocado de waffles. El silencio reinaba en la habitación y no era tan incómodo, después de todo, podría ser peor. Podría no haber comida y eso si seria un desastre.

-Bien!-empezó a gritar Dilia bajando las escaleras, rompiendo con aquel silencio. -Ya me voy. Sebas la llevas sana y salva.- me dió un beso y salió de la casa a toda prisa. 

Luego de unos minutos, Terminé y me senté en el sofá a esperar que él terminara de arreglarse. Cuando bajó su semblante era neutro pero notaba un poco de molestia en su voz.

-Sebas si no quieres hacerlo o no puedes, puedo tomar un taxi no hay problema. -dije tomando mi bolsa.

-No digas estupideces. Vamos.- dijo y salió de la casa, me despedí de Gilda y subí al auto con Sebastian.

-¿Ahora digo estupideces? -dije molesta mientras el auto se ponía en marcha.

-No lo quise decir así.  Esque... mira sobre lo que pasó ayer..

-¿Qué pasó ayer?-me hice la desentendida.  Obvio que se lo que pasó ayer, pero seria muy incómodo hablar de eso. Prefiero que piense que tenía mucho alcohol en la sangre como para recordar algo de ayer.

-Lo de...-se calló. -¿No recuerdas nada?- negué con la cabeza. -No.. no.. osea me refería a lo de ayer, el baile y eso.

-Ah.. -fue lo único que dije. El miraba la carretera confundido. Volteé a ver por la ventanilla antes de que esto se pusiera más incómodo y luego de 20 minutos llegamos a casa.-Gracias por traerme.-le dediqué una sonrisa y bajé rápidamente. Entré a casa y Observé por el ojo de la puerta como el auto desaparecía de mi vista.

-¿Qué? - dijo Dani detrás de mi. Volteé a verlo confundida. -¿Ya se acabó la luna de miel? ¿Tan pronto?- me miraba irónico y con el ceño fruncido. Estaba de brazos cruzados y cuando terminó de hablar desapareció de mi vista saliendo de la casa.

Solo hago llegar y ya estamos peleando. Subí a mi cuarto, dejé mis cosas sobre la cama y me arrojé sobre ésta.

..............

Sentí una sensación extraña en el pecho. Esa que sientes cuando alguien te está mirando o más bien vigilando.

Abrí los ojos temerosa de lo que pudiera encontrar y me asusté un poco al ver a Daniel sentado en una silla a mi lado.

Abrí los ojos como platos y me senté rápidamente en la cama.

-¿Qué haces?- pregunté con un hilo de voz. Vi el reloj y son las 2:17 am.-Son las dos de la mañana Daniel.

-Lo sé. - dijo acercándose y sentándose frente a mi en la cama.-No sabía que me tenías miedo.

-No te tengo miedo, idiota.- esto de insultarlo ya se me está haciendo costumbre.

Me acomodé en mi lugar apartándome un poco de él.

-Tu cara dice lo contrario.-su semblante era neutro. - pero ese no es el punto. Natalie, te haré dos preguntas y no las repetiré. -Asentí insegura.-¿Tienes algo con Sebastian o con alguien?-¿Eso a que viene? No tengo nada con Sebastian, o con otra persona, creo. Esque no estoy segura, no estoy segura de que somos Daniel y yo exactamente, somos hermanastros pero nos besamos y... creo que me gusta.-¿Tan difícil es la respuesta?- preguntó haciéndome salir de mi trance.

-No. No tengo nada con él. Pero creí que no te importaba.

-No lo hace.- dijo mirando hacia algún punto desconocido para mí. -Me gustaría conocerte. Digo, somos "familia" y quiero saber si vivo con una secuestradora o una asesina en serie. Quiero que me conozcas, tal y como soy. Por favor.- insistió.

No sé si aceptar o negarme. Ya intenté conocerlo a mi manera y es muy doloroso hacerlo, pero... tal vez si acepto que el me lo enseñe a su manera sea diferente. Si me niego puede que me arrepienta, y conociendo a Daniel, si acepto,  le estaría vendiendo mi alma a un demonio.

-Bi-bien. - balbuceé dudosa.

Me dió un beso en la frente y se marchó.

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Celos😶😏😫

Seduciendo al enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora