Esclava De Una Obsesión [COMPLETA]

Mi Principito (Editado)

Un ruido perturbante mortiguo mi audición, el grito de Sebastián, la batalla repentina y campal entre Oleh y el recién llegado Jhason.

A los lejos ví que el coronel se desplomó nuevamente, cayendo al suelo en el acto. Yo estaba atónito, trataba de parar el dolor de cabeza que me estaba produciendo todo aquello. Las sirenas policiales se hicieron oír, pues los disparos frecuentes, y la explosión en la pared que había hecho Jhason fueron más que suficiente alerta.

Cerré los ojos

Necesitaba respirar

Me sentí débil, sin fuerzas y...

Ahora lo entiendo. El grito de Sebastián, la molestia en mi cuerpo, el dolor agudo, y el suelo manchado

Recibí un disparo.

Me entregué a la oscuridad.

"Aguanta mi Principito"

Su voz, su toque. ¿Un sueño?

Lo siento...

Narra Ana

Sentí un frío extraño en cada poro de mi cuerpo, mi piel se erizo y un mal presentimiento empezó a provocarme agonía.

Estaba sola y lo odiaba.

Dylan llevaba horas de haber salido, no respondía a mis llamadas, Sebastián tampoco. Y a mí padrastro no la había visto en más de dos días. Todo parecía estar muy extraño.

La noche cayó y mi preocupación aumento más y más con cada minuto

Quería llorar. Necesitaba tenerle aquí

¿Y si decidió dejarme, y si todo fue otro juego suyo?. A lo mejor recordó todo y ha vuelto a odiarme

Me estaba volviendo loca de los nervios, de la preocupación y de su falta.

"El número al que llama no está disponible, favor deje su mensaje"

El buzón era la única respuesta a mis llamadas. No pude contenerme más, una lágrima bajo en mis mejillas. Fue la primera de muchas.

No pude dormir

Me desperté a las 4, a las 3 y ahora nuevamente a las 6 AM.

¿Dónde estás?

Revise mi teléfono y nada, lo volví a llamar y nada. Estaba a punto de volver a quebrarme cuando escuché a alguien entrar en la planta baja

Fue como recibir una descarga de energía, mis esperanzas volvieron a encenderse y la idea de verle, lleno de gozo mi alma

Salí disparada en dirección a la planta baja, bajé los escalones de a dos en dos. Y todo para no verle.

—¿Cómo has entrado?—su aspecto no era bueno, se había servido del Whisky de mi padre y quitado su chaqueta justo como lo hacen James y Dylan.

—Jo Jo Jo —fingió reír amargamente —Déjame que termine el trago y te cuento una historia niña bella —sus ojos no tenían aquel brillo peculiar y egocéntrico con el que siempre cargaba.

—¿Dónde está Dylan y dónde está mi padre?—sonrió, fue una de esas sonrisas enigmáticas y perversas suyas.

—¿Aún eres capaz de llamarle padre?—Oleh dejo el vaso a un lado y se puso de pie, camino lento hasta quedar a tan solo centímetros de mi.