Capítulo 7

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Abrí los ojos al sentir los rayos del sol dar en mi rostro a causa de que la ventana de mi habitación estaba abierta, frunci el seño y me senté recargando mi espalda contra la cabecera. Pude notar que Adam seguía conmigo, sólo que miraba hacia la ventana como si estuviera viendo el paisaje que se encontraba afuera de mi residencia. Me le quede observando por varios minutos creyendo que era solo una imagen proyectada por mi cerebro, una sexi e irresistible imagen, suspire, al parecer me escuchó ya que se giró para ver de donde provenía ese sonido, al notar que provenía de mi, sonrió y caminó hacia mi.

-¿Te sientes mejor?- preguntó sentándose en el borde de mi cama.
-Eso creo- sonreí- No me di cuenta cuando me quede dormida.
-Tal vez te agotaste.
-Si, debió ser eso.- miré la hora en mi despertador, apenas y eran las seis de la mañana.- Tengo que ir a trabajar en unos minutos.- días atrás había conseguido un trabajo en un pequeño restaurante de camarera.
-De acuerdo, ¿quieres que te lleve?
-No es necesario- susurré.
-Me encantaría hacerlo.
-¿Sabes? La caballerosidad de los hombres a veces la encuentro confusa.- me dedicó una sonrisa ladeada.
-Bien, quiero imaginar que eso fue un sí.
-Por supuesto que si, quiero ver la cara de mi compañera al ver que llego en una moto con un chico sexi que no sale conmigo y sólo es mi amigo- me miró confundido- Algunas veces las personas no creen que una chica linda como yo pueda tener un amigo sexi como tú, creo que nadie entiende la amistad entre un hombre y una mujer.
-Ok, apuesto a que me gustará que me presumas frente a tus amigas- se levantó de la cama al igual que yo.
-Bien, me cambiaré lo más rápido posible que pueda o si no se me hará tarde- caminé hacia mi armario y abrí sus puertas para buscar que ponerme. Me quité mis jeans y mi camiseta frente a él, quería ver como reaccionaba, pude ver por el rabillo del ojo como miraba detenidamente mi cuerpo, agradecí que tenía mi ropa interior puesta.

Saqué una blusa de tirantes blanca junto con un short de mezclilla color negro, me puse lentamente ese conjunto. Cerré las puertas del armario y me miré en el espejo que había al cerrarlas, me hice una coleta alta, me coloqué algo de rímel y labial rojo intenso.

-Listo- dije girandome hacia él.
-Esa blusa se transparenta mucho.
-Agradece que llevo sujetador abajo, no quería verte babear.
-Que graciosa- dijo con sarcasmo.
-Lo sé, por las mañanas soy graciosa, deberías verme- salí de mi habitación mientras él me seguía, salimos del cuarto y cerré con mi llave.- Odio las escaleras- gemi con frustración. Adam se inclinó y señaló su espalda.
-Sube, no quiero que tropiezes con algún escalón.
-Nunca me ha pasado eso, no soy estúpida.
-Lo sé, pero será más rápido así.
-Ok- me subí en su espalda rodeando su cuello con mis brazos y su torso con mis piernas- Yupi- alce un brazo.
-Sujetate bien- sujetó mis piernas con sus manos, recargue mi barbilla contra su hombro y me comencé a reír cuando comenzó a bajar las escaleras con rapidez. Al final de las escaleras me bajé de su espalda.
-¡Eso fue divertido! Deberías ir seguido por mi.
-Iré sólo si prometes bajar de peso- golpee juguetonamente su pecho y sonrió. Subimos a su moto y me llevó a mi trabajo. En cuestión de minutos llegó estacionándose frente al restaurante.
-Gracias por haberme traído.
-Fue un placer- tomé su rostro entre mis manos y plante un sonoro beso en su mejilla, le sonreí.
-Oye- miré su mejilla- éste labial es bueno, no te dejo ninguna... - me interrumpió al cubrir mis labios con los suyos, lo cual me tomó por sorpresa haciendo que abriera los ojos de par en par, frunci el seño y cerré los ojos siguiendo el beso, acarició mi rostro con sus manos mientras me besaba, las deslizó de mi nuca a mi espalda hasta detenerse en mi cintura pegandome firmemente contra su cuerpo, reaccioné a su toque, colocando mis manos en su pecho, para disminuir el espacio las llevé a su cabello, enrredando mis dedos ahí.

Se separó de mi y me miró con intensidad, admirando cada parte de mi que hasta me fue imposible no sonrrojarme, fruncio el seño y se subió a su Harley, dejandome ahí en la acera completamente confundida y con muchas dudas, mientras que mi compañera me miraba de la misma forma en que yo me sentía.

-Pensé que eran amigos.
-Yo igual- susurré tocando mis labios.

***

Estaba sentada frente a la mesa en donde hacía mis tareas, la cual se encontraba en la sala del cuarto que compartía con Savannha. Mordi la parte inferior del lápiz mientras recordaba el beso que me había dado Adam antes de irse, aún seguía confundida al respecto.

-Te veo muy pensativa- dijo Sav limando sus uñas mientras me miraba.- ¿Sucedió algo que no me haz contado?
-No- mentí- Sólo intento pensar en una respuesta acerca de este problema, es todo.
-¿De que?
-Cálculo- miré mi libreta con los problemas aún sin contestar y frunci el seño.
-Pensé que Adam estaba ayudándote con esa materia.
-De hecho ayer vino, pero no pudo hacerlo.
-¿Porque?
-Por que... Haces muchas preguntas.
-Lo sé, siempre me lo dicen- sonrió dirigiendo su mirada nuevamente a sus uñas.

Justo en ese momento un par de golpes se escucharon en la puerta y una sonrisa apareció en el rostro de Savannha.

-Debe ser mi chico- se levantó inmediatamente del sillón en el que estaba y fue a abrir la puerta, al hacerlo efectivamente era él, el recuerdo de los labios de Adam sobre los míos vino a mi mente cuando éste también entró junto a Vincent. Mordi mi labio inferior al ver lo sexi que se veía Adam con sus lentes oscuros, parecía un motociclista tatuado sexi.- ¿Tú que haces aquí?- dijo mirando a su compañero.
-Por si no lo recuerdas soy el tutor de Aud. Vengo a enseñarle.
-Pues... ¡diviertanse!- dijo mirándome con complicidad, luego salió, dejándonos completamente solos.
-Que bien que llegaste- logré decir- Estuve a punto de llamarte porque no le entendía a...
-Tenemos que hablar- susurró
-Lo sé.
-Yo... no se porque te besé, no lo sé, sólo fue como un instinto, algo dentro de mi me decía que debía de hacerlo pero a la vez sabía que estaba completamente en lo incorrecto y aún así lo hice.- caminé hacia él, pero me detuve.
-Ok, ¿eso es todo?
-Si, ¿que otra cosa tendría que agregar?
-Nada, sólo quería asegurarme de que habías terminado.
-¿Para qué?
-Para poder hacer esto- tomé su rostro entre mis manos y estampe mis labios contra los suyos, de inmediato sus manos se posaron sobre mi cintura juntandome a su cuerpo, sus labios se movieron contra los míos sin intención de querer detenerse.

Logré rodear su torso con mis piernas, sentí como fue caminando hasta sentarme sobre la mesa en la que había estado haciendo mi tarea o más bien intentando de entenderla, quitó todo lo que había en ella para que tuviéramos espacio, sujetó una de mis piernas con firmeza contra su torso, una chispa de deseo fue recorriendo todo mi cuerpo, necesitaba más de él. Deslice mis manos de su abdomen a la hebilla de su cinturón, pero tomó ambas de mis manos haciendo que me detuviera.

-No, espera- dejó de besarme y se separó de mi, dejandome sentada ahí, toqué mis labios y sonreí.- ¿Porque sonríes?- borré mi sonrisa.
-No lo sé, esto es tan confuso, primero me besas tú y dices que fue incorrecto haciéndome ver que yo te induje a que lo hicieras, pero ahora que te beso yo quieres que me detenga de hacer algo estúpido cuando tú al principio pudiste detenerte, ¿acaso intentas probarme para ver que clase de amiga soy?
-Yo no lo sé, ¿ok? También estoy muy confundido- fruncio el seño y se sentó frente a mi, me miró detenidamente y después sus ojos se detuvieron en los míos.- Pero cuando te miro pienso que nada de esto esta mal, pero al mismo tiempo no quiero destruirte y llevarte a mi ruina.
-No comprendo.
-Eres la segunda chica en la que no puedo dejar de pensar y debo de dejar de hacerlo por miedo a herirte, no me gustaría que te pasara algo por mi culpa, pero tampoco quiero arrepentirme por lo que no pude hacerte.
-¿Qué es lo que te gustaría hacerme?
-Entregarte el amor que te falta solo para hacerte feliz.
-Adam- susurré.
-Cuando me contaste lo que le pasó a tu novio, pensé en la edad que tenías y no me quise imaginar por lo que pasaste en ese tiempo al culparte por una muerte que no debería hacerte dudar. Pude imaginarme como te setiste al saber que tal vez provocaste la muerte de alguien a quien amabas con gran intensidad y hasta deseé ser Jason para poder decirte que no tenías la culpa. Porque nunca culparía a alguien a quien amo por mi propia muerte, la cual yo provoque.- sentí una lágrima deslizarse por mi mejilla e inmediatamente la limpie con el dorso de mi mano.
-Pero yo tuve la culpa, si tan sólo hubiera hablado con él para que arreglaramos nuestros problemas, no se hubiera emborrachado para después conducir y matarse gracias a mi.
-¡No!- tomó mi rostro entre sus manos- No vuelvas a decirlo.
-Pero...
-Sé cuando alguien realmente tiene la culpa como para decirte que tú nunca la tendrás.
-¿Ah sí? Pues lo dices porque tú nunca te haz sentido como yo, que tenías una vida entre tus manos y no la supiste valorar.
-Si he sentido eso.
-Lo dices para hacerme sentir bien.
-Estoy hablando enserio.
-Mientes.
-Por mi culpa murió la única razón por la que mis padres se sintieron orgullosos de mi- frunci el seño.
-¿Que razón?
-El primer amor de mi vida.

Entre Tus BrazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora