Capítulo 9

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-¡¿Queréis moveros más deprisa?!

-¡Que te jodan, Elliot! ¡Llevamos días sin comer una buen plato de comida!

Aunque me insultara él me seguía queriendo, creo. ¿Sino por qué me habría besado antes? Hubiera sido ilógico. Aunque tampoco sé que espero en una situación que a su vez es ilógica.

-¡A este paso no llegaremos al pueblo del Exiliado nunca!

-Que te den... -dijo mi compañero exhausto agachando su mirada, se le notaba que tenía hambre-.

-Oigo caballos –dijo Tania, mirando a todos lados-.

-Yo también –afirmó Tahiel-.

Me puse a escuchar y vi que ellos tenían razón, los sonidos de las patas de caballos al galope retumbaban en todo el camino, y cada vez estaban más cerca, eso no era nada bueno.

-Estamos cerca del castillo de Luminia, puede que sea una patrulla.

-Puede –dijo Tahiel ayudando a mi hipótesis-.

-Tania, nos despedimos aquí.

-¿Qué?

-Si es una patrulla de Luminia tu viaje a nuestro lado acaba hoy, y si son bandidos... reza para que no lo sean.

-Adiós, Tania –dijo Tahiel dándole un abrazo complaciente-.

-Espera, ¿Os vais? ¿Enserio? ¿Después de todo?

-Pues... sí. Somos bandidos. Si nos pillan pedirán nuestra cabeza pinchada en un palo a la vista de todos. Y no sé tú... pero yo quiero seguir teniendo mi cabeza sobre mis hombros.

-Pero no cazabais en territorio de Luminia, si no de Aqua. El rey no tiene motivos para que os maten.

-Luminia y Aqua son aliadas, si tu madre le pide nuestra cabeza al rey... ten por seguro que se la dará.

-Pero tú la salvaste, y me habéis ayudado. A pesar de que sois bandidos tiene más motivos para dejaros vivir.

Sin habernos dado cuenta llegó el gran sonido de la caballería, y, efectivamente, era una patrulla de Luminia. Los teníamos encima. Esto pasa por regatear la oferta de quedarnos o no. Tomo nota: "no hagas caso a una princesa".

-¿Quiénes sois? –Preguntó un hombre bastante alto y con barba, supongo que sería el líder, pues estaba más adelantado que los demás-.

-Soy la princesa de Aqua –respondió Tania adelantándome-. Y estoy segura de que el rey de Luminia se alegrará de volver a verme.

Los soldados no parecía que se lo creyeran. Tampoco les culpo, yo hubiera atacado y después hubiera preguntado. Y, enserio... Míranos.... Si pudieras hacerlo comprenderías que estábamos hechos asco, por eso dicho que los culpaba, nos parecíamos más a mendigos que a acompañantes de princesas. Pero más tarde, para salvarnos la vida, Tania enseñó su collar. Una gota azul. Ese era el símbolo de la dinastía Aqua. Todo el mundo lo sabe, y eso precisamente no es muy bueno siempre, que digamos. A lo que iba, la patrulla accedió.

-Acompáñenos, princesa.

Tania se montó en el caballo del líder. Y yo me subí a otro, que estaba al lado del que se subió Tahiel. La marcha empezó y mentiría si dijera que no estaba nervioso, las manos me sudaban, y no podía para de mirar a Tahiel porque él estaba en la misma situación, mirándome a mí. Supongo que todo saldría bien, o eso espero si quiero seguir con mi vida.

Al anochecer llegamos al castillo de Luminia. Es mucho más grande que el de Ignis, eso tengo que admitirlo, en verdad es el castillo más grande de toda la Tierra de Astrich. Nuestro mundo se llama igual que nuestra diosa, absurdo, ¿no crees? En fin, la cuestión es que llegamos y la bienvenida...

El Rey PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora