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Mi mundo feliz parece llegar a su fin.

Los ojos de Daniel se ponen nerviosos y yo le doy un mordisco a mi pastel mientras revisó las siete cartas que tengo, pues Brieg me las dio hace un rato para que sacara mis conclusiones sobre Daniel. Y me pregunto a veces cómo puedo ser tan ciega e idiota.

"Recuerdo la primera vez que te vi caer y sentí un fuerte impulso de..."

Elevo la mirada de la carta y miro a Daniel, esperando respuestas. —¿Por qué?
Él se encoge de hombros y suspira, sin contestar. Hombre, parece que nunca tendré respuestas de su parte así que le doy un pedazo de pastel y él me mira avergonzado.
—¿Cómo supiste que fui yo?
Sabía que la comida funcionaría. Daniel es así. Come mucho y le gusta que le den mucho amor. —No lo supe. Brieg me lo dijo.
Su cara se frunce con enojo. —¡Todo es Brieg! ¿Desde cuando no puede salirse de tu boca?
—¡Déjame! Para ti, todo es Katheryn.
Sus ojos se ponen suaves de repente. —No es así. Siempre estás tú.
—Pero ella es tu prometida y deberías dejar de confundirte.
Él cierra sus ojos un momento y luego me pregunta —¿Ya no me quieres?
—Eres un idiota, eres mi mejor amigo.
—Me refiero... a como... como algo más.
Diablos. Él sabía que a mi me gustaba. Y jamás hizo nada. Pero no voy a enojarme. Ya no hay por qué, pues ahora tengo un nuevo amor... ¿pero por qué no alegarle? —Sabías que te quería más que como mi mejor amigo y no hiciste nada. — mi voz suena ofendida. Él se ruboriza y se tapa la cara, gritando con frustración. —¡Contéstame!
—Perdón. — dice después de un rato. —Es que no estaba seguro sobre cómo debía tratarte. Y pensé que todo iba a cambiar y no quería eso. No quería arruinarlo, pues siempre arruinaba las relaciones que tenía. Pensé que si me atrevía a estar contigo todo iba a acabarse pronto. Es algo egoísta, pues tampoco quería que estuvieras con alguien más.
Suspiro y después sonrío, dándome cuenta que por fin he decidido alejarme completamente de Daniel sin dañarme. Ahora estoy completamente segura que él no me obsesiona y que tampoco lo odio. Él es mi amigo y lo quiero.
—Te quiero. Eres mi amigo. Antes quizá demasiado, Daniel, pero tardaste mucho y simplemente... quiero experimentar cosas distintas.
—Como Brieg. — señala.
—Como... bueno, sí. Me gusta mucho. Pero eso no significa que él también sienta lo mismo. Siempre está Serene. Pero tú tienes a Katheryn y deberías simplemente dejarlo.
—Pero yo te quiero.
—Yo también, Daniel, pero no dejarás a Katheryn por mi.
Sus ojos se vuelven tristes pero sonríe y algo se rompe dentro de mi. Acabo de rechazar al chico que pase toda mi vida pensando que era el amor de mi vida.
—Deberías darme una oportunidad. Podríamos intentarlo.
Sus labios rozan los míos con ternura y yo suspiro, totalmente confundida. Luego lo alejo con fuerza, antes de que él llegue a besarme. —No, Daniel, no haremos esto.
—Terminé con Katheryn.
Frunzo el ceño y luego niego repetidas veces. —¿Por qué?
—¡Podemos intentarlo!
Niego con la cabeza con miedo y me levanto de la cama, alejándome de él. Daniel se vuelve a poner triste y me jalo el cabello. No creí que Daniel fuera tan dramático. Él no me ama. Él me... me... simplemente no puedo tener esto ahora. Y creo que no podría tenerlo más. Pues para mi, él es mi chico amable y cariñoso, como un hermano. Y hasta que él decide que me ama pude verlo. No podría besarlo por las noches ni siquiera dejar que se acerque a mi más de treinta centímetros, mucho menos que llegue a tocarme.
—Estás confundido. — le digo.
Él se encoge de hombros y se levanta, me da un suave beso en la mejilla y sale de mi casa y juro que siento que ha dejado parte de él en mi. ¿Que me pasa? ¿Por qué mi vida es tan dramática? Suspiro con tranquilidad, pues Daniel no lucho pero tampoco se rindió. Sé que seguirá ahi, que seguirá siendo mi amigo y que podré contar con él. Sé también que regresara con Katheryn, pues es ella el amor de su vida y yo soy el otro lado de él, soy su mejor amiga y confidente.

Me pruebo los tacones y comienzo a caminar un poco, con miedo. No se sienten mal... pero no me gusta pasar peligros. Debería cuidar mis pies. Pero quiero verme linda y quiero que Brieg me diga que me veo sexy con tacones así que me pongo mi suéter y decido bajar a la sala, pues estaba robándole los tacones a mi madre. Ella me ve y eleva las cejas, no pregunta nada, por lo que yo simplemente salgo de la casa y espero afuera a que Brieg llegue. Unos dos minutos después veo su auto y él me abre la ventana.
—Hey, linda. ¿Te deshiciste del idiota?
Y tenía que recordármelo. Yo quiero decirle "¿te deshiciste de tu perra?" Pero no digo nada y en vez de eso camino hacia el auto y me subo a su lado. Él me mira con ojos serios y luego me da un suave beso en la mejilla. ¿Por qué es tan lindo a veces?
Inevitablemente, en el silencio del camino, mis pensamientos se dirigen a Daniel. ¿Lo amo como novio? ¿Lo quisiera tener a él? Algo me dice que no. Pero el miedo que siento me hace dudar. Quizá sí lo quiera y estoy mal. ¿Y si lo estoy?
—¿Qué piensas? — la voz de Brieg interrumpe mis pensamientos. Lo volteo a ver y lo veo concentrado en el tráfico con una sonrisa pequeña. —Te ves preciosa. — dice después que no contesto.
—Tú también. — le digo y me pongo a pensar de nuevo.
¿Y si Serene sigue en el mismo lugar con Brieg? Odiaría eso. ¿Y si él la ama? ¿Por qué estamos yendo a un restaurante justo ahora? Suspiro y siento la mano fresca de Brieg tomar mi dedo índice un segundo y luego alejarse.
—¿Qué piensas? — pregunta de nuevo.
—En por qué no llegas a Serene's.
Me mira con una sonrisa. —Lo mismo me pregunto.
Nos reímos y nos quedamos callados, preguntándome si él pensaba en otra cosa tal como yo. Nos miramos rápidamente y yo suelto una carcajada. Somos dos imbéciles llenos de preguntas.
—Pero no respondiste mi pregunta.
—Estoy... voy a dejar Serene's.
Eso hace que mi pecho se quede vacío, como si me hubieran sacado el corazón. Mi boca se abre y me giro a verlo, esperando que esté mintiendo. Serene's no es nada sin Serene y mucho menos sin Brieg.
¿Y con quién se supone que haré mis rutinas? Bueno, sé que íbamos a cambiarlas pero Brieg me inspira más que cualquier otra persona. Y su sola presencia me hace querer ser mejor. ¡No puede dejarme así!
—¡No puedes! — le alego.
Él se estaciona y me mira con seriedad. Ay, no me gusta esa cara. Prefiero la sonriente y linda. Pero bien, tengo que afrontarlo.
—¿Por qué? — pregunta y esta vez, sus ojos muestran lo divertido que se encuentra.
—Mientes. No te irás de Serene's.
Sonríe hacia mi y se baja del auto, dejándome estupefacta. Luego mi puerta se abre y su brazo alcanza el cinturón y luego me da la vuelta con delicadeza. Le frunzo el ceño, esperando que afirme que no se irá. —Sí, voy a dejar Serene's. Ahora ayúdame a bajarte, cariño, tenemos una reunión muy seria que hacer que muchos llaman "cita".
Sus ojos están divertidos pero sé que ahora está diciendo la verdad. Sus brazos todavía están a mis costados cuando me empujo para salir y me carga sólo un segundo antes de cerrar y caminar conmigo a la entrada del restaurante. Yo voy en blanco, la tristeza me inunda y no sé por qué. No es para tanto. Pero quizá no me llegue a visitar o yo a él porque ya no hay razones. Quizá no me mande más mensajes. Quizá simplemente me olvide y seré la chica que bailo en lugar de Serene.
—No puedes hacernos eso. Brieg, no puedes dejarnos simplemente así
Baja su mirada hacia mi y planta un beso en mi frente, sin contestar, como si no supiera lo mucho que me importa.

No Juegues en las Fauces de un Lobo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora