Tu padre mato a tu madre.
Afirmaciones como esas no se olvidan aunque uno quiera. Dylan Donovan Kingderman jamás olvidaría la forma en que su tío materno afirmó que su propio padre le había quitado la vida a su madre. Lo había intentado, claro que había intentado no darle vueltas a eso, pero le fue imposible y con el tiempo le pudo más la angustia, y empezó a investigar por su cuenta la desaparición de su madre, al principio pensó lo que todo el mundo: la asesinaron, o abandono a su familia.
Para muchos lo cierto era el hecho de que abandono su familia pues bien sabían todos que nunca fue una mujer común, pero con lo mucho que amaba a Dylan era difícil de creer que no lo llevaría consigo por lo que muchos otros como sus padres están convencidos de que fue asesinada, y de que el coronel algo tuvo que ver.
La puerta principal hizo eco por toda la casa lo que provocó que Dylan abandonará por fin aquella habitación que lo único que hacía era torturarlo.
Al pie de la escalera estaba ella, pero él percibió de inmediato que algo o alguien la había echo muy feliz en el día de hoy, ese brillo en sus ojos la delataba.
-Y Caperucita ha vuelto feliz a casa-Dylan me veía con curiosidad, como quien busca confirmar algo que intuye.
-De haber sabido que el lobo vivía en mi casa, no vuelvo-le sigo el juego, pues mi estado de ánimo es lo bastante bueno como para soportarlo incluso a él.
Sonríe con lucro de victoria, como quien dió justo en el clavo.
-Asi que muy contenta-dice más para si mismo que para mi-Cuentame Caperucita-lleva su dedo índice a su mentón y se acerca un paso hacía mí-¿Qué, o quién te ha hecho tan feliz?-sonrei casi que sin poder evitarlo al recordar el encuentro con Jhason.
-No te compete-me limito a responder e intento darle vuelta y caminar hasta mi habitación, pero con una suavidad poco características, me sugeta el brazo y me detiene.
Respira.
-Espero que tú felicidad se deba a uno de esos mamarracho que tienes por amigos-percibo una amenaza en su tono de voz calmado.
-Mi felicidad no es asunto tuyo y menos lo es quien quiera que sea que me haya hecho feliz-me suelto con rabia de él y sigo mi camino.
Esta vez es James a quien me topo de frente. Recién acaba de salir de su habitación, viene arreglándose la manga de su camisa blanca lisa, ese mínimo detalle me indica que se ausentará varios días, él solo usa camisa cuando tiene reuniones importantes.
-Muñeca-me saluda y escucho un ruido de burla a mis espaldas.
-¿Te vas?- no deseo quedarme a solas con su hijo, no lo deseo.
De a poco mi estado de ánimo empieza a descender.
-Solo por dos días-responde mientras se acerca a mi para que le ayude a arreglar la manga que le ha estado dando problemas.
-¿Qué no habrá algún trabajo que requiera tu presencia eterna?-Dylan hace evidente con su pregunta la felicidad que le provoca que nuestro padre se vaya.
Todo lo contrario a mi.
-Conozco uno, pórtate mal y te lo muestro-le responde el coronel al mismo tiempo que deja un beso en mi cabello.
Antes de irse voltea a verme y luego dirige su mirada hacia Dylan, y aunque no estoy segura sospecho que esa fue la manera en que le advirtió algo.
El coronel baja las escaleras y desde donde estoy solo me queda como imagen su ancha espalda y su cabello castaño.
Cuando el motor del auto se hace oír, Dylan vuelve a centrar en mi su atención.
-A solas con el lobo-respiro profundo mientras que el se acerca-Soy el lobo ¿Cierto?-hay un brillo en sus ojos que solo denota peligro.
Pero por alguna razón, la forma en que nos besamos la noche anterior invade mi mente.
Sus labios devorando los míos, el calor de su cuerpo invadiendo todo mi ser y la rabia en cada toque. El recuerdo de esa locura desatada por ambos en forma de pasión.
-¿Estás pensando en mi?-me conoce demasiado.
Ya está frente a mí.
-Ya quisieras-en mis recuerdos no solo está el como nos besamos sino también, el como me golpeó e insulto-No vale la pena pensar en aquellos que golpean para hacerse sentir-pone los ojos en blanco y aprovecho para entrar en mi habitación.
Su movimiento es rápido.
En un segundo el también está en la habitación, su espalda pegada a la puerta y sus ojos en mi, o más bien en mi cuerpo.
-Sal de aqui-mis deseos no están de acuerdo con mis palabras.
-No quieres que salga-es evidente y él lo nota.
¿Qué me pasa?
Dylan cierra la puerta y se acerca peligrosamente a mi.
Pero lo más peligroso no es que se acerque y me vea de ese modo tan peligrosamente atractivo sino que yo no busque alejarme ante el peligro.
-Dyla...
No me da tiempo a terminar de pronunciar su nombre cuando ya sus labios están sobre los míos.
Salvaje, apasionado y odioso. Así es como se siente.
-Sin palabras-me ordena una vez su boca abandona la mía por un breve periodo de tiempo
No me quejo, todo lo contrario, le correspondo.
Sus manos viajan a mis nalgas las cuales acaricia y estruja sin compasión, me muerde y me encanta.
-Que conste te sigo odiando-apenas puedo hablar claramente por lo que me provoca con sus toques y besos.
-Lo mismo digo-su respiración no está tan agotada como la mía pues a diferencia de mi, él si cuida de su cuerpo.
Cuando mi cuerpo impacto contra el colchón y posteriormente su cuerpo contra mi, lo supe
Me di cuenta que ya estaba perdida que no puedo hacer nada, porque a pesar de hacerme daño basta con que le mire a los ojos fijamente y es suficiente para caer porque lamentablemente sin querer ya estaba atada a él y solo piendo que:
Aveces aquello que nos daña es lo mismo que nos cura. Tal ves unos le llamen masoquismo pero yo le llamo locura.
-¿Tienes un condón?-le pregunto y niega sin dejar de besar mi ombligo-ve a buscar uno-le exijo y niega.
Dylan sube hasta mi clavícula en dónde chupa sin mucho cuidado, eso mientras su mano va hasta el cierre de mi shorts.
Luego de insistir varias veces Dylan accede a buscar un preservativo en su cuarto. El conocido ruido de mi teléfono hace eco por mi acalorada habitación, no tenías ganas de responder pero la idea de que podría ser James, me animo a buscarlo y responder.
Era un número desconocido.
-Hola, ¿Con quién habló?-una risita se escuchó a través de la línea y supe sin mediar palabras quien era-Jhason-pronuncié y seguido de esto un fuerte portazo se escuchó en toda la estancia.
-Supongo que una vez traiciona, traidor eres para siempre Schwester-Sin decir nada más Dylan arremetió de nuevo en contra de la puerta de mi habitación, esta vez no para entrar en ella sino para salir.
Escuchaba a Jhason hablarme, pero ni siquiera me importo prestarle atención, pues todos mis pensamientos estaban siendo ocupados por Dylan, o más bien por un joven Dylan y una joven Ana que literalmente prendieron fuego a sus vidas años antes...
Años antes.
![](https://img.wattpad.com/cover/107273959-288-k396348.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Esclava De Una Obsesión [COMPLETA]
Mystère / ThrillerEl volvió de un internado militar en Suiza tan sólo para cobrar venganza por algo que ella desconoce, Ella lo ha odiado desde siempre y lo odiara aun mas después de su regreso. El padrastro siempre ha cuidado de ella, pero cuando su madre muere, tod...