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Enojemos al idiota.

Suspiro mientras como mis cereales, viendo a mi madre cantar alguna canción de la radio. Han pasado ya tres días desde que nos regresamos a Birmingham. Cancelaron la opera debido a que una cantante se había suicidado y nos regresamos. Lo siento por la chica, eso simplemente me hizo estar más triste. Brieg no me encontró después de la cosa que pasó en la fiesta. Yo simplemente decidí irme con Brooke, la horrorosa pero por mucho mejor que Brieg. Ella me comprendió y me dio ánimos, diciendo que Brieg era de Serene y que eso no cambiaría aunque ella estuviera con cinco chicos más. Luego me di cuenta que ella estaba tratando de hacerme sentir mal por lo que tuve que ignorarla.
Y aquí estoy, viendo a mi madre cantar Lean On de Major Lazer y Mø con todas sus fuerzas. Suspiro y entierro mi cabeza en la mesa. Ya no sé qué hacer con mi vida. Seguro tengo que ir a Serene's pues es mi oportunidad pero no quiero ir porque sé que ahí estará Brieg, al que he ignorado todo este tiempo, por cierto.

Pero después de todo, tomé fuerzas y aquí voy, entrando a Serene's y saludando a los chicos. Disimuladamente lo busco pero no lo encuentro y eso me sorprende. El profesor Thompson comienza a hablar con voz de funeral explicándonos sus observaciones. Dice que nuestro baile fue demasiado clásico y los de los otros grupos fueron más contemporáneos, que eso les ganó puntos y que nosotros debemos dejar a un lado lo clásico para evolucionar y volver a ser los primeros. Me doy cuenta que es la primera vez que pierden, por eso están tan afligidos. Dos horas después tampoco está. Y eso es triste.
Sé que estoy ignorándolo y eso pero de todos formas quería verlo. Y saber de él. Pero para el final del día no soy capaz de verlo y camino con tristeza a casa, pensando en qué hubiera pasado si hubiera sido valiente y me hubiera atrevido a estar con él cuando me lo pidió. Quizá todo sería distinto.

Tres días después las cosas siguen iguales. Brieg no ha aparecido y el profesor Thompson no pregunta por él ni nadie. Nadie parece estar curioso del por qué no está excepto yo. Yo sí que quiero saber. Pero no me atrevo a mandarle un mensaje ni nada. Sólo quiero... saber, ya sabes. Bueno... quiero muchas cosas, tantas, que ni siquiera sé específicamente qué quiero más. Quiero que me diga que Serene ya no está, quiero que me abrace, quiero que regrese, quiero verlo...
Suspiro con tristeza, recordando el color de sus ojos y lo oscuros que se pusieron cuando me vieron aquella noche. Su sonrisa y la forma en que sus dedos tocaban mi cabello sólo ligeramente.
Voy a escribirle. Ya está. Demasiado dolor, no soy una chica dramática. De todas formas, sé que no fue él quien besó a Serene. Pero de todas formas... ¿ella está fuera de su vida? Había tomado la decisión ya. Ella de todas formas me haría más difícil la vida...
~Leah: A que no adivinas.
Sonrío y le escribo con rapidez. Ella contesta inmediatamente.
~Estoy en la facultad de veterinaria. Y aquí está el amor de tu vida.
Abro mis ojos ampliamente y suelto una carcajada nerviosa. Me recuesto mejor en mi cama y deseo teclear un "Invítame a ir" pero no me atrevo. La puerta se abre y deja pasar a un Daniel con mejillas sonrojadas.
—Hola, cariño. — dice con suavidad.
—¿Cariño? Eh, creo que te has confundido de persona.
Él se ríe y se acuesta en mi cama, a mi lado. —¿Ya lo encontraste?
Suspiro y niego con la cabeza. —Él no llega... ya nunca llegará, supongo.
Él sonríe con felicidad. —Que triste.
Le frunzo el ceño pero no digo nada, en vez de eso me fijo en el mensaje que acaba de llegarme de Leah.
~Ven. Te espero en quince minutos. ¡No lo pienses!
Veo a Daniel y él me sonríe. —¿Me acompañas?
Él asiente sin pensarlo y en menos de cinco minutos ya vamos en camino, en su auto. Llegamos y busco a Leah por todas partes pero Daniel decide que comprarme un helado es mucho mejor. Me toma de la mano y me lleva por ahí con mi helado. Lo veo con desesperación.
—¡Tengo que ir por Leah!
Me suelto de su agarre y camino a la facultad de veterinaria, Daniel pisándome los talones; encuentro a Leah y ella me enseña algunas cosas de la facultad llevándome, bastante disimulada, hacia donde dice que está Brieg, Daniel comienza a protestar cada vez más y más hasta que mis ojos se topan con el lindo cuerpo de Brieg y en mis oídos resuena su risa. Daniel toma de nuevo mi mano, esta vez podría decir casi posesivamente y le elevó las cejas. Él se encoge de hombros y comenzamos a actuar despreocupados, como si estuviéramos aquí como si nada en vez de buscando al amor de mi vida.
Sus ojos se encuentran con los míos y yo los cierro, pensado en lo estúpida que he sido al verlo. Debería haber estado desinteresada viendo a otra parte, no al amor de mi vida.
Los abro y me encuentro que él está caminando hacia nosotros, con una sonrisa reprimida en el rostro.
—¿Sabes qué? Me arrepentí. — le digo a Leah y como si fueran órdenes para Daniel, él me jalonea hacia su costado y me abraza.
—Vámonos. — dice Daniel y comenzamos a salir, pero yo no quiero irme ahora. Quiero ver a Brieg. Quiero saber lo que tiene que decirme.
—¡Espera! ¡Daniel!
—Vámonos... — la voz de Daniel está tensa y de repente ya no estoy en los brazos de Daniel, en vez de eso, Brieg está frente a mi con el ceño fruncido y ojos brillantes.
—Hola, cariño. — dice y yo frunzo el ceño. Ahora ya no quiero verlo. Hombre, ¿Qué me pasa? —¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en Serene's?
Bueno, dejé de ir porque te extrañaba, esa es la verdad pero no voy a decirte eso.
—No habían clases.
Él eleva las cejas y yo quiero golpearme. Él es prácticamente el rey de Serene's y seguro sabrá si no hay clases. ¿No tenía una mejor excusa?
—Ella decidió que quedarse conmigo era mucho mejor. — dice de repente Daniel y Leah voltea a verlo al mismo tiempo que Brieg, como si no se hubieran dado cuenta que estaba casi sobre mi espalda. —Y vinimos a ver a su amiga Leah. Ahora ya nos íbamos.
Brieg me toma con más fuerza del codo y me acerca a él, alejándome completamente de Daniel. —Vete con tu mujer y deja en paz a la mía.
¡A la mía!
Hombre, que lindo es. Pero sigo molesta con él. Vamos, es un idiota.
—¡Ella es mi chica! — le dice Daniel molesto. Eso me hace fruncir el ceño y antes que pueda decir algo él abre la boca. —Siempre lo ha sido y deberías alejarte de ella.
Brieg se tensa y yo veo a Daniel con curiosidad. —¿Pero no estás comprometido? Digo, eres mi amigo, lo sabes. ¿Desde cuando ese interés en mi?
—Desde siempre. — dice él y sus ojos se ponen enojados.
—Sólo vete, niño. — dice Brieg y yo estoy demasiado confusa.
No me doy cuenta en qué momento pero de repente estoy con Daniel, creo que fui yo quien se acercó a él y no estoy segura si fue él o yo la que lo besa. Sólo, rápidamente. Un brazo me aleja de él y me encuentro con los divertidos de Leah.
—Que boba eres a veces. 
Daniel sonríe y estoy a punto de tomar su mano cuando Brieg me toma de la cintura y me aleja rápidamente de Daniel, llevándome unos metros lejos de ellos.
—¡Brieg! — me quejo pero no puedo hacer nada con su fuerza y de repente estoy sentada en una silla en un salón vacío.
Comienzo a sentir lo tenso que Brieg está así que no levanto la vista y me quedo viendo mis pies.
—¡¿Por qué lo besaste?!
No contestes. No contestes, Blair. Él no es nada tuyo para alegarte de eso. Me atrevo a levantar la vista y veo su rostro super mega enojado, sus ojos chispeando con furia.
Vaya.
Ojalá yo le hubiera hecho esto mismo cuando él besó a Serene. O Serene lo besó a él, lo que sea.

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Hey!!!
Ya volví.
Tengo otro capítulo lo público al rato
Besos
Karen

No Juegues en las Fauces de un Lobo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora