Mañanas de café y sonrisas (editado).

4.8K 312 48
                                    

James Donovan. 

Cuando tu madre es la calle y tu padre el dolor, por obligación te crías siendo un hijo de puta.

Oleh Kindermang era un duro adversario, siempre lo había sido, desde que conocí a su hermana me había declarado la guerra y durante años fingimos cortesía en publico mientras desencadenábamos batallas a solas. Su desprecio por mi es algo que me costo comprender e incluso aceptar porque aunque nunca he sido alguien para admirar, siempre me he mantenido leal a los míos, el hecho de que que fuera el hermano de mi esposa lo hizo parte de mi vida, hasta que la verdad se revelo ante mis ojos y por fin entendí el origen de su odio...

—Disfruto mucho tenerte a mi merced Donovan —forcé una media sonrisa al escucharlo decir aquello. Iba igual que hace anteaños, con la misma arrogancia y astucia, solo que con mas odio hacia mi que en aquel entonces.

—No dirás lo mismo cuando te meta un tiro en la cien —podría decir que me estaba matando el dolor debido a los golpes, y las quemaduras que me estaba proporcionando Oleh, pero lo cierto es que he aguantado mas de ahí, comparado con lo que he vivido aquello eran solo unas caricias dolorosas.

—Siempre de agresivo, mi sobrino se parece a ti —Oleh no daba puntadas al aire, y aunque de momento no se lo que planea, conociéndolo como lo hago estoy seguro que Dylan es solo una pieza de su juego.

—Carece de muchas cosas para parecerse a mi —Dylan era quien me tenia en aquella situación, me lo merecía, sin embargo eso no evitaba que una pequeña herida molestara en mi interior. Quise matarlo cuando se acostó con Anabelle, pero el maldito lazo paternal no me lo permitió. 

—Es mas parecido a ti de lo que te piensas, y creo que en el fondo lo sabes —Expulso el humo del puro en mi cara y luego llevo el mismo a mi cuello, dolía, quemaba, pero no lo suficiente para hacerme gemir o tan siquiera rabiar, simplemente no soy un hombre cualquiera —Lo sabes porque nos conoces —intuía por donde avanzaba la conversación —Nosotros los Kindermang somos un poco mas "especiales", ¿cierto? —golpeo mi costado y me limite a hacer una mueca.

—¿tantas ganas me tienes todavía Oleh?, porque en lugar de golpes se sienten como caricias  —veo como su expresión de altanería cambia de manera inmediata. Todos tenemos un talón de Aquiles, el de Oleh es su orientación sexual —No se si sentirme halagado porque sigo siendo tu sueño frustrado, o sentirme triste porque no pudiste avanzar sin mi —un golpe lleno de ira va directo a mi mandíbula y siento el liquido metálico esparcirse por mi boca, lo escupo y sonrío, he acertado —No te sientas mal, todos tenemos a ese alguien que nunca va a correspondernos —Pienso en Anabelle y la forma en que le quiero, pero en la que ella nunca me va a querer, duele pero así es esa mierda llamada amor.

—No juegues con mi paciencia Donovan, no es esa una virtud de mi persona —su mandibula esta tensa, sus manos se entrelazan a su espalda y ese gesto me hace saber cuanto le afecta todavía que en lugar de mujeres lo que le gusten sean los hombres, mas específicamente que el hombre que mas le ha gustado en su vida sea yo es algo que se que le duele y le molesta sobremanera.

—Si te sirve de consuelo, de haber sido gay serias de mi gusto, pero gracias a Dios no es el caso y tu hermana fue y será siempre mi elección sobre ti —en un movimiento rápido lanza el puro al suelo, enciende el encendedor en sus manos y sin miramientos lo fija en mi cuello provocándome un dolor incesante pero aun soportable.

Soy un hombre de calle, que nació de una puta y un drogadicto que me abandonaron en un orfanato, desde que tuve uso de razón supe que si quería sobrevivir debía pegar mas fuerte, incluso cuando todo apunte en mi contra finjo tener el control porque mostrar debilidad es el primer paso a perder la batalla frente a un enemigo.

Tengo en mi cuerpo mas cicatrices de las que me gustaría contar, cada una tiene su historia, y a su vez son la escalera que me construí para llegar a donde estoy. No me molesta el hambre porque supe lo que era crecer con ella, trabaje y gane para comer hasta saciarme pero nunca comí demás, acostumbre a mi estomago a conformarse con poco para que si tocaba bajar una vez mas no echara en falta platos extras, visto ropa de marca y elegante pero siempre llevo una pieza barata para que nadie diga que James olvido quien es, nunca golpeo por golpear siempre busco el punto débil y ataco sin compasión . No soy del tipo que va haciendo cualquier cosa y utiliza como excusa sus desdichas , yo no le quito a nadie lo que se gano con esfuerzo, pero tampoco permito que nadie me quite a mi lo que me gano a mi manera.

Soy un hombre que probo el suicidio, probo las drogas, sintió miedo, durmió en cama de cartón, peleo por comida, jugo con juguetes imaginarios y se dijo a si mismo que debía de ser mas que una rata, entrene mi mente e hice del mundo mi tablero de ajedrez, moví piezas a mi antojo y cuanto pude y me convertí en un hombre con merito, estatus, casa, comida, familia.

—¿Qué diablos hace tío? —el olor a carne quemada se espacio por el lugar.

Noto el dolor y el ardor en el área que quemo, no evito el quejido que se me escapa, sin embargo aprieto mis dientes lo mas que puedo para no demostrar lo mucho que duele.

Sebastián me socorre y coloca una botella de agua fría en la quemadura, siento un leve alivio, me mira y le sonrió,  es un hijo de puta con sentimientos que se deja llevar de mi hijo.

Miro hasta donde se encuentra el hombre que engendre, esta conteniendo a Oleh quien intenta volver hacia donde estoy. 

—Me convertí en el hombre que puso caviar en la mesa de su hijo —Sebastián me mira como si me vuelto loco y me hace una señal de que me calle, pero me siento en estado de éxtasis —yo usaba ropa que otros echaban a la basura y el salió del hospital envuelto en Dolce & Gabbana. así que no le debo nada a la vida, ella me debe a mi porque le he dado a otros lo que a mi nadie nunca pensó ni siquiera en prestarme. 

Me sentí delirar, todo se fue poniendo borroso.

Unos ojos verdes y otros azules vinieron a mi mente, cabellos negros, piel blanca y labios de fresa.

—¡Dylan!

Alguien gritaba con fuerza aquel nombre que yo mismo elegí:

Dylan, cuyo significado es hijo de mar, o la gran ola

porque siempre he sido un océano profundo y cargado de secretos y volqué todos mis sentimiento en mañanas de risas y café junto su silueta de ninfa y junto a mi pequeño principito de mar.

Ella nunca lo considero principito, yo lo hice porque me considero rey, pero el no lo recuerda...

La oscuridad me abrazo como siempre lo hacia, y como siempre me entregue a sus brazos.

Hola, gracias por leerme. Se que la historia puede resultar confusa, pero les prometo que todo ira tomando sentido, cada palabra, cada acción tiene su importancia. Las mascaras irán cayendo y los verdaderos rostro de estos enigmáticos personajes irán cayendo y colocando cada pieza en su lugar. 

Comenta que te ha parecido este capitulo, cual es tu personaje favorito, que esperas de esta historia y no olvides votar y compartir si realmente te ha gustado.

Gracias y hasta luego. Besos.

Esclava De Una Obsesión  [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora