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Hoy (17 de abril)
Departamento de Carolina y Alejandro

Los dos amigos estaban preparándose para ir directo con el médico, ese día tenían cita con el doctor Gómez, tendrían la primer ecografía para saber el estado del bebé.

Carolina tenía ya un mes de embarazada y los síntomas cada vez se hacían más presentes. Tenía dos semanas de que había tomado un avión con destino a Barcelona, España con un desconocido, sabía que él la amaba, que quería que tuvieran una relación, pero ella simplemente no podía, no había segundo en el que no pensará en el padre de la criatura que llevaba cargando en su vientre por un mes. Seguía amando a Agustín cómo el primer día.

Todas las noches soñaba con ese maravilloso morocho, imaginaba que dormía a su lado después de haber tenido una apasionada noche de amor, y por eso odiaba cuándo llegaba la noche; era justo el momento en que los recuerdos invadían sus sueños, cada vez recordaba más y más cosas, y eso en vez de ponerla bien, la alteraba.

Hacía tiempo que un particular sueño en el que estaba haciendo el amor con Agustín, rondaba su cabeza todo el día y cada vez que a su mente le llegaba la imagen del cuerpo desnudo del cordobés ella sentía una inexplicable adrenalina en ella, habían veces que imaginaba que Alejandro era Agustín y cuando el deseo podía más con ella, y esta casi se unía al chico como lo había hecho con Agustín hace ya algún tiempo, para suerte de ella, al final siempre caía en cuenta de que era sólo un espejismo, un vil y monótono espejismo.

Habían momentos en los que ella sentía que no aguantaba más estar ahí, sentía que necesitaba estar junto a su familia, en su hogar, con Agustín, pero cuando estaba por salir corriendo para tomar el primer vuelo a Buenos Aires, el mismo dolor en su pecho que sintió aquella noche bajo la lluvia, la hacía arrepentirse.

De ir inmersa en sus pensamientos no se dio cuenta del momento en que subió al auto, Alejandro iba a su lado tomando su mano, sabía que tenía cariño por él, no era el mismo que él tenía por ella, pero aún así se sentía cómoda a su lado.

Cuando llegaron al hospital, observó todo y fue como si en un abrir y cerrar de ojos ella sintiera que estaba ahí por el accidente que había sufrido, sentía que acababa de despertar de una pesadilla que duró ocho meses y sus pulsaciones no tardaron en acelerarse.

-Señorita Kopelioff.- escuchó como la llamaban, era la tercera vez que lo hacían, pero estaba tan ocupada recordando cada momento que pasó en ese hospital que dejó de usar sus cinco sentidos. Alejandro cuando escuchó que llamaban a la morocha la tomó de la mano haciendo que esta reaccionará.

-¿Sí?- preguntó Carolina una vez que esa nube de pensamientos había sido bloqueada por otra.

-El doctor Gómez la espera, por aquí, por favor.- dijo servicialmente la enfermera morena y le indicó a los dos Argentinos el camino hacia el consultorio del médico.

-Bienvenida- saludó un hombre canoso de aproximadamente unos cincuenta años- debe de ser Carolina- la morocha asintió- vaya, una muy linda mamá, ya me imagino como será el niño, o la niña.- comentó amablemente y Carolina no pudo evitar sonrojarse.

-Gracias.- dijo una vez dentro de la habitación, Alejandro estaba parado detrás de ella observando alerta la situación con el doctor.

-¿Y usted?- preguntó esta vez hablándole al hombre detrás de Carolina- debe de ser el padre.- sonrió animadamente y Alejandro no pudo evitar hacer una mueca, desearía ser el padre del hijo de Carolina, pero no, no lo era, sino Agustín.

-No- habló la morocha- el padre no está aquí.

-Sí, él y Carolina ya tiene que terminaron, yo sólo soy su...- no pudo concluir porque la morocha de inmediato lo interrumpió.

Te necesito (Aguslina) (TE #1) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora