¿Quién es un peligro?
Aquel que te devuelve el golpe, o aquel que finge que todo va perfecto, aunque sabes no es verdad.
Avanzó a pasos agigantados hasta estar frente a la puerta de la habitación de su hijastra, una vez allí empezó a nombrarla casi que con desesperación.
-¡Anabelle!-exclamaba una y otra vez. Al otro lado de la puerta Ana miraba a Dylan con miedo pues sabía que si su padrastro la descubría en aquella situación, probablemente se desataría un verdadero infierno en aquella casa que ya de por si se había convertido en un lugar plagado de tensión y misterio-¡No me escuchas mi bella Ana!-su pulso estaba descontrolado, Ana quería asistir al llamado de aquel al que consideraba un padre, pero algo de lo que ni ella tenía claro conocimiento no se lo permitía.
-¿Qué hago?-le pregunto a su hermanastro en un susurro. Este la miro de arriba abajo y luego simplemente se encogió de hombros.
-No sé ni me interesa hermanita-por unos segundos se sintió mal, pues esperaba su respaldo, pero una vez comprendió que el siempre sería el mismo que quería hacerla sufrir bajo cualquier circunstancia, se propuso no darle ese gusto.
Cambio su blusa rota por otra, tomo aire y se dirigió a la puerta, Dylan se acomodó en la cama y empezó a usar su teléfono.
Al abrir la puerta lo primero que percibí fue el terrible estado de mi padre. Se veía desaliñado, ebrio, enojado y...¿Triste?.
-¿Por qué has tardado tanto mi bella?-mis ojos se encontraron con los suyos y no me gustó confirmar que si estaba triste. Mientras mamá estuvo viva él nunca llegó a casa en esas circunstancias.
Me sentí culpable porque tal vez sin querer me había olvidado de que no solo yo perdí a mi madre sino que él perdió a su compañera, lo había dejado solo, me había volcado solo a ver mi dolor olvidándome de que los demás también tienen sus propias luchas.
-¿Estás bien?-se tambaleó y me apresure a socorrerlo.
-Anabelle-mi piel se erizo cuando me nombró con tanta intensidad.
-Ven-lo apoye en mi, aunque no del todo por su gran musculatura y altura-vamos a por café-no se opuso es más creo que ni siquiera era consciente de la realidad en que estaba, tal era su grado de embriaguez que ni noto lo nerviosa que yo estaba.
Al estar en la cocina le prepare café, todo el tiempo me miraba, eso me puso los pelos de punta.
-Aquí tienes-al extenderle la taza sus dedos se aferraron a mi mano, la voz de Dylan diciendo cosas extrañas acerca del como me ve su padre, me atacó de repente.
Fingiendo una sonrisa le arrebate mi mano, me sentía extrañamente incómoda, como si estuviera viendo a alguien por primera vez. Le di tiempo a que terminara y luego volvimos a encaminarnos a las escaleras, está vez para llevarlo a la habitación que compartía con mi madre.
-Vamos recuéstate-ya le había quitado los zapatos y trataba de que entrara en la cama, pero este no me hacía caso.
-La camisa-me dijo y entendí que quería quitarse dicha prenda.
Con algo de inquietud e incomodidad le quite la chaqueta y luego empecé a desabotonar su camisa. El ambiente se tornó denso, extraño, como si aquel hombre no quisiera que le tratará como mi padre.
-Vamos saca los brazos-se comportaba tal cual lo había hecho su hijo, con inmadurez la diferencia es que en Dylan era pasable porque apenas iba a tener veinte años, pero James tenía 36 y esas actitudes no lo hacían ver bien, aunque mal tampoco se veía.
Me extendió los brazos para que fuera yo quien le quitará la camisa, me acerque más para hacerlo, pero entonces me encerró en sus brazos arropandome con su vestimenta.
-Te pareces tanto a ella-un nudo se estableció en mi garganta al escucharlo hablar de mi madre-tus ojos son los mismo que los de ella-me debilite ante el recuerdo de mi progenitora, tanto que no intente escapar de su abrazo.
-¿La extrañas?-antes de responder sentí como olía mi cabello y luego beso mi coronilla, no se sintió como el beso de un padre.
-Todos los días-afianzó el abrazo y decide devolvérselo, permití que me envolviera con sus largos brazos y a su vez le arrope con los míos, deposite mi cabeza en su pecho y me quedé allí anhelando la presencia de alguien que ya había marchado hacia tiempo, pero que hacía falta como el primer día.
No sé cuánto tiempo pasó, pero empecé a escuchar su respiración cada vez más lenta, se había quedado dormido, salí de sus brazos y termine por acomodarlo en la cama, me dio pena ver la herida de su hombro sangrado por lo que busque el botiquín y lo cure. El sueño también había llegado a mi por lo que luego de apagar las luces me fui a mi habitación.
Dylan seguía allí.
-¿Como se siente estar entre sus brazos?-al parecer se había duchado pues su cabello húmedo lo evidenciaba y el hecho de que ahora llevará un jogger también.
-No empieces otra vez-me sentía demasiado cansada para otra batalla.
-Te vi-me confesó como si yo hubiese estado haciendo algo malo y él me descubrió en el acto-te vi cuidando de él, cubriéndolo, curando su herida y dejando que te tocará luego de que yo lo hiciera-su postura tranquila contrarrestaba con sus palabras llenas de fierros.
-Es mi padre puedo abrazarlo, cuidar de él y cubrirlo en cualquier momento-no sé si a quien trataba de convencer era a Dylan, o a mi misma.
Se levanta y camina hasta donde estoy, quedamos frente a frente y me intimida hasta tal punto que me siento una hormiguita.
-Es tu padre y yo soy tu hermano, y casi te acuesta conmigo-sus palabras salen cargadas de veneno, siento las lágrimas picar en mis ojos y me obligó a retenerlas, apretó los puños en un intento por no dejarme ver débil-Eres de las que le gusta calentar pollas así sea la de su hermano, o la de su padre-no me contengo, la palma de mi mano impacta en su mejilla con fuerza.
-Cuida tus palabras-acaricia la mejilla en la cual le ha dado el golpe, sus iris se nublan y su característica y diabólica media sonrisa hace aparición.
Lo que sucede a continuación no lo esperaba y me deja en shock.
Así, con la misma fuerza, la misma rabia y sin pensárselo mucho
Me devuelve la cachetada, la de él duele más. Estuve a punto de caer de no ser porque el mismo lo impidió.
Me retuerzo en sus brazos, no lo quiero cerca, me enferma de manera repentina su tacto y el ardor en mi mejilla no ayuda.
-Soy fiel creyente de la igualdad de género Schwester-besa mi frente y me suelta, lo que provoca que me caiga de culo al frió suelo de mi habitación.
Cuando escucho el portazo dejo de contenerme y las lágrimas bañan mi rostro.
Cuando solía sentirme mal y necesitada de afecto, o compañía corría a donde mi madre, pero la realidad de que ella no está termina por romperme más, odio sufrí a solas y tengo miedo de que Dylan vuelva así que me levanto y corro al único lugar que se no se atrevería a entrar así por así.
Cierro la puerta a mi espalda y veo su figura tal cual la dejé, no lo pienso camino de prisa y me recuesto a su lado, envuelvo mi cuerpo en la manta que lo abraza y rodeo el suyo.
Sin saber que él la sintió, que pudo haber evitado que su hijo le pegará y le dijera lo que le dijo.
Él escucho cuando la puerta de su padre se cerró y entonces lo supo, supo que no debía flanquear
Había vuelto para destruirla y ni el recuerdo de Elizabeth lo impediría
Ella no iba a volver a ser su sentencia
¿Cierto?....
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Esclava De Una Obsesión [COMPLETA]
Misterio / SuspensoEl volvió de un internado militar en Suiza tan sólo para cobrar venganza por algo que ella desconoce, Ella lo ha odiado desde siempre y lo odiara aun mas después de su regreso. El padrastro siempre ha cuidado de ella, pero cuando su madre muere, tod...