Capítulo 26

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DISCLAIMER: Los personajes que aparecen en esta historia pertenecen a Naoko Takeuchi y su obra Sailor Moon, sólo los tomo prestados para crearla.

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:::Capítulo 26: Invierno sin amor:::

Darien despertó con un dolor de cabeza infernal y una resaca como si se hubiera tomado cien litros de whisky. Se removió inquieto en la cama, entonces sintió el cálido cuerpo que yacía junto a él. El pelinegro sonrió feliz pensando en su mariposa, pero pronto esa sonrisa se borró al recordar las últimas horas. Había recibido mensajes de texto de Serena pidiéndole que se reunieran en su apartamento para conversar. Después de despedir a sus amigos se fue directo hacia allí, contento por la decisión que había tomado de dejar a un lado todo y confesarle a Serena que la amaba, sin embargo cuando entró en su apartamento no era su mariposa que lo esperaba sino Mina.

Darien volteó lentamente y fue grande su sorpresa cuando a su lado en la cama encontró a Mina durmiendo. El pelinegro se levantó como un resorte, como si hubiese encontrado en su cama una serpiente venenosa en lugar de a la rubia, y cuando lo hizo se dio cuenta de que estaba sin ropa. Levantó la sábana y descubrió el cuerpo desnudo de Mina, entonces llevó su mano a la cabeza, tratando de recordar lo que había hecho.

—Darien cariño, vuelve a la cama.

—No puede ser.—Pensaba el pelinegro—Yo no pude haberme acostado con... ella. Tiene que haber un error.

Las imágenes de su mente eran borrosas y para ser sincero no recordaba lo que había sucedido después de tomarse aquel trago; pero no era posible que se hubiera emborrachado sólo con un poco de licor. ¿Habría sido Mina capaz de echarle algo a su bebida?

—Pero yo mismo me serví el trago y en ningún momento estuvo fuera de mi vista, a menos que...¡¿Qué diablos le pusiste a mi bebida?!

—Dar, —respondió Mina un poco soñolienta—no sé de qué hablas, anoche la pasamos tan bien y hoy te portas así.

—Anoche no pudo haber pasado nada entre nosotros Mina, yo jamás volvería a tocarte.

—Pero lo hiciste, ¡y vaya forma! Fuiste tan apasionado, parecías querer devorarme.

—No... no es cierto, tú mientes.

—No miento querido, anoche la pasamos muy bien... bueno, hasta que nos interrumpió mi querida hermanita.

— ¿Serena estuvo aquí? —preguntó sorprendido.

—Sí, pero no se quedó por mucho rato... creo que no le agradó vernos juntos. ¿Qué haces Dar?

—No sé qué diablos fue lo que me hiciste, —dijo poniéndose la ropa que estaba desperdigada en el suelo—pero estoy seguro de que no te toqué.

—Repítelo cuantas veces quieras querido, tal vez algún día te convenzas.

—Me das asco Mina. —Juntó su corbata—Te quiero fuera de mi casa y de mi vida para siempre.

Darien salió veloz de su apartamento. Si lo que Mina decía era cierto anoche había perdido a la mujer que amaba.

Luna OscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora