Capítulo 10

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-Hijo mío –se acercó a mí dispuesto a abrazarme, pero yo me alejé.-

-Tu estas muerto... te vi morir. ¡Te quemé vivo! ¡Tendrías que estar muerto!

-No tiene sentido lo que me estás diciendo. Un Ignis nunca puede quemarse, su piel aguanta el calor del fuego, las altas temperaturas.

-Pero solo el creador del fuego puede deshacerlo. Y yo no sabía nada de eso.

-¿Quién te dijo semejante estupidez?

-Mamá.

-¡Ella no es una descendiente de los Ignis! ¡No sabe nada sobre nosotros! Solo se guiaba por leyendas absurdas que los pueblerinos contaban. Solo le dabas pena porque no quería enseñarte.

-¡¿Y por qué nunca quisiste enseñarme?! Siempre ponías la excusa de que Jeyden era el primogénito, pero esa excusa ya no se la cree nadie. Y al menos mi madre tenía corazón y por eso me decía curiosidades, fortalezas y debilidades de mi dinastía. Yo no pedí tener un padre tan idiota.

-Mejor os dejo solos –dijo el rey de Luminia dejando su trono y saliendo por la puerta de su izquierda, hacía bien yéndose-.

-Desde que eras pequeño sabía que tenías un gran poder, pero tenía miedo de que saliera y que pasará factura, podrías volverte loco de poder.

-¿Volverme loco?

-Solo ha habido tres casos de personas que nacieron con mucho más poder de lo normal, y los tres cayeron en la locura.

-¿Caer en la locura? ¿Acaso me ves con cara de gilipollas?

-El poder que hay dentro de ti afecta a tu mente. Albert, antiguo rey del Reino de Luminia, se volvió loco a los 23 años por usar su poder demasiado, casi provoca una gran guerra que involucraba a todos los reinos, incluidos lo que aún no estaban en ruinas. Alec, otro antiguo rey, pero esta vez de Darkour, acabó tan loco que eso llevó a destruir el Reino de TerraNova, por su culpa ya no existe la dinastía de TerraNova. Y por último Alexander, este era del Reino de Aqua, destruyó a otra dinastía, la del aire, ¡la dinastía ILMA!

-¿Y por eso no me enseñaste? ¿Tenías miedo que acabara loco y empezara a matar gente?

-Emm... sí, básicamente sí. Se que no... 

-¡¿Y eso también era motivo del porque me pegabas?!

Su cara mostraba arrepentimiento, pero eso ya no me servía.

-Hijo...

-¡No me toques! ¡¿Y a mamá?! ¡¿Ella también podría haber caído en la locura?! ¡¿Y Sophie y Jayden?! ¡¿Ellos también?! ¡¿Por eso les pegabas?!

-¡Jayden!

Del mismo lugar en el que estaba mi padre salió mi hermano, ahora mismo él tendría 21 años, tres de diferencia, había pasado tiempo, un año de bandido se pasa volando.

-Anikin...

Se acercó con paso firme hacia mi posición, se le notaba que quería correr y abrazarme, pero solo se limitó a andar deprisa. Me abrazó. Pero al igual que mi padre yo no le quería cerca, ya no.

-¿Solo sobrevivisteis vosotros dos?

-Sí –dijo para después quedarse pensando, quizá quería tener cuidado con sus próximas palabras-. Enterramos los cuerpos de mamá y Sophie, no te preocupes por ellas, ahora estarán en otro lugar... supongo.

Juraría que se me escapó una lágrima de mi ojo. Mi madre era la única que me hacía caso. Jayden y mi padre se pasaban el día practicando, Sophie iba a lo suyo, y yo casi siempre estaba con mi madre, como te imaginarás. Intentándonos hacernos felices mutuamente. O por lo menos durante un tiempo hasta que mi padre volvía a pegarnos.

El Rey PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora