Te necesito (Aguslina) (TE #1) [TERMINADA]

10.

Hoy (dos semanas después del accidente)
Hospital General de Buenos Aires

La habitación estaba llena de flores, globos y peluches, ya no cabía nada más en ese lugar. Los padres de la chica que se encontraba recostada en la cama habían ido al Edificio de Policía, al parecer habían conseguido buenas noticias.

Y el chico morocho cordobés, se encontraba sentado a un lado de la chica, acababa de leer un capítulo de la novela de "Romeo y Julieta". Sostenía su mano mientras leía en voz alta para su querida Carolina.

-Carolina, no puedo creer que leas cosas tan deprimentes- cerró el libro y la observó un instante- esta para cortarse las venas.- rió y por un momento creyó que ella había apretado su mano. Ilusionado se puso de pie y tomó con fuerza su mano esperando que ella volviera a hacer lo que acaba de hacer. Él sabía que no lo había imaginado. Apretaba la mano, y nada, seguía quieta.

>Caro, vamos, sé que has apretado mi mano- dijo frustrado, él juraba haber sentido como ella se había movido segundos antes- ¿me quieres volver loco? Porque lo estas consiguiendo.- soltó su mano y se alejó de ella. Se sentía cansado.

Sus amigos comenzaban a desistir en esperar a que ella despertará pronto, el doctor dijo que podía hacerlo en meses si no es que hasta en años. Eso a él le parecía algo estúpido, apenas habían pasado dos semanas y ya se estaban dando por vencidos. Él no perdería las esperanzas, pero habían momentos en los que él ya se sentía cansado.

-Tienes que despertar- alzó la voz- tienes una vida por delante, tu futuro es de lo mejor. Haz un esfuerzo, por favor.- se movió el cabello nervioso y se acercó una vez más a ella.

Ya no tenía la máscara de oxígeno, ya habían logrado regularizar sus respiraciones. Acarició su cara y con una sonrisa frustrada volvió a sentarse a su lado.

-Sólo quiero que sepas que no importa cuánto tiempo pasé hasta que despiertes, yo no te voy a abandonar- se sentía impotente y nada podía hacer que eso cambiará- vendré todos los días hasta ver tus bellos ojos. No te voy a dejar, nunca, porque sé que despertarás pronto, sin que te des cuenta estaremos grabando la tercera temporada de soy luna, estaremos de novios y tú te habrás ido a vivir a mi departamento.

Guardó silencio un momento, se inclinó hacia ella y besó sus tibios, suaves y maravillosos labios. Sintió como su corazón estaba a punto de desembocar, hacia mucho que no hacía eso y realmente lo necesitaba. Se separó de ella y recargó su cabeza en su pecho.

-Si despiertas te prometo que te haré la mujer más feliz del mundo. Veré por ti todo el tiempo, te cuidaré de todos y de todo. Dejaré de ser el estúpido, arrogante y miserable Agustín- se levantó y miró fijamente el rostro de Caro- seré lo que siempre has querido, el novio más lindo, cariñoso y atento- cambió su expresión de consternación por una más relajada. Tenía que estar bien para no darse por vencido. Carolina lo necesitaba y no la dejaría, nunca. Se había terminado el tiempo en el que el huía de ella y de lo que le provocaba- en cuanto despiertes te pediré que seas mi novia, y comenzaremos a planear nuestra boda. Ya me lo imaginé.- se levantó y comenzó a caminar por la habitación.

>Nos vamos a casar en la playa como siempre has querido, voy a tocar una canción que haya escrito especialmente para ti- sonrió, ya llevaba tiempo imaginándose ese bello momento, tenía que ser especial- van a estar ahí todos los chicos, la familia. Todo va estar decorado de flores y muchas luces como a ti te gusta. Tu vestido va a ser hermoso y tú te verás preciosa, aunque todo el tiempo estas preciosa, pero ese día vas a impresionar.

>Vamos a ir de luna de miel a París como siempre has soñado, viajáremos todo lo que quieras y a dónde quieras, porque sé que te gusta estar viajando. Y después van a llegar nuestros pequeños hijos, van a ser igual de lindos que tú, van a tener más parentesco contigo que conmigo, porque ya dije eres más linda, así que es mejor que se parezcan a ti, vamos a tener dos, o mejor aún, tres. Nos mudaremos del departamento a una casa grande con jardín. Vamos adoptar un perro o dos, o los que quieran tú y los niños. Dedicaré mi vida entera en cuerpo y alma para hacerte feliz, no permitiré que vuelvas a sufrir.