Amanecer (por Edward Cullen)

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Deslumbrado

La situación era... curiosa, por no decirlo de otra manera. Si hubiésemos tenido el suficiente sentido del humor para reír de esto lo hubiéramos hecho, aunque estaba casi seguro que le encontraríamos la gracia en el futuro cuando todo haya quedado atrás. Aquí estábamos, tres razas distintas... tres especies reunidas en el living de mi casa... Bueno, cuatro si contábamos la extraña aleación de que era mi Nessie tanto vampira como humana a la vez, Jacob como sumo representante de la especie licántropa junto a Seth que se había quedado como fiel seguidor y amigo junto a él, Charlie representando a la especie más vulnerable... sin saberlo sentado y disfrutando de un partido de futbol americano entre lobos y vampiros... y finalmente los Cullen, el aquelarre más grande quizá de los Estados Unidos, a demás de contar entre nuestras rarezas ser los únicos vampiros vegetarianos habitando en la península de Olimpia.

La situación, sin embargo, era interesante para mí... no solo por su complejidad, sino porque podía poner en un cuadro la diversidad de pensamientos de los allí presentes, con excepción por supuesto, de mi propia esposa.

Charlie en primer lugar tenía la mente centrada en el juego... aunque su sexto sentido o su sentido de preservación por así llamarlo, lo había mantenido en un estado de alerta inconciente durante toda la tarde. En pocas ocasiones se distrajo cuando recordaba donde estaba gracias a Jacob murmurando algo o a Emmett con su habitual entusiasmo, solo en esas ocasiones Charlie tomaba conciencia de ese estado de alarma involuntario pero necesario y comprensible, es decir... el hombre estaba rodeado de misterio y de cosas que ni él quería entender y eso era suficiente como para poner sus cabello de la nuca erizados como pequeños radares en busca del peligro, pero con la misma velocidad se recuperaba y continuaba concentrado en la pantalla de plasma. Nessie... en todo ese periodo de tiempo había logrado, dormir, olfatear el aire con cierto interés pero con suma precaución, había tratado de alcanzar a Jacob e incluso lo había logrado haciendo que el perro se viera obligado abstenerse a cargarla para no ser tan demostrativo ante los ojos, aún en estado de adaptación de Charlie, había tomado su biberón con su abuelo de espaldas a ella ignorando lo que sucedía a su alrededor y hasta se había entusiasmado con el cabello sedoso de su madre mientras Bella la tenía en su regazo, era increíble verla tomando su biberón con una mano y jugando a las escondidillas detrás de la cortina de pelo de Bella con una Esme más que dispuesta. Era simplemente increíble para mí verlas a ambas, mi hija y mi esposa disfrutando ya sin tensiones el ambiente familiar.

Alice y Jasper por supuesto se mantenían cerca y atentos a todo movimientos, Alice sin ver nada que pusiera en peligro ninguna vida en el lugar y Jasper satisfecho con el estado de ánimo en general.

Emmett era el que había estado poniendo el estado de ánimo de Bella en el filo de la navaja, con sus comentarios poco apropiados para decir frente al padre de la chica en cuestión... Bella.

Gruñí sutilmente cuando murmuró,

_Vamos Gators, que no pueden dejar que este par igualen sus anotaciones!_

Maldito Emmett...

Tuve que abrazar a Bella por los hombros cuando cantó,

_Sex Bom, Sex Bom... you are a Sex Bomb!..._ mientras alzaba y bajaba las cejas a ritmo mirando a Bella...

_Idiota_ masculló Bella suavemente y Emmett respondió con su risa atronadora,

Y por supuesto besé la mejilla de Bella para distraerla cuando Emmett murmuró,

_ Oh por cierto... para hoy tengo tapones de algodón para las orejas... pues tengo que proteger mi inocencia_ y una vez más rió...

Charlie solo le lanzaba miradas inquisidoras pero en su mente solo se reflejaba la preocupación por la salud mental de mi hermano... por suerte.