Capítulo 12

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DISCLAIMER: Los personajes que aparecen en esta historia pertenecen a Naoko Takeuchi y su obra Sailor Moon, sólo los tomo prestados para crearla.

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:::Capítulo 12: Cambio de papeles:::

Estacionó el auto frente al complejo de apartamentos que indicaba en la dirección. La zona en donde se ubicaba el complejo no era en nada parecida a los lugares que él usualmente frecuentaba, sino que se denotaba la pobreza del lugar y de las personas que vivían allí. Las paredes de los apartamentos se veían agrietadas, las fachadas sin pintura y las ventanas cubiertas por tablones o trozos de cartón.

Nicolás temió que al salir del lugar la camioneta de sus jefes hubiera sufrido algún acto de vandalismo ya que por la apariencia de las personas que se encontró de camino supuso que no sólo era un barrio pobre sino que peligroso; pero ya estaba en el lugar y no daría vuelta atrás. Subió por unas estrechas escaleras de piedra hasta que tuvo frente a sí el número del apartamento que señalaba el trozo de papel. Aún con los guantes puestos para no tocar nada que tuviera que ver con aquella inmundicia de lugar, Nicolás llamó a la puerta y esperó a que abrieran.

Pasaron varios minutos y nadie abría la puerta del apartamento. Nicolás empezaba a impacientarse, preguntándose si se habría equivocado de sitio; así que revisó una vez más el papel donde le habían anotado la dirección y corroboró que ese era el lugar. Alzó la mano para tocar una vez más, sin embargo una voz que reconoció a sus espaldas lo detuvo.

— ¿Quién eres? ¿A quién buscas? —preguntó.

Nicolás sonrió de frente a la puerta y sin voltearse respondió. —Es increíble que ya no reconozcas a los amigos que dejaste abandonados.

El hombre apretó el puñal que guardaba en su gabardina negra, tratando de anticiparse a cualquier movimiento que hiciera Nicolás que para él era un desconocido.

—No sé quién seas amigo, ni qué es lo que buscas, pero te advierto que no te gustará entrometerte conmigo.

—En eso tienes razón, mi estimado Zafiro, la última vez que me metí contigo casi caigo en la cárcel porque me abandonaste a mi suerte en la mansión del viejo Chiba.

— ¿Ni...Nicolás?

—Así es, —dijo el castaño volteándose—soy yo viejo amigo, Nicolás, ¿ahora me recuerdas?

Por supuesto que lo recordaba, su cabello castaño ya no era largo como cuando lo conoció y vestía muy diferente al Nic que él recordaba, pero la mirada oscura seguía siendo la misma. Claro, Zafiro había pensado que luego de que él y Rubeus huyeron del lugar, dejando atrás a Darien y Nicolás, la policía había logrado capturarlos y por eso tenía mucho tiempo sin verlos.

—Pensé que estabas en prisión, hacía mucho tiempo que no te veía.

—Estuve a punto de que me atraparan, pero me las ingenié para escapar; por supuesto que tuve que esconderme durante varios meses, pero al final el largo brazo de la ley no logró alcanzarme.

Luna OscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora