La Danza de la Mariposa ©

• Capítulo VI •

  Sofía estaba cómo desconectada. cómo si estuviera absorbida en otro plano dimensional. La gente se quejaba y se impacientaba porque no era atendida en aquella caja número tres del supermercado.
  Ante los reclamos de los clientes, la supervisora del lugar, detecta que Sofía no estaba bien.
  - ¡Sofía! ¡Sofía! ¿Estás bien?
Sofía parecía anodadada por la situación.
  - ¡Sofía! En un tono más elevado.
Sofía sigue sin responder.
  - ¡Pero que cajera pelotuda, por favor! Era uno de los comentarios, de una mujer que se encontraba primera en la fila, esperando con el changuito lleno de bebidas alcohólicas, para ser atendida.
  La situación se estaba tornado un hostil.
  - ¿Sofía me escuchas? Seguía insistiendo la supervisora, mientras la zamarreaba con vehemencia.
  - ¡Que alguien haga algo por favor! Se escuchó una queja. Era de un hombre adulto y malhumorado que ya había perdido la poca paciencia que tenía.
  En ese preciso momento, Sofía sin salir de su letargo, sale del sector de caja, y se dispone a correr en dirección a la salida, sin contemplar que estaba la vidriera de cristal en su horizonte.
  Primero, fue el sonido de un cuerpo que impactaba contra un muro de citas. Luego, un espectáculo de vidrios cayendo en forma de lluvia lo que se divisó y por ultimo a una mujer con cabellos rulos y ojos pardos envuelta en una sábana de cristal. Alguien debía llamar la ambulancia eminentemente.
  La supervisora del lugar, llamó al hospital que no se encontraba lejos de allí. Dos agente policiales se acercaron al lugar. Tomaron declaraciones y fotografías de los daños. Las personas que atestiguaron con sus propios ojos el evento ocurrido, quedaron estupefactas e inmóviles, mirándose unos a los otros sin decir palabra alguna. Nadie decía nada.
  La ambulancia llego rápidamente. Sofía era transladada inmediatamente al nosocomio local.