• Capítulo LIV •

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  Eran las ocho de la tarde. Ya la noche se había hecho presente y la luna comenzaba a adornar aquel cielo de estrellas. Una brisa condecoraba la noche, que lentamente se ponía fría.
  Después de tanta espera, las puertas del sector donde se encontraban Rodrigo y Damian se abría. Rocío salía con un par de vendajes en sus brazos, y consigo de ella, traía a dos niños en sillas ruedas.
  En la pequeña sala de espera, se encontraba Sofía, Anabel, Alicia, el Oficial Cardozo, el Capitán Papadopoulos, Germán y el Detective Kalinsky. Todos esperando el momento del encuentro.
  Sofía vio a su hijo gemelo y salió corriendo a besarlo y a abrazarlo deseperadamente. Damián también recibió muchos mimos, abrazos y hasta regalos de los presentes. La sala se cubria de lágrimas, pero ésta vez, eran todas de felicidad.
 

La Danza de la Mariposa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora