4. K-izu.

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Yo no podía estar ni un día tranquilo, mi cabeza sólo piensaba en lo muy bien que la debe estar pasando el idiota del negro junto a Krystal, yo sabía que él tenía a una mujer más, pero yo soy el único hombre que le da lo que ellas no le dan. Si bien la Krystal le da la vagina, la otra le da las tetas y yo le doy mi culo, mi pene, mi boca... Y mi corazón.

Admitirlo está de más, JongIn es para mí la estrella más grande, es el propio sol de mis días lluviosos, la piel de mi navaja, las vitaminas de mi aborto, el lubricante de mi condón. Es todo para mí.

14:09 p.m. y no me llama. Tampoco es necesario que me llame, pero él prometió hacerlo después de terminar la visita de estudios con la zorra de Sandara, quien se aumentó tetas hace dos meses. ¿Krystal estaría igual de preocupada? ¿A ella también le importaría si JongIn come bien o no? ¿Si llevó los calzoncillos sucios dejando un día a la lavandería, o si recogió la ropa ya lavada? ¿Si estudió para el examen de mañana?
Hijo de puta, siempre me preocupo por ti.
La habitación no es tan grande, de hecho parecía para tres, tal vez sería bueno echar de la habitación al idiota que está llorando bajo las sábanas de la cama inferior. Yo estaría tranquilo de no ser por la desesperación que JongIn me genera, por Xiao reproduciendo sus canciones cero buenas y por el chino que corre de un lado al otro en busca de ropa. Aunque la mona se vista de seda...

RING, RING, RING. LLAMADA DEL NEGRO PICHULÓN.

Casi caí por el salto que di al escuchar la tan esperada llamada, estaba tan tranquilo ahora que me siento poderoso y único pues JongIn me estaba llamando. Deslicé el dedo a la llamada y esperé.

—Hey, ya estoy de camino a mi habitación. ¿Qué haces, renegoncito?

—¡¿Por qué no llamaste antes, pedazo de idiota?! ¡Ahora mismo estoy haciendo prácticas de cómo montar!

—¿Estás fornicando, cariño? —cuestionó desde la otra línea, tan normal como siempre.

—¡Y me lo mete bien! ¡LuHan, más lento, me duele, eres tan grande! —grité, soltando gritos mientras me apretaba con fuerza el brazo para hacerlo más realista.

LuHan sólo me miraba sorprendido y quieto en su lugar, aunque con la música de mierda cada vez más fuerte.

—Bueno, me alegra... —dijo el moreno, de su tono de voz había desaparecido lo pícaro —, entonces te llamo más tarde, creo que iré donde Krystal.

Si conmigo tú te quedas, o con otro tú te vas, no me importa un carajo porque sé que volverás.

—No me vuelvas a buscar, hijo de puta. Y para tu información, la semen de LuHan es más rica que la tuya.

LuHan seguía impactado aún cuando finalicé la llamada.

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Nos vemos la otra semana, bbcitas.

"Felices los cuatro" (EXO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora