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La recosté con sumo cuidado en el sofá de la sala, ella seguía con su rostro lívido de dolor y con el vaso de sangre en sus manos, debía reponer fuerzas... me senté a su lado en el suelo siempre viendo su rostro, siempre castigándome con su dolor...

_Carlisle_ murmuró Jacob a mi padre que bajaba las escaleras con gesto cansado, parte por su preocupación y parte por la falta de alimento _Fuimos a mitad de camino a Seattle, no hay señal de la manada... pueden ir_

Mi padre lo miró agradecido antes de hablar,

_Gracias Jacob, justo a tiempo. Nuestra necesidad es grande_ sus ojos tan pronto dejó de hablar, viajaron inconscientemente al vaso de Bella.

_Creo que pueden ir en grupos de más de tres. Estoy más que seguro que Sam concentra toda su atención en La Push_ a lo que Carlisle asintió en acuerdo, todos estaban de acuerdo con la idea, a mi me daba igual... me daba lo mismo salir o no a alimentarme, prefería diez mil veces la sed a dejar a Bella por un instante siquiera.

_Si tú lo crees, Alice, Esme, Jasper y yo iremos. Después Alice puede ir con Emmett y Rosalie_ murmuró mi padre. Rosalie enseguida refunfuñó,

_Ni creas_ ladró mi hermana _Emmett puede ir con ustedes ahora_ dijo lanzando una mirada al techo, como si a través de él pudiera darle ordenes a mi hermano,

_Tú deberías cazar_ murmuró mi padre a una Rosalie cruzada de brazos y con el rostro indiferente, por más intento que hicieran, ella parecía anclada a esa silla, no la sacarían de ese lugar jamás, no al menos que yo también fuera,

_No cazaré si él no va_ dijo señalándome con un gesto de su dorada cabeza. En verdad su sacrificio era grande, muy grande hasta el punto de no calmar su quemante sed tan solo por esa criatura. Estúpida... aún desconfiaba de mí, siendo yo el primero que daría la vida por mi Bella.

Mi padre se resignó y suspiró cansado, enseguida mis hermanos bajaron las escaleras y se unieron a Alice que ya estaba ubicada en el umbral del gran ventanal de vidrio, lista para partir. Mi madre la siguió quedando solo Carlisle que se situaba junto a Jacob que se tensó al momento en que mi padre puso una mano encima de su hombro,

_Gracias_ dijo mi padre a un Jacob sorprendido, lo siguiente que vi fue a los cinco salir por el patio trasero corriendo más de lo que eran capaz, su necesidad era urgente.

Éramos tres, solo tres reunidos en torno a mi esposa. Ella miraba todo con calma y tranquilidad, no había señales de dolor en su rostro, no por ahora. Jacob se disponía a irse divagando ante la idea de quedarse para disfrutar del resto de la tarde molestando a Rosalie o tirarse a dormir bajo uno de los árboles cercanos. Decidió quedarse...

Tenía la mirada puesta en Bella, ella me atraía de tal manera que no era capaz de desviarme siquiera ante la mayor de las distracciones, Rosalie estaba sentada en su silla habitual a un lado de mi esposa y Jacob se paseaba alrededor de ella para molestarla,

_Hey! Alguien mande al perro fuera_ murmuró mi hermana con desagrado.

_¿Has oído esta psicópata?... ¿cómo las células de una rubia muere?_ preguntó divertido Jacob, mi hermana lo ignoró completamente pero él no se dió por vencido...

_Bueno ¿sabes la respuesta o no?_ preguntó ansioso, al ver que Rose seguía ignorándolo vi por el rabillo del ojo que Jacob se dirigía a mí,

_¿Lo sabe?_ preguntó, yo continuaba con la mirada fija en el rostro de Bella...

"No le contestes" me dijo Rosalie en sus pensamientos, conteste un seco "No".

"Estúpido" replicó ella.

Amanecer (por Edward Cullen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora