Capítulo 4

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DISCLAIMER: Los personajes que aparecen en esta historia pertenecen a Naoko Takeuchi y su obra Sailor Moon, sólo los tomo prestados para crearla.

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:::Capítulo 4: La propuesta:::

Su recuperación fue bastante rápida, aunque no por ello menos dolorosa. Según el médico que lo trataba la bala había hecho una salida limpia, en otras palabras, no había quedado dentro de su cuerpo ni había tocado órganos vitales. Darien casi deseaba que hubiera sido más grave para permanecer un buen tiempo en el hospital, hacía mucho tiempo que no sabía lo que era una cama limpia y comer tres veces al día.

Luego de haberlo auscultado hace unos minutos, el médico le había dicho que estaría de alta en una o dos semanas como máximo, porque quería evitar que hiciera algún movimiento que reabriera la herida o que se le infeccionara antes de que terminar de sanar. Se recostó nuevamente y prendió el televisor. El canal de noticias informaba sobre la apertura de una nueva fábrica de Chiba Enterprise CO., en la ciudad de Kanagawa.

—...Esperamos que esta fábrica traiga prosperidad y estabilidad para todos sus habitantes. —finalizaba Artemis Chiba su sentido discurso.

Apagó el televisor, una vez más volvía a pensar en la primera y única vez que había visto al elegante hombre al lado de su cama. Aún no podía decidir si aceptar o no el trato que le había hecho, aunque el ya no corría ningún peligro de ir a la cárcel, Artemis había retirado la denuncia en su contra y con ello perdido la oportunidad de obligarlo a hacer lo que él quisiera, pero la obligación que sentía Darien hacia el viejo iba más allá de eso, nunca en su vida dejaría de arrepentirse de haber aceptado la propuesta de Nicolás.

...

Se había sentido perdido e impotente cuando recibió la carta de despido. Pensaba en Mina y en la promesa que le había hecho de volver por ella y hacerla su esposa, darle todo lo que ella se merecía, pero en ese momento no contaba ni con una mísera moneda y ese tan deseado futuro se veía cada vez más distante.

En su desesperación había aceptado participar del negocio que se traía su amigo con Rubeus y Zafiro, aunque no tenía ni la menor idea de lo que se trataba. Debió haber imaginado que no sería nada bueno, ¿cómo pudo haber sido tan estúpido? En el momento que supo las intenciones de sus ahora ex-compañeros, quiso echarse para atrás, más sin embargo ya no podía; Zafiro lo había amenazado con matarlo si decidía abandonar el plan.

A pesar de sí mismo siguió adelante y por lo menos había logrado convencer a los demás de no ir armados al lugar para así evitar dañar a alguien. Se dio cuenta que Nicolás no cumplió con lo pactado cuando escuchó la detonación. Para entonces Zafiro ya había escapado, dejándolos a ellos solos, luego de haber empujado al mayordomo que más que mayordomo parecía un militar entrenado. Nicolás aprovechó la ocasión para sacar su arma y herirlo innecesariamente.

Después todo sucedió demasiado rápido. El dueño de la casa regresó y ya no traía el arma consigo, miró de reojo los movimientos de Nicolás y descubrió sorprendido que tenía la intención de repetir lo que había hecho. Las imágenes se repetían en su cabeza como en cámara lenta, el rostro de Nic, el susto en el pálido rostro del viejo y de pronto él estaba frente al arma, recibiendo el impacto.

Luna OscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora