Capítulo 28

1.4K 108 5
                                    

DISCLAIMER: Los personajes que aparecen en esta historia pertenecen a Naoko Takeuchi y su obra Sailor Moon, sólo los tomo prestados para crearla.

Queda prohibido editar, reproducir o publicar total o parcialmente esta historia en cualquier blog, página, grupo o plataforma sin mi consentimiento expreso.

Estimado lector: Agradezco infinitamente que te guste la historia y que desees compartirla con otras personas, pero la mejor forma de apoyar mi trabajo y respetar el esfuerzo y dedicación puestos en cada una de mis historias es colgar el link a la misma, ya sea en tu fanpage, grupo u otro medio que manejes.

NO LA COPIES O DISTRIBUYAS SIN AUTORIZACIÓN. NO PLAGIES NI APOYES EL PLAGIO.

.

:::Capítulo 28: Déjala ser feliz:::

El viaje de vuelta a casa se hizo en completo silencio. Ni Serena ni Diamante habían dicho palabra alguna en todo el camino, aunque el peli plata no dejaba de preguntarse en su mente cómo ese encuentro había afectado lo que la rubia pensaba y sentía acerca de Darien Chiba. No se tenía que ser muy inteligente para darse cuenta que aquella interpretación de neandertal en su máxima expresión era producto de los celos, lo cual sólo podía significar que el pelinegro estaba verdaderamente enamorado de la mujer que él amaba con locura.

Así como se dio cuenta de los sentimientos de Darien hacia Serena, notó cómo las palabras y actitud del pelinegro afectaron a la rubia. Aunque ella reaccionó abofeteando a Darien, su mirada estaba cargada de dolor y amargura más allá de rabia, si a eso le sumaba que en cuanto lo vio ella se soltó de su mano y que no había dicho palabra alguna acerca de su proposición, Diamante sabía muy bien que el futuro que se había imaginado con ella y los tres diablillos que adoraba, estaba peligrando. Serena seguía amando a Darien Chiba a pesar de todo lo sucedido entre ellos.

—Una moneda por tus pensamientos.

Serena sonrió. —Lo siento perita... por arruinar tu noche.

—No fuiste tú quien lo hizo... pero ahora no quisiera hablar de esa persona. —el peli plata guardó silencio un momento y después de un suspiro continuó—Serena, ¿has pensado en lo que te dije en el restaurante?

Lo último que Serena habría querido hacer en su vida era causarle un daño al hombre a quien le debía tanto y al cual consideraba como su mejor amigo, pero por más que ella se sintiera agradecida por todo lo que el peli plata había hecho por ella, no podía negarse a sí misma que su corazón seguía perteneciendo, muy a su pesar, a Darien Chiba. En todos los años de separación no dejó de pensar en él ni por un minuto, y como hacerlo si tenía a sus diablillos que le recordaban todos los días al pelinegro, en especial el pequeño Endo, que era tan protector como su padre.

No podía empezar una relación ni con Diamante ni con nadie, sabiendo que aún amaba a Darien y que probablemente lo amaría hasta el final de su vida, llevaba amándolo desde que era una niña y aquello no era algo fácil de olvidar.

—Quiero que sepas que eres una de las personas más importantes en mi vida, contigo he compartido cosas que jamás pensé compartir con nadie más, siempre has estado cuando te he necesitado y me faltaría una vida entera para devolverte aunque sea sólo un poco de lo mucho que me has dado...

—Pero no me amas.

Serena abrió los ojos ampliamente y una lágrima resbaló por su mejilla. —Eres mi mejor amigo perita y te quiero con toda mi alma, pero tienes razón, yo no te amo.

Diamante detuvo el coche. —Serena, —dijo tomando sus manos—yo estoy seguro que... si tú me dieras la oportunidad de amarte, podría borrar todo el dolor de tu corazón y te haría olvidar a...

Luna OscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora