Siete

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N/A: Lean la nota final, por favor.

***

Abrió los ojos con algo de pesadez, cerrándolos al instante al ver la luz del día atravesar por sus cortinas. Envió su mano para acomodar su almohada porque estaba demasiado dura para su cara.

Sin embargo fue mucha su sorpresa cuando al apretar el montón, vio una punta endurecerse. Entonces elevó la vista encontrándose con la mirada confusa de Derek y una media sonrisa.

Sólo recordaba de anoche los golpes con el cinturón, ver sangre y que Derek sacaba a sus padres de la habitación. Sus orbes se expandieron a más no poder, ¿como había terminado allí con su hermanastro?

El mayor se dio cuenta de lo que estaría pensando Stiles o eso suponía, así que lo miró fijamente esperando un golpe en la cara por parte del castaño por haberle tocado.

Pero sólo relajó la expresión, devolviéndole la sonrisa al mismo tiempo que refregaba la cara contra el velludo pecho de Derek, deleitándose por un momento. Ninguno de los dos consideraba tal acto como algo extraño, solo creían que eran comportamientos de hermano mayor al menor, puro amor fraternal.

Sin embargo, desde que la perspectiva hacia sus gustos había cambiado y su forma de mirar a Derek también, se sentía como algo confuso. Cada toque y acercamiento que tenía con el pelinegro alimentaba más el deseo que no sabía que tenía oculto bajo la piel, reaccionaba con un suspiro o una ereccion siendo el caso más extremo.

Por eso se sentía apenado y algo excitado ayer, aunque no quería admitirlo, no pudo evitar morderse el labio cuando Derek masajeo sus nalgas antes de curarlo. Con un toque suave y constante, calmándole el escozor y la irritación, haciéndole desear más de ese toque.

Se suponía que debía tener claridad acerca del tema, al menos le gustaba chuparsela a quienes eran de confianza. No por eso debería etiquetarse homosexual del todo, ¿verdad?

Pero aparte de todo lo que haya hecho con Jordan y Theo, ahí estaba Derek. Sentía todas las ganas de abrazarlo para llenarle la barba y la boca de besos hasta que se le cayeran, sólo su hermanastro le hacía sentir que estando con él le haría bien, cosa que no sintió ni con Lydia ni Malia.

Y sentía miedo, muchísimo miedo de ser rechazado. Había hecho un pequeño análisis de todos sus familiares: Su padre no mostraba indicios de desagrado cuando pasaban escenas en la televisión ni Derek. No obstante, Thalía apagaba el televisor cada vez que eso sucedía.

Obviamente no podía saber si su padre era o no homofobico a ciencia cierta, por eso tenía temor, de su rechazo y sobretodo del rechazo de Derek.

—Gracias. —dijo finalmente y literalmente pudo ver, oír y sentir el pecho del pelinegro inflarse en orgullo.

—Siempre a la orden. —rió el mayor siendo interrumpidos por un toque en la puerta. Stiles se levantó con la rapidez que el dolor se lo permitió y decidió atender, siendo Thalía.

—Buenos días hijo. Dios te bendiga. —el castaño no se inmutó por el saludo, sólo la dejó entrar, observándola disimuladamente mientras ella saludaba a su hijo de beso en la mejilla.

—¿Qué necesitas mamá? —preguntó Derek en un tono más amable de lo que Stiles lo iba a hacer. Ella les sonrió a ambos y se sentó en la cama del castaño, ¿quien le había dado el permiso de hacer eso?

—Vine a disculpar a su padre —puntuó ella—. Yo sé que el hecho de castigar a un hijo con dolor está dentro de la Biblia. Sin embargo su padre estaba tan enojado contigo, Stiles, que no se pudo contener.

Stop Being Gay |Sterek|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora