Capítulo 31

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DISCLAIMER: Los personajes que aparecen en esta historia pertenecen a Naoko Takeuchi y su obra Sailor Moon, sólo los tomo prestados para crearla.

Queda prohibido editar, reproducir o publicar total o parcialmente esta historia en cualquier blog, página, grupo o plataforma sin mi consentimiento expreso.

Estimado lector: Agradezco infinitamente que te guste la historia y que desees compartirla con otras personas, pero la mejor forma de apoyar mi trabajo y respetar el esfuerzo y dedicación puestos en cada una de mis historias es colgar el link a la misma, ya sea en tu fanpage, grupo u otro medio que manejes.

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Como toda historia habrá gente que le guste y gente que no, eso no tengo bien claro y en ese sentido pues tuve muchas críticas de algunas (os) de ustedes que me expresaron de manera respetuosa lo que opinaban de la historia y del carácter de mis personajes, que como toda obra de ficción se plasmaron de la manera requerida para que se siguiera el rumbo que como autora quería que tuviera.

De verdad espero que se hayan divertido y disfrutado la historia, es difícil atreverse a escribir y saber que uno se expone a la opinión de personas que quizás nunca llegues a conocer en persona pero que a través de las palabras pueden marcarte significativamente, es una experiencia maravillosa a pesar de muchas cosas y que no dejaría de hacer.

Besos a todas (os) y ahora sí... el capítulo final.

:::Capítulo 31: Juntos para siempre:::

Estaba tendida en medio del bosque cuando de pronto escuchó una voz que la llamaba.

—Serena, hija, despierta.

Con dificultad se levantó del suelo y abrió los ojos. Aquel lugar no le resultaba familiar, pero envolvía una paz increíble y además era hermoso. A lo lejos podía escuchar el sonido de una cascada y a su alrededor podía ver las más bellas y variadas flores y árboles de todas las especies. Era como un paraíso.

—Serena... Serena.

Nuevamente aquella voz. La rubia salió de su asombro y empezó a seguir su sonido por un paraje, hasta que tuvo frente a sí una especie de cortina de flores.

—Serena...

Estaba segura de que la voz provenía de ahí, así que, con un poco de temor, atravesó la cortina y quedó atónita con lo que vio. — ¿Abuela Rini?

—Así es cariño, soy yo, pero ahora necesito que despiertes.

— ¿En dónde estoy abuela? ¿Qué es este lugar?

—Es un lugar al que no perteneces pequeña, por eso te pido que despiertes.

—Abuela, Mina... no pude salvarla.

—Ella escogió su propio camino hija, sólo ella podía salvarse a sí misma.

—Pero yo estaba ahí...tan cerca...fue mi culpa.

—No te culpes por los errores de los demás Serena... cada quien debe cargar con las consecuencias de sus propias decisiones. ¿Recuerdas lo que siempre decía?

— Cosas buenas siempre pasas cuando haces el bien.

—Así es cariño, y tú siempre has hecho el bien... ya es momento de que disfrutes las cosas buenas.

Luna OscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora